Bush dice que una retirada r¨¢pida de Irak causar¨ªa sufrimiento a millones de civiles
Al Maliki se defiende de las cr¨ªticas de Washington y advierte que puede buscar otros aliados
El presidente de EE UU, George W. Bush, se encuentra en medio en una compleja partida pol¨ªtica con la que trata de impedir que un Congreso dominado por los dem¨®cratas fuerce la reducci¨®n de tropas en Irak. Ayer, en un discurso ante veteranos de guerra, invoc¨® el fantasma de Vietnam y del sufrimiento que caus¨® a millones de civiles la precipitada salida del Ej¨¦rcito de EE UU del sureste asi¨¢tico. En otro gesto, la Casa Blanca escenific¨® un distanciamiento con el primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, al que se culpa de los fracasos. Al Maliki advirti¨® ayer de que puede cambiar de aliados.
En una referencia a Vietnam, el gran trauma en el imaginario colectivo estadounidense, Bush mezcl¨® aspectos hist¨®ricamente dudosos y hechos ocurridos en pa¨ªses distintos: "Uno de los legados indiscutibles de Vietnam es que el precio de la retirada norteamericana lo pagaron millones de personas inocentes, cuyas agon¨ªas a?adieron a nuestro vocabulario nuevos t¨¦rminos como boat people, campos de reeducaci¨®n y campos de la muerte [que en realidad eran en Camboya]". Y a?adi¨®: "Tres d¨¦cadas despu¨¦s hay un debate leg¨ªtimo de c¨®mo nos metimos en Vietnam y c¨®mo nos fuimos", dijo en Misuri ante los veteranos.
Con este mensaje, el presidente trata de advertir a los dem¨®cratas sobre cualquier retirada precipitada, y repiti¨® una frase de consumo dom¨¦stico: "Irak es vital para la seguridad de EE UU".
La decisi¨®n de distanciarse p¨²blicamente del primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, culp¨¢ndole de los fracasos pol¨ªticos, es arriesgada. El propio Al Maliki, un chi¨ª moderado, que ayer concluy¨® una visita oficial de tres d¨ªas a Siria -uno de los pa¨ªses demonizados por la Casa Blanca-, dej¨® claro que nadie en Estados Unidos tiene el derecho de imponerle condiciones. "Mi Gobierno es iraqu¨ª, es un Gobierno electo". Fue su reacci¨®n a las palabras de Bush pronunciadas la noche anterior en Canad¨¢, donde habl¨® de un "cierto grado de frustraci¨®n" con el liderazgo de Al Maliki.
El presidente estadounidense tuvo que matizar ayer esa frase y no s¨®lo reiter¨® su confianza en Al Maliki, sino que pidi¨® a los legisladores norteamericanos que no se entrometan. El choque se produce a menos de cuatro semanas de que el general David Petraeus, responsable del Ej¨¦rcito estadounidense en el pa¨ªs ¨¢rabe, y el embajador en Bagdad, Ryan Crocker, presenten su informe sobre la situaci¨®n en Irak y la estrategia a seguir.
Bush admite que la transici¨®n en Irak no suceder¨¢ de la noche a la ma?ana. Dijo que no es responsabilidad de los pol¨ªticos en Washington "decir si [Al Maliki] debe permanecer. (...) Es algo que corresponde a los iraqu¨ªes".
A pesar de los desmentidos, hay mar de fondo. El presidente del Comit¨¦ de las Fuerzas Armadas del Senado, el dem¨®crata Carl Levin, apost¨® el lunes porque el Parlamento iraqu¨ª imponga un cambio en el Ejecutivo, hacia uno menos sectario y amplio. Al Maliki calific¨® esas declaraciones de "irresponsables", y dej¨® claro que no les va a prestar "la m¨¢s m¨ªnima atenci¨®n" porque est¨¢n destinadas a frustrar su viaje a Damasco. "Encontraremos a otros alrededor del mundo que nos apoyar¨¢n en nuestro esfuerzo", advirti¨®. Bush ya arremeti¨® contra Al Maliki cuando visit¨® Ir¨¢n a comienzos de mes.
