Las heridas de India siguen abiertas
El pa¨ªs celebra los 60 a?os de independencia sin haber resuelto el contencioso con Pakist¨¢n
India celebr¨® ayer por todo lo alto sus 60 a?os de independencia. Un desfile militar y miles de globos con los colores nacionales, verde, blanco y naranja, enmarcaron el festejo en todo el pa¨ªs. El primer ministro indio, Manmohan Singh, iz¨® la bandera en el emblem¨¢tico Fuerte Rojo de Nueva Delhi. Fue all¨ª donde hace seis d¨¦cadas el disc¨ªpulo de Gandhi, Jawaharlal Nehru, declar¨® el nacimiento del nuevo Estado. Ayer todo eran felicitaciones. La mayor¨ªa de los peri¨®dicos nacionales hablaban de los triunfos de la naci¨®n y la gente de a pie abarrot¨® las celebraciones. S¨®lo las explosiones, sin ninguna v¨ªctima, de cuatro bombas en Assam, Estado del norte del pa¨ªs, empa?aron la alegr¨ªa de la poblaci¨®n.
Pero los incidentes fueron pocos comparados con el temor que el Gobierno ten¨ªa, y por el que moviliz¨® a todas sus fuerzas de seguridad. Los ataques terroristas de diferentes grupos separatistas en India son una realidad constante.
El primer ministro Singh centr¨® su discurso en el Fuerte Rojo en la erradicaci¨®n de la pobreza y en la inclusi¨®n de todos los sectores sociales en un proyecto com¨²n. "El ¨¦xito de una democracia secular con mil millones de personas de tanta diversidad es vista con admiraci¨®n" en el mundo, dijo, para a?adir: "Nuestra fortaleza reside en nuestra unidad en la diversidad".
"India naci¨® partida. Y aunque la situaci¨®n ha mejorando much¨ªsimo, todav¨ªa faltan muchos a?os para que se cierren por completo las heridas", dice el ahora retirado comandante Ramnarain Gandhi. ?l sufri¨® en carne propia los sangrientos enfrentamientos entre hind¨²es y musulmanes que siguieron a la retirada del Reino Unido y el surgimiento de dos pa¨ªses: Pakist¨¢n e India.
En 1947, la libertad de los dos pa¨ªses lleg¨® al gran precio de la Partici¨®n. M¨¢s de diez millones de personas tuvieron que ir de un lado a otro de la frontera. Los musulmanes hu¨ªan hacia Pakist¨¢n y los hind¨²es y sijs hacia India, en una de las m¨¢s grandes migraciones masivas en la historia.
Ramarain, que vivi¨® desde el Ej¨¦rcito dos de las cuatro guerras que ha tenido la India independiente, recuerda todav¨ªa la Partici¨®n como "la peor experiencia" de toda su vida. A sus 16 a?os vio much¨ªsimas barbaridades, entre ellas c¨®mo quemaban viva a la gente.
Su mismo t¨ªo cort¨® la cabeza a su esposa para "salvarla de los posibles desalmados que buscaban venganza violando a mujeres". Toda su familia huy¨® de Multan, en el centro de Pakist¨¢n, a Nueva Delhi. Todos sobrevivieron pero "de milagro", dice. Casi un mill¨®n de personas perdi¨® la vida.
Partici¨®n arbitraria
Esta Partici¨®n "hecha de la manera m¨¢s arbitraria, que cambi¨® la demograf¨ªa de los pueblos, promovi¨® el surgimiento de grupos insurgentes que perpetran en mayor o menor grado terrorismo", explica a este peri¨®dico el director del Instituto para el Manejo de Conflictos, Ajai Sahni.
?sa es una de las heridas m¨¢s graves que a¨²n no han sanado, seg¨²n el experto. A partir de la Partici¨®n, la insurgencia y la violencia se han instalado, asegura. La manifestaci¨®n m¨¢s sangrante de este conflicto es Cachemira. "Desde Pakist¨¢n, y con el apoyo del Gobierno de ese pa¨ªs, grupos extremistas asociados con Al Qaeda participan en ataques que buscan la independencia de esa regi¨®n, que disputan los dos pa¨ªses", dice. Seg¨²n datos del organismo que dirige, s¨®lo el a?o pasado hubo 1.200 muertos por estas agresiones. Aun as¨ª, esta cifra ha disminuido: en 2000 fueron m¨¢s de 4.000 las v¨ªctimas.
Pero hay esperanza. En los ¨²ltimos tres a?os, estos pa¨ªses gemelos, que se han enfrentado en cuatro guerras en sus 60 a?os de existencia, una de ellas por la independencia de Bangladesh de Pakist¨¢n, viven un proceso de paz. Por primera vez, en los atentados en febrero de Nueva Delhi, India no culp¨® directamente a su vecino.
Sin embargo, los expertos coinciden. "Las heridas de la Partici¨®n no sanar¨¢n hasta que Pakist¨¢n no tenga una situaci¨®n estable y sea un pa¨ªs democr¨¢tico", en palabras de S. D. Munil, director del Departamento de Estudios del Sur de Asia de la prestigiosa Universidad Jawaharlal Nehru. Los dos pa¨ªses comparten la historia, pero sobre todo "son la misma gente", asegura.
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