Elvira Arellano pierde la batalla
Deportada la inmigrante mexicana que luchaba por su derecho a residir en EE UU
Elvira Arellano, la simb¨®lica hero¨ªna de los 12 millones de ilegales que viven en Estados Unidos, que hab¨ªa vivido refugiada en una iglesia de Chicago durante un a?o para evitar que con su deportaci¨®n la separaran de su hijo de ocho a?os, fue detenida en Los ?ngeles despu¨¦s de participar en varios eventos en favor de la legalizaci¨®n de los inmigrantes, y deportada a Tijuana, al otro lado de la frontera con M¨¦xico.
Hace ya un a?o que el Gobierno de Estados Unidos orden¨® la deportaci¨®n de esta mexicana, que entr¨® ilegalmente en el pa¨ªs en 1997 y que fue detenida por la polic¨ªa en 2002, acusada de trabajar con un n¨²mero de la Seguridad Social falso. Tras ser condenada a la deportaci¨®n el pasado verano, Arellano, madre de un ni?o nacido en EE UU, y por tanto ciudadano estadounidense, busc¨® refugio en la iglesia Adalberto United Methodist Chicago, que forma parte de un movimiento religioso creciente que ofrece refugio a inmigrantes ilegales. S¨®lo en la ciudad de Los ?ngeles, hay al menos 12 iglesias de diferentes denominaciones que han ofrecido cobijo a personas en la misma situaci¨®n que Arellano.
Vivi¨® refugiada en una iglesia un a?o para evitar que la separaran de su hijo
Nueva York, San Diego y otras ciudades tambi¨¦n cuentan con iglesias-refugio, un fen¨®meno que, sin embargo, no es apoyado por todos los grupos que luchan por la defensa de los inmigrantes. "La gente est¨¢ dividida entre lo que dice la ley y lo que dice su coraz¨®n", aseguraba en el diario Los Angeles Times Grace Dyrness, quien analiza este nuevo fen¨®meno en el Centro de Estudios Religiosos y de Cultura C¨ªvica de la Universidad de California.
El caso de Arellano es s¨®lo el reflejo de un problema mayor: seg¨²n el Pew Hispanic Center, en Estados Unidos hay al menos 3,1 millones de ni?os cuyos padres son inmigrantes sin papeles y a quienes su situaci¨®n de ilegales les hace vivir con la amenaza constante de ser separados de sus hijos. As¨ª despert¨® ayer Arellano, a cientos de kil¨®metros de distancia de su hijo y con la frontera de por medio. El domingo por la noche, los oficiales de Inmigraci¨®n la depositaban en Tijuana (M¨¦xico), desde donde espera continuar su lucha, asegur¨® ayer en el diario Chicago Tribune el reverendo Walter Coleman, responsable de la iglesia de Chicago donde la inmigrante ha vivido durante el ¨²ltimo a?o. "Est¨¢ de buen humor y lista para continuar su guerra contra la separaci¨®n de familias desde el otro lado de la frontera".
Un centenar de personas se manifestaron ayer frente a las oficinas de Inmigraci¨®n de Chicago para protestar contra la deportaci¨®n de Arellano, quien en declaraciones hechas desde Tijuana al Chicago Tribune, asegur¨® que los oficiales de Inmigraci¨®n ni siquiera le dejaron hablar para discutir su caso. "Est¨¢n enfadados conmigo por todo lo que he hecho" dijo.
Pese al fracaso del Congreso estadounidense en sacar adelante una ley con la que regularizar la situaci¨®n de mujeres como ella, el movimiento a favor de los inmigrantes sigue dando guerra, y la deportaci¨®n de Arellano podr¨ªa impulsar a otras iglesias a abrirle sus puertas a los ilegales, creando un nuevo problema para el Gobierno estadounidense.
De momento, los grupos que trabajan con los inmigrantes preparan para el 12 de septiembre una marcha multitudinaria en Washington y un d¨ªa sin inmigrantes, en el que invitar¨¢n a todos los sin papeles de Estados Unidos a no trabajar para demostrar el peso que tienen en la econom¨ªa del pa¨ªs. Una convocatoria similar el 1 de mayo de 2006 moviliz¨® a cerca de un mill¨®n de personas en todo el pa¨ªs.
S¨®lo en la ciudad de Nueva York, se calcula que hay m¨¢s de medio mill¨®n de ilegales, sin cuya presencia la mayor¨ªa de los restaurantes de la ciudad, entre otros muchos servicios, no podr¨ªan funcionar.
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