Cuando el agresor reincide
La alarma cunde cuando un violador sale de la c¨¢rcel. Las posibilidades de que reincida, sobre todo en el caso de los agresores sexuales en serie, son de un 18% a un 20%, seg¨²n los expertos. El porcentaje disminuye si durante su estancia en prisi¨®n participan en alg¨²n programa de rehabilitaci¨®n psicol¨®gica. Antonio Andr¨¦s Pueyo, profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad Central de Barcelona, calcul¨® en 2005 que, en estos casos, la reincidencia se reduc¨ªa al 4%.
Andr¨¦s Mayo, el violador del ch¨¢ndal, reconoci¨®, poco despu¨¦s de ser detenido por primera vez, en octubre de 1990, haber cometido 10 de las 15 violaciones de las que se le acusaba.
Todas las agresiones las perpetr¨®, entre 1989 y 1990, en Oviedo y Le¨®n. Mayo actuaba de forma violenta con sus v¨ªctimas. Finalmente, fue condenado, en octubre de 1991, a 106 a?os de c¨¢rcel por cuatro delitos consumados de violaci¨®n y siete tentativas, del total de 15 delitos que se le imputaron. Seis a?os despu¨¦s consigui¨® su primer permiso, de tres d¨ªas, concedido por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid. Varias asociaciones feministas de Le¨®n mostraron entonces su indignaci¨®n. Ahora, entre su salida definitiva de prisi¨®n, en noviembre de 2002, con 36 a?os, y su presunta reincidencia, han pasado casi cinco a?os.
Para evitar casos como ¨¦ste, la Fiscal¨ªa de Barcelona sugiri¨® el pasado julio que los delincuentes reincidentes sean tratados como terroristas. Es decir, que se les apliquen los beneficios penitenciarios sobre todas y cada una de las condenas (en el caso de Mayo, 106 a?os), y no sobre el m¨¢ximo cumplimiento de pena que permite la ley en Espa?a (30 a?os). Esta medida se aplic¨® por primera vez al etarra Henri Parot. La alarma cundi¨® un mes antes en Barcelona, cuando Alejandro Mart¨ªnez Singul, el segundo violador del Eixample, sali¨® de prisi¨®n tras cumplir 16 de los 65 a?os de su condena. La aplicaci¨®n de tal medida corresponder¨ªa a los jueces. Y est¨¢ por ver si ¨¦stos ser¨ªan partidarios de dar el mismo trato a un violador no reinsertado que a un terrorista.
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