Infidelidades necesarias
Bajo las nubes asturianas a punto de cumplir su promesa de lluvia y un gallo despistado, parece que el encuentro entre los cineastas Gonzalo Su¨¢rez y ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde es en un amanecer eterno. Nada es real y todo es verdad esta ma?ana de verano en la casa del director en los olorosos campos de Llanes.
Hablan de literatura y de cine. De ese romance centenario, a veces peligroso, ahora que la cinematograf¨ªa espa?ola vive un idilio con los libros. Ambos, Su¨¢rez (Oviedo, 1934) y Gonz¨¢lez-Sinde (Madrid, 1965), conocen bien sus imbricaciones y secretos; son escritores de libros, de guiones adaptados y originales y directores de pel¨ªculas.
Dichosos celestinos.
Contin¨²an la tradici¨®n de los escritores que desde los albores del cine han colaborado con ¨¦ste y servido de intermediarios entre las dos artes. As¨ª es que los dos cineastas conversan con entusiasmo mientras toman caf¨¦ y t¨¦ en la cocina de esta casa-refugio bajo los ¨¢rboles. Ambos trabajan en adaptaciones: Su¨¢rez, en su novela Yo, ellas y el otro (adem¨¢s tiene pr¨®ximo el estreno de Oviedo Express), y la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas de Espa?a, en Una palabra tuya, de Elvira Lindo. Una conversaci¨®n que ir¨¢ revelando c¨®mo el ¨¦xito sui g¨¦neris de la pareja literatura y cine parece basarse en que la traici¨®n es la mejor estrategia para lograr la fidelidad.
PREGUNTA. A¨²n es larga la sombra de la literatura sobre el cine.
GONZALO SU?REZ. El cine no ha logrado emanciparse de las novelas del XIX en sus estructuras narrativas y en la forma de contar la historia. Es muy joven.
?NGELES GONZ?LEZ-SINDE. Cuando se cre¨® el cine a finales del XIX, en el auge de la novela, resultaba un medio muy bueno para contar historias, era una sensaci¨®n muy seductora. Ahora se tiene m¨¢s como evasi¨®n y es m¨¢s comercial, ya no cuenta tantas historias. Parecen episodios de una novela con secuencias de diez minutos. Hay pel¨ªculas que son m¨¢s de despertar o hacer vivir la sensaci¨®n de persecuci¨®n, de volar o lum¨ªnicas
... El cine est¨¢ muy apegado a la novedad, que es muy importante en el concepto de una pel¨ªcula
P. Pero cada vez se hacen m¨¢s las adaptaciones literarias, incluso en Espa?a, que se ha caracterizado por un cine de guiones originales.
?. G.-S. Un d¨ªa encontr¨¦ un peque?o ensayo de un profesor anglosaj¨®n que dec¨ªa que cuando la cinematograf¨ªa atraviesa un momento muy bueno creativamente, baja el nivel de adaptaciones, y a la inversa. No me parece descabellado. Ingmar Bergman o Woody Allen jam¨¢s recurrir¨ªan a la adaptaci¨®n. Bergman dec¨ªa que adaptar es lo opuesto a la esencia del cine que es ya un arte.
P. Otros como Scorsese, Kubrick y Hitchcock han basado su filmograf¨ªa en adaptaciones.
G. S. El cine literario no necesariamente es una adaptaci¨®n del libro; yo hago cine literario y en su mayor¨ªa no son adaptaciones. Me refiero a c¨®mo se hace una pel¨ªcula, a la forma de narrar en im¨¢genes que no necesariamente deben tener texto; y luego est¨¢ la lectura simult¨¢nea y paralela que va haciendo el espectador. El cine no es imagen, es mirada. El recurrir a un libro parece un recurso cuando no tienes el impulso propio o interno; pero tiene sus aspectos muy atractivos. ?ngeles tiene m¨¢s experiencia que yo, pero es muy bonito documentarse para el gui¨®n y tener todos esos elementos siempre y cuando se preserven a la hora de la realizaci¨®n, que en definitiva empieza en el gui¨®n.
