El lado oscuro de Nicolas Sarkozy
Yasmina Reza retrata al presidente franc¨¦s en su nuevo libro 'El alba, la tarde o la noche'
Yasmina Reza es dramaturga y novelista francesa. Sus textos han sido traducidos a 35 idiomas. Su pieza Art (Arte) ha estado en cartel a?os en todas las capitales donde se ha estrenado y, entre ellas, algunas de tanta solera teatral como Londres (cinco a?os) y Nueva York (dos a?os). Es la primera no brit¨¢nica que obtiene el premio a la mejor comedia. Su decimocuarto libro L'aube le soir ou la nuit (El alba, la tarde o la noche) es el relato de un a?o siguiendo a Nicolas Sarkozy. Un retrato que ella le propuso. Y Sarkozy supo enseguida que ten¨ªa la impresi¨®n de correr un gran riesgo: "Incluso si me destruye, saldr¨¦ engrandecido", le dijo.
El libro obvia las descripciones de lugares para limitarse a las relaciones entre personajes del entorno Sarkozy, con ¨¦l en el centro. Aprendemos que tiene todos los tics del mundo, que cojea, que no escucha casi nunca, que siempre tiene prisa y que s¨®lo deja de mover las piernas cuando algo le interesa realmente. Es un hortera y un tipo extremadamente inteligente. Cuando por fin gan¨® la elecci¨®n presidencial le confes¨®: "En el fondo estoy contento, pero sin alegr¨ªa".
"Lo tengo todo para estar contento. Pero no me excita. Ya estoy en la presidencia"
Para Reza esto hay que relacionarlo con una m¨¢xima de Fran-?ois Mitterrand, para quien s¨®lo pod¨ªa ser presidente de la Rep¨²blica alguien que "desea, ama y quiere". Y seg¨²n ella, Sarkozy "quiere a no importa qu¨¦ precio, aunque sea al de los mayores sacrificios, algo que ya no le excita y que ha dejado de amar".
?Por qu¨¦ el libro? Porque los pol¨ªticos "se la juegan". "Eso me emociona. Apuestan fuerte. Y son al mismo tiempo el jugador y la apuesta. Se ponen encima de la mesa. No se juegan la existencia sino algo m¨¢s importante, la idea que se han hecho de ella". Es el punto de vista de Yasmina Reza. El de Sarkozy es otro: "Ganar es gustar, mi oficio es decidir. Estaba inquieto sobre mi capacidad para gustar".
Una autora consagrada corre m¨¢s riesgos que el propio pol¨ªtico al proponerse como retratista de ¨¦ste. Si lo pone en rid¨ªculo, si abusa de su supuesta superioridad art¨ªstica, nadie va a sorprenderse y si lo elogia, si lo deja demasiado bien, todos sospecharan que es a cambio de algo. Cuando escribe que "lo que me interesa es contemplar un hombre que quiere competir con el paso del tiempo" tenemos el sentimiento de que tal prop¨®sito es excesivo para un pol¨ªtico en tiempos de paz. Pero el talento de la escritora funciona cuando cuenta con exactitud y rapidez lo que ha visto.
Durante un di¨¢logo con el presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ¨¦ste no cesa de servirse de la muletilla "si Dios quiere", a lo que Sarkozy responde: "As¨ª pues, yo debo mi futuro a los electores y usted a Dios". De S¨¦gol¨¨ne Royal afirma: "En Francia no est¨¢ claro que ser una nulidad sea un inconveniente". Habla de los embajadores franceses en Mosc¨² y Beirut tratando al primero de "cretino" y al segundo de "c¨¦lebre est¨²pido". En cambio, todo son elogios para "Zapatero y Rubalcaba, