Autoayuda para el PP
Conservo desde hace casi dos a?os una entrevista con Antonie Filissiadis que public¨® el diario La Vanguardia. Al tal Filissiadis lo presentaban como "entrenador emocional" y es autor de un libro, ?Persigue tus sue?os! (Obelisco), que fue un ¨¦xito de ventas. A trav¨¦s de su biograf¨ªa ejemplar y de sus coloristas palabras, la entrevista transmit¨ªa un entusiasmo vital, una esperanza en las posibilidades de cada cual para ser feliz que distingu¨ªa su voz de las de tantos otros que ofrecen f¨®rmulas en lo que ha venido a constituirse en el g¨¦nero de autoayuda. Como un esqueje vigoroso, esta clase de literatura comenz¨® hace un par de d¨¦cadas a prender en la tierra abonada de insatisfacci¨®n de Occidente, donde la opulencia material ha ido creciendo en proporci¨®n inversa a los valores espirituales y generando en los ciudadanos del bienestar una necesidad de otro orden alimenticio que ha proporcionado sustanciales dividendos a sus autores y editores, y acaso, en alg¨²n lector, un alivio difuso como un ¨¢rbol que trata de observarse en la lejan¨ªa del bosque. Nunca le¨ª el libro de Filissiadis pero s¨ª he rele¨ªdo m¨¢s de una vez su entrevista. Sus consignas son tan sencillas pero tan extra?amente convincentes que achaco la inmediatez de su eficacia a algo relacionado con el tono del autor, h¨¢bilmente aplicado a la reconocible esencialidad de las ideas que postula. Viene a decir Filissiadis que la clave del ¨¦xito existencial reside en perseguir los propios sue?os, para lo cual es imprescindible, en primer lugar, ser capaz de identificarlos y enunciarlos de forma correcta. Aunque lo parezca, no es tan f¨¢cil saber cu¨¢les son ¨¦stos de verdad. Propone que cada cual elabore una lista y se atreva a engrosarla con, al menos, 25 sue?os. Despu¨¦s todo consiste, seg¨²n ¨¦l, en perseguirlos sin miedo al fracaso. El miedo a perder, dice Filissiadis, nos hace perder. Y para talar el miedo de ra¨ªz su primer consejo es radical: "Morir¨¦is", recuerda, "es muy importante ser bien conscientes de eso para aprovechar el tiempo". Cada vez que Filissiadis tiene una duda, consulta a la muerte: se imagina muerto a su lado y se pregunta; las respuestas, asegura, siempre son sabias.
Se dir¨ªa que Gallard¨®n ha le¨ªdo a Filissiadis, y hasta que fuera aventajado alumno de uno de sus seminarios. Que, con buena letra jesuita y firme pulso liberal, hubiera elaborado su lista de sue?os y se hubiera aprestado a perseguirlos sin miedo. Que tuviera tan identificados sus sue?os que haya conseguido hacerlos reconocibles no ya para s¨ª mismo sino para cualquiera. Todos sabemos desde hace mucho tiempo que Gallard¨®n sue?a con el Gobierno de la naci¨®n: lo que ha hecho p¨²blico en los ¨²ltimos d¨ªas no es m¨¢s que una nueva edici¨®n de su lista. La reacci¨®n de la mayor¨ªa de sus correligionarios demuestra, por el contrario, que sus compa?eros de partido no han asistido al seminario de Filissiadis. Que no han identificado correctamente sus sue?os, por lo que tienen m¨¢s miedo de los sue?os de Gallard¨®n que de los suyos propios, que curiosamente no coinciden. (M¨¢s miedo que verg¨¹enza). Que justo en su incapacidad para imaginar la propia muerte se agazapa la sombra letal de Gallard¨®n. Que, como en la vida misma, la muerte puede ser s¨²bita, joven, o puede demorarse, lenta y sibila. Pero llega. El gran error del PP, que si no atiende a Filissiadis puede ser garrafal, consiste en no darse cuenta de que el sue?o de Gallard¨®n y el suyo propio habr¨ªa de ser un mismo sue?o, mucho m¨¢s dif¨ªcil de conseguir si no es identificado por ambas partes. Porque, desde el punto de vista de la estrategia pol¨ªtica, Gallard¨®n tiene m¨¢s raz¨®n que sus enemigos de entre sus filas. Despreciar la capacidad de Gallard¨®n para atraer votos demuestra, por una parte, un desperdicio y hasta un despilfarro de las opciones de ¨¦xito electoral de un partido al que Rajoy ha llevado a la deriva y que Acebes, Zaplana y Aguirre insisten en conducir a un puerto que, mal que le pese a Fern¨¢ndez D¨ªaz, est¨¢ obsoleto en su radicalidad ideol¨®gica y formal. El "relativismo" con el que el secretario general insin¨²a que se confunde la "moderaci¨®n" de un Gallard¨®n que arrasa en las urnas no es sino la inevitable v¨ªa de renovaci¨®n de una derecha cuya principal garant¨ªa de futuro reside en el abandono de sus posiciones m¨¢s apost¨®licas y fachas. Visto desde fuera, su pataleo contra Gallard¨®n s¨®lo demuestra tal falta de inteligencia y sue?o pol¨ªtico, tal miedo a perder el propio sill¨®n, que impulsa a recomendarles un libro cualquiera de autoayuda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.