P. ?Es un g¨¦nero literario?
G. S. Todo empieza en el gui¨®n, y ¨¦ste tiene una interferencia literaria porque est¨¢ contando una historia y la narra con palabras para transmitir una imagen o traducir a una imagen. No me gusta la palabra traducir, prefiero que el cine sea reescritura que se escribe con im¨¢genes. Pero siempre depender¨¢ de la literatura mientras cuente una historia, mientras haya actores parlantes, como en el teatro. La mayor¨ªa de las pel¨ªculas transcurre con gente hablando, y as¨ª es cuando el tiempo pasa porque, cuando la imagen avanza sola, el cron¨®metro no avanza. Hay una ambig¨¹edad que se ha querido desglosar, separar. Poner una frontera entre el cine y la literatura, que es una frontera convencional, como todas, que nos tranquiliza pero que genera a veces un libro cuando lo lees. Por eso aquello de que es mejor el libro que la pel¨ªcula, o viceversa, pero todo depende mucho de a qu¨¦ se ha tenido acceso primero. Si has le¨ªdo primero el libro, la pel¨ªcula te defraudar¨¢, y viceversa. Pero son debates superados porque son dos lenguajes distintos. Entonces, s¨ª, el gui¨®n es un g¨¦nero literario. Debiera publicarse igual que las obras de teatro.
?. G.-S. Leer guiones es fatigoso, de una abstracci¨®n enorme. Es como ver los planos de un edificio, que a un arquitecto puede interesar, pero que para los dem¨¢s tiene inter¨¦s muy limitado.
G. S. No me importar¨ªa que fuera un g¨¦nero independiente de las pel¨ªculas. Y, adem¨¢s, habida cuenta de que las pel¨ªculas tienden a destruirse, a degradarse -a pesar de las nuevas t¨¦cnicas de preservaci¨®n-, pues por lo menos que quede el gui¨®n. Adem¨¢s es la ¨²nica forma de espiritismo inteligente.
P. Guillermo Cabrera Infante dec¨ªa que los guionistas tienen un problema de identidad. Escriben el gui¨®n y, si no son ellos mismos los directores, pasa de mano en mano y vive muchas reescrituras.
?. G.-S. Es confuso y tiene un componente econ¨®mico. Hay algunas razones por las que un guionista es distinto que un compositor de una partitura, entre otras cosas, por la posesi¨®n de los derechos. He escrito teatro y no he tenido problemas de autoridad ni de creaci¨®n. Ser¨ªa bueno lo que dice Gonzalo: que los guiones fueran algo en s¨ª mismo, una entidad. El gui¨®n tiene m¨¢s poder como una partitura que como otra cosa.
G. S. Y est¨¢ la cadencia de las im¨¢genes, lo musical, y luego las palabras. Yo creo en ese tipo de cadencia musical y pict¨®rica.
?. G.-S. Es una combinaci¨®n. Lo dice Chabrol en su libro, que es una suma de partes iguales: m¨²sica, pintura y un poquito de literatura, pero poco y cada vez va ganando. De acuerdo con la pel¨ªcula estas proporciones pueden variar.
G. S. ?Lo dice Chabrol? ?Pero no lo aplica!
?. G.-S. Pero dice cosas sensacionales como ¨¦sta: "Yo no aconsejo comprar los derechos de las novelas. Usted haga el gui¨®n que quiera. Total, para inspirarse, despu¨¦s la novela queda tan atr¨¢s que no vale la pena comprar los derechos". Y lo dice tan tranquilo. Pero en algunos casos tiene raz¨®n porque compras unos derechos y ya tienes una obligaci¨®n moral con el autor. A veces es un impedimento porque las vueltas que da la trama en la novela no te convienen para la pel¨ªcula, como si debes o no matar al protagonista.
G. S. ?Pues que se muera! Precisamente, que pague para matarlo y hacer los cambios que se considere. Como novelista, estoy en contra de la fidelidad.
?. G.-S. Yo no he sido necesariamente muy fiel. Me he dado cuenta de que no haces un favor siendo literal porque tu obligaci¨®n es producir el mismo efecto que tuvo el lector con el libro pero en otro lenguaje.
P. ?Es verdad que la clave est¨¢ en saber extraer la esencia del libro?
?. G.-S. S¨ª. Las adaptaciones que he hecho suelen partir de un productor porque se sienten m¨¢s confiados con una novela. Piensan que tienen algo m¨¢s cerca del resultado. Pero es m¨¢s dif¨ªcil adaptar, te da m¨¢s problemas. Una novela puede durar 200, 1.000 paginas, y una pel¨ªcula s¨®lo dos horas. Las diferencias son brutales.