Este enfrentamiento tiene, sobre todo, una dimensi¨®n de pol¨ªtica dom¨¦stica, que anticipa la intensa batalla que se librar¨¢ en el Capitolio tras el receso veraniego sobre el rumbo que debe seguir la estrategia militar en Irak.
El centro de este debate estar¨¢ en los informes de Petraeus y Crocker, que la Casa Blanca desea pulir para demostrar que hay motivos para la esperanza y escapar as¨ª a las cr¨ªticas que se lanzan contra su plan.
Estados Unidos tiene 162.000 soldados desplegados en Irak. De ellos, unos 30.000 militares llegaron en febrero en el marco de la nueva estrategia para crear un espacio en el que los l¨ªderes sun¨ªes, chi¨ªes y kurdos pudieran construir un Gobierno de unidad. Seis meses despu¨¦s, los mandos sostienen que hay avances sustanciales en la seguridad, pero no en el proceso pol¨ªtico.
Mackenzie Eaglen, de la Heritage Foundation, anticipa que las preguntas m¨¢s complicadas tras la presentaci¨®n de los informes proceder¨¢n de los senadores republicanos, que quieren que el plan de la Casa Blanca tenga ¨¦xito. "Los conservadores quieren apoyar la estrategia del presidente Bush. Pero ese respaldo no es infinito", explica. Eaglen augura que la artiller¨ªa pesada de los congresistas se concentrar¨¢ en los pobres avances en el proceso de reconciliaci¨®n, que es el argumento clave sobre el que se sustenta el aumento de los efectivos.
En las filas dem¨®cratas se clama a favor del repliegue. Aunque a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones es arriesgado empujar a favor de una salida total de Irak.
La senadora Hillary Clinton, una de las principales aspirantes a las presidenciales de 2008, considera "inaceptable" que las tropas est¨¦n atrapadas en el fuego cruzado de la violencia sectaria. Y aunque reconoce que los iraqu¨ªes no est¨¢n preparados para asumir sus responsabilidades -ayer tambi¨¦n pidi¨® la destituci¨®n de Al Maliki, al que considera incapaz de resolver las diferencias entre las facciones iraqu¨ªes-, dice que el repliegue debe hacerse "de forma responsable".
La ex primera dama no es la ¨²nica que se muestra cauta al hablar del futuro de Irak. Barak Obama y John Edwards creen que la retirada debe hacerse de forma equilibrada con las cuestiones de seguridad. Y en esta l¨ªnea, Joseph Biden dice que dejar Irak a merced del caos provocar¨¢ una guerra regional.
La clave, seg¨²n los analistas, est¨¢ en ver si el presidente es capaz de aceptar una v¨ªa intermedia entre la permanencia y la retirada total. Pero como apuntan desde Oxford Analytica, "los dem¨®cratas son incapaces de construir un consenso que les permita atar al presidente de manos", y echan en falta una alternativa articulada a lo que ofrece la Casa Blanca. Sin embargo, creen que les ayudar¨¢ la divisi¨®n que reina entre las filas republicanas si son capaces de plantear una estrategia convincente.
Richard Lugar, antiguo presidente de la Comisi¨®n de Relaciones Exteriores del Senado, y John Warner, de la de Servicios Militares, piden abiertamente que se defina una estrategia de salida si el plan fracasa. Son dos senadores de la vieja guardia. El aspirante republicano John McCain entiende que los estadounidenses pueden estar cansados, pero pide "paciencia". Cree que la retirada ser¨¢ un error hist¨®rico, peor incluso que la invasi¨®n.
VIETNAM / IRAK
Estados Unidos tuvo m¨¢s de 500.000 soldados en Vietnam en su lucha contra el norte comunista. En Irak son 160.000
En Vietnam murieron en ocho a?os 58.000 soldados estadounidenses. En Irak son 3.716
En Vietnam murieron m¨¢s de cuatro millones de civiles vietnamitas. En Irak las cifras son confusas, pero las ONG aseguran que desde 2003 han muerto medio mill¨®n
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