Tragedia en la casa de los peces
El due?o de una piscifactor¨ªa, su hijo y dos de sus empleados fallecen en una fosa s¨¦ptica en Illana, Guadalajara
Francisco del Olmo Morgado no pod¨ªa sacar a su hijo Antonio de la fosa s¨¦ptica. Asustado, entr¨® para rescatarlo, pero tambi¨¦n ¨¦l empez¨® a sentirse mal. Como su ausencia se prolongaba, uno de sus empleados, Jos¨¦ Carlos Hernando, se acerc¨® a la boca del pozo, y tambi¨¦n ¨¦l termin¨® entrando. Le sigui¨® su mujer, Cristina Clemente. En total cuatro personas murieron ayer en una piscifactor¨ªa de Illana (Guadalajara), lo que eleva a 33 los muertos en pozos y fosas desde 2000.
Una pareja de amigos del due?o no daba cr¨¦dito a la noticia: "Hac¨ªa tiempo que no ven¨ªamos por aqu¨ª. Andando por los tanques, hemos recordado c¨®mo hace unos a?os vinimos a ayudar a Quico, el due?o, porque el Tajo se desbord¨® y se llevaba las truchas. Estuvimos d¨ªas nadando entre peces para salvarlos".
Los descendientes de los supervivientes de la crecida del r¨ªo nadan ahora ajenos al drama. Francisco del Olmo, de 58 a?os, y su hijo Antonio, de 23, ambos residentes en Las Rozas (Madrid), viajaron a la piscifactor¨ªa para poner a punto las instalaciones antes del cambio de estaci¨®n. Antonio descendi¨® a una de las fosas s¨¦pticas de la planta para comprobar el nivel que alcanzaban los desechos antes de la visita que ten¨ªan que realizar hoy los servicios de mantenimiento que cada seis meses se ocupan de la limpieza de unos dep¨®sitos que los expertos consideran muy peligrosos.
Cuando comprobaron que Jos¨¦ Carlos, de 36 a?os, y Cristina, de 35, tampoco regresaban de la fosa, los administrativos de la piscifactor¨ªa avisaron al 112. El alcalde de Illana, Francisco Javier P¨¦rez del Saz, del PP, y el concejal de Protecci¨®n Civil, Rafael Alonso, fueron los primeros en llegar, junto con dos unidades de protecci¨®n civil, un m¨¦dico y un enfermero. "Encontramos uno de los cuerpos asomando en el lodo, al fondo del pozo. Los otros tres ni se ve¨ªan", explicaba el concejal.
Los bomberos y ambulancias se desplazaron desde Cuenca y Guadalajara junto con t¨¦cnicos de la inspecci¨®n de trabajo y un helic¨®ptero de rescate, pero se encontraron con que ninguno de los accidentados segu¨ªa vivo. Los bomberos extrajeron los cuerpos hacia las tres de la tarde y poco despu¨¦s el juez y la polic¨ªa judicial levantaron los cad¨¢veres. Uno de los hijos del propietario, Rufino, tambi¨¦n presente en la piscifactor¨ªa en el momento del accidente, se traslad¨® al tanatorio de Guadalajara para encontrarse con el resto de la familia, que se encontraba en Gandia (Valencia) de vacaciones.
Los vecinos de Illana afirman que los ocupantes de la piscifactor¨ªa raramente bajaban al pueblo. "Los due?os s¨®lo ven¨ªan por aqu¨ª para hacer alg¨²n tr¨¢mite, y los empleados ni eso", recuerdan en un bar. Adem¨¢s de la instalaci¨®n de Illana, que lleva criando truchas m¨¢s de 15 a?os para la pesca deportiva y el consumo humano, la familia Del Olmo posee seis plantas m¨¢s. Entre todas producen unas 4.000 toneladas anuales de pescado. Sus empleados no siempre eran lugare?os y sol¨ªan vivir en los chal¨¦s instalados alrededor de los tanques de crianza. Los dos operarios muertos en Illana eran naturales de Asturias.
Las circunstancias del accidente continuaban siendo un misterio a ¨²ltima hora de la tarde. "No sabemos c¨®mo se le ocurri¨® a Anto?ito meterse en la fosa. Sab¨ªan que era muy peligroso y por eso ten¨ªan una empresa que se ocupaba de la limpieza", explicaban los amigos de la familia. Todav¨ªa no est¨¢ claro si la fosa pertenec¨ªa a la piscifactor¨ªa o si acumulaba los desperdicios de las viviendas de los operarios. La autopsia revelar¨¢ si los fallecidos se desmayaron y posteriormente se ahogaron, o si los gases t¨®xicos acumulados les causaron un envenenamiento.
La mayor¨ªa de las personas que fallecen en pozos s¨¦pticos lo hacen despu¨¦s de entrar en ellos de forma voluntaria, y no a causa de una ca¨ªda accidental. La limpieza de fosas, pozos, colectores de aguas residuales y tanques requiere personal especializado por la toxicidad de los gases que desprenden estas instalaciones. En 2003, cuatro miembros de una familia de Murcia murieron consecutivamente en un pozo negro en situaciones muy similares. Hace siete a?os, un padre y sus dos hijos corrieron la misma suerte en Ja¨¦n.
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