G. S. Incluso la adaptaci¨®n de un libro m¨ªo, como en el de ahora, me resulta m¨¢s dif¨ªcil que un gui¨®n original. Yo decido la esencia de la pel¨ªcula. En estos casos, el cinismo tiene mucho que ver con el cine y la cin¨¦tica. En la literatura te encuentras solo pulsando teclas en el aire y luego, adem¨¢s, como no te vuelves a leer, no sabes si est¨¢ en alg¨²n sitio. Pero al menos haces eso. En cambio, en el cine tienes que pelear todo el tiempo. Ese car¨¢cter del cine en el que se lucha por un sue?o con elementos que se resisten, empezando por el dinero, es una aventura en s¨ª misma. Es una acci¨®n que lo diferencia de la literatura
?. G.-S. Lo mejor es escribir novelas. Es la satisfacci¨®n y el placer. A John Irving, que ha hecho adaptaciones de sus propias obras, le preguntaron por qu¨¦ no dirig¨ªa, y respondi¨®: "Cuando tengo ganas de dirigir escribo una novela". Y es verdad, cuando escribes una novela puedes tener cien mil extras a tu disposici¨®n, las luces perfectas, etc¨¦tera. Eres el director y todo funciona.
G. S. Claro, pero todos son fantasmas. Quiz¨¢ est¨¦ dividido, y esto es un problema. Me gusta escribir por la plenitud a la que todo obedece. Tienes el control sobre todo. La tortura que se produce en cine, aunque vaya todo muy bien, requiere un esp¨ªritu muy insensible, muy duro, o muy masoquista, porque implica sufrimiento.
P. Hablaban de que los productores se sienten m¨¢s tranquilos cuando compran los derechos de un libro.
?. G.-S. Es muy peligroso y enga?oso. La mayor¨ªa de las novelas no me parecen adaptables. Una de las pocas es en la que estoy trabajando, Una palabra tuya, de Elvira Lindo. Incluso antes de decidirme si era adaptable me puse a pensarla e intentar estructurarla. Y ha cambiado mucho. Lo que necesita una novela para que sea adaptable es que los personajes hagan cosas y poder mostrarlas, y que tenga un conflicto. Y esto en literatura no es imprescindible. Luego, a veces, cuando las adaptas, encuentras problemas de verosimilitud o gazapos que en literatura pasan inadvertidos, pero en el cine no.
P. Adem¨¢s, en cine siempre es presente.
?. G.-S. El tiempo es el componente m¨¢s dif¨ªcil de trasladar a im¨¢genes. Que una novela sea visual me da igual. Importa que sea representable, porque el cine es parte de las artes de la representaci¨®n y las reglas de la representaci¨®n son opuestas a lo literario.
G. S. No estoy del todo de acuerdo, aunque en general es as¨ª. Se puede transmitir la cadencia de un estilo, si es que se trata de transmitirlo, o se puede ser absolutamente infiel al motivo de la novela para poder trasladarla al lenguaje del cine. Volvemos a lo dicho: comprados los derechos, uno puede hacer todo.
Y as¨ª, desvelando las claves, estrategias y secretos de esta ya legendaria relaci¨®n entre la literatura y el cine, avanza la conversaci¨®n entre los dos cineastas espa?oles que luego hablar¨¢n, en la p¨¢gina siguiente, de qui¨¦n creen que es el due?o de la pel¨ªcula o de los libros que les gustar¨ªa adaptar.
ADAPTACIONES ESPA?OLAS
La tradici¨®n del cine espa?ol es de guiones originales y directores-guionistas, mientras la mirada a la literatura cl¨¢sica ha sido escasa. La Regenta (1974), de Clar¨ªn, la llev¨® al cine Gonzalo Su¨¢rez con gui¨®n de Juan Antonio Porto. Es memorable la versi¨®n que hizo Bu?uel de Tristana (1969), de Benito P¨¦rez Gald¨®s.
TEATRO
Con una presencia menor que la narrativa, el teatro espa?ol tambi¨¦n tiene un hueco en la cinematograf¨ªa nacional. El perro del hortelano, de Lope de Vega, la llev¨® con ¨¦xito al cine Pilar Mir¨® en 1995 como directora y guionista. El Don Juan de Zorrilla ha tenido muchas versiones y las obras de Calder¨®n y de Valle-Incl¨¢n, otras cuantas.
GUERRA CIVIL
Las adaptaciones literarias de la Guerra Civil y sus consecuencias en la posguerra no faltan. Una de ellas es La colmena, de Camilo Jos¨¦ Cela, dirigida en 1982 por Mario Camus. Tras esa mirada urbana, el mismo director santanderino ofreci¨® la visi¨®n del campo a trav¨¦s de la obra de Miguel Delibes, Los santos inocentes (1984).
CONTEMPOR?NEA
La literatura actual goza de buena acogida. Soldados de Salamina, de Javier Cercas, fue dirigida y escrita por David Trueba en 2003. Almudena Grandes, Bel¨¦n Gopegui, Mu?oz Molina, Manuel Rivas, Elvira Lindo, Juan Mars¨¦ o Bernardo Atxaga tambi¨¦n han sido llevados a la gran pantalla.
LAS ?LTIMAS
El idilio actual del cine con lo literario se aprecia con adaptaciones como Bajo las estrellas, de Fernando Aramburu; El camino de los ingleses, de Antonio Soler; El a?o del diluvio, de Eduardo Mendoza; La educaci¨®n de las hadas, de Didier van Cauwelaert; Mi vida sin m¨ª, de Nanci Kinkaid, y Ninette, de Miguel Mihura.
Las siguientes en la cartelera
EL ROMANCE del cine espa?ol con la literatura se har¨¢ m¨¢s visible en los pr¨®ximos meses con la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de importantes novelas.
Canciones de amor en Lolista's club, de Juan Mars¨¦, la est¨¢ haciendo Vicente Aranda con gui¨®n suyo. La protagonizan Eduardo Noriega y la colombiana Flora Mart¨ªnez. Un entramado del mundo de la mafia, la droga y la prostituci¨®n.
Las trece rosas, de Carlos Fonseca, la ha rodado Emilio Mart¨ªnez-L¨¢zaro. El gui¨®n es del director, de Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n y de Pedro Costa. En el reparto figuran Maribel Verd¨², Marta Etura, Pilar L¨®pez de Ayala, Alberto San Juan y Fran Perea. Se trata de la historia real de 13 muchachas de las juventudes socialistas fusiladas en 1939.
La carta esf¨¦rica, de Arturo P¨¦rez-Reverte, dirigida por Imanol Uribe, con gui¨®n del autor y el director, e interpretada por Carmelo G¨®mez y Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n se estrena el d¨ªa 31.
Los cr¨ªmenes de Oxford, de Guillermo Mart¨ªnez, es llevada al cine por ?lex Gonz¨¢lez de la Iglesia. Gui¨®n de Jorge Guerricaechevarr¨ªa y el autor y director. Act¨²an John Hurt y Elijah Wood.
Oviedo Express surge de una ligera inspiraci¨®n del relato Angustia, de Stefan Zweig, y de una compa?¨ªa de teatro que representa La Regenta de Clar¨ªn. La direcci¨®n y el gui¨®n es de Gonzalo Su¨¢rez. Act¨²an Carmelo G¨®mez y Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n.
El amor en los tiempos del c¨®lera, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Aunque de producci¨®n y direcci¨®n extranjera, Mike Newell, con gui¨®n de Ronald Harwood y el propio nobel colombiano, cuenta en su reparto con los espa?oles Javier Bardem y Unax Ugalde como Florentino Ariza en su ¨¦pocas mayor y joven, respectivamente
Una palabra tuya, de Elvira Lindo. El gui¨®n lo est¨¢ escribiendo ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde. Se han vendido los derechos de Los girasoles ciegos, de Alberto M¨¦ndez; La hermana de Katia, de Andr¨¦s Barba y Pr¨®tesis, de Andreu Mart¨ªn. Y el mexicano Guillermo Arriaga, escritor y guionista de Amores Perros, ha adaptado su novela El b¨²falo de la noche.
LA ESTRELLA
William Shakespeare tiene el m¨¦rito de ser el escritor m¨¢s adaptado. Y much¨ªsimas veces, en diferentes idiomas, versiones y a trav¨¦s de toda la historia del cine. El guionista ideal. Hamlet, dirigida y protagonizada por Laurence Olivier en 1948, se ha convertido en un cl¨¢sico, y el Romeo + Julieta (1996) de Baz Luhrmann, en una de las m¨¢s vanguardistas.
OBRAS INMORTALES
El cine siempre se ha inspirado en libros imprescindibles. Desde La Il¨ªda, de Homero, y El Cid, pasando por Relaciones peligrosas, de De Laclos, hasta Moby Dick, de Melville; Guerra y paz, de Tolst¨®i; Los hermanos Karamazov, de Dostoievski; Los miserables, de Hugo; Al Este del Ed¨¦n, de Steinbeck; 1984, de Orwell; Doctor Zhivago, de Pasternak, y El gato pardo, de Lampedusa.
DE ?POCA
Las pel¨ªculas de ¨¦poca tienen un lugar especial, sobre todo, las basadas en novelas del siglo XIX y comienzos del XX. Las obras de las hermanas Bront? (Cumbres borrascosas), de Austen (Sentido y sensibilidad), de Dickens (Olivert Twist), de H. James (Las alas de la paloma), de Forster (Howars End) y de Warthon (La edad de la inocencia).
ESCRITORES-GUIONISTAS
En la cinematograf¨ªa no han faltado nombres como Faulkner, Garc¨ªa M¨¢rquez, Greene, Hammett o Irving. Algunos incluso han adaptado sus obras, como Nabokov, con Lolita. Adem¨¢s, algunos directores como Hitchcock (Rebeca) y Kubrick (Spartacus) basaron su carrera cinematogr¨¢fica en las adaptaciones.
ALIADOS
El cine ha hecho m¨¢s universales libros como Lo que el viento se llev¨®, de Mitchell, dirigida por Fleming; El padrino, de Puzo (Coppola); Jules and Jim, de Roch¨¦ (Truffaut), y El tambor de hojalata, de Grass (Schl?nroff), Memorias de ?frica, de I. Dinesen (Pollack), y Blade Runner, de Scott, basada en un libro P. K. Dick.
PERSONAJES M?S ADAPTADOS
El cine ha ayudado a hacer m¨¢s universales a algunos personajes literarios. H¨¦roes o rufianes han sido interpretados por actores o por dibujos animados. El m¨¢s representado, con 207 pel¨ªculas (seg¨²n un estudio de Enrique Mart¨ªnez-Salanova S¨¢nchez), es Sherlock Holmes, creado por Arthur Conan Doyle en una serie de novelas.
EL CONDE DR?CULA
Creado por Bram Stocker, el famoso conde ha visto la luz del cine en 164 oportunidades. Bela Lugosi se hizo famoso con la interpretaci¨®n de Dr¨¢cula en 1931. La adaptaci¨®n de Francis Ford Coppola, en 1992, hizo ¨¦poca. Otra criatura de mundos tenebrosos que sigue al vampiro, aunque un poco de lejos -116 adaptaciones-, es el Frankenstein de Mary Shelley.
CRISTO
Entre los dioses mitol¨®gicos y religiosos, el Jesucristo de la Biblia ocupa un lugar privilegiado, con 155 versiones cinematogr¨¢ficas. Jes¨²s de Nazareth, de Zeffirelli (1977), es uno de los m¨¢s populares. Dos de las m¨¢s pol¨¦micas fueron La pasi¨®n de Cristo (2004), dirigida por Mel Gibson, y la de Martin Scorsese, La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo (1988), basada en la novela de Kazantzakis.
TARZ?N
De entre los personajes de aventuras el que vuela m¨¢s alto es Tarz¨¢n, inventado por Edgar Rice Burroughs, con un centenar de cintas. Su mitificaci¨®n cinematogr¨¢fica empez¨® en 1932 con Tarz¨¢n de los monos, interpretado por Johnny Weissmuller. Le sigue de lejos el moderno James Bond, de Ian Fleming.
ALATRISTE
El capit¨¢n de Arturo P¨¦rez-Reverte ha sido uno de los ¨²ltimos h¨¦roes espa?oles llevados al cine. Lo interpret¨® Viggo Mortensen bajo las ¨®rdenes de Agust¨ªn D¨ªaz Yanes (2006). Sin embargo, el m¨¢s universal de los h¨¦roes hispanos es el Zorro (70 filmes), creado en c¨®mic por Johnston McCulley en el cuento La maldici¨®n de Capistrano (1919).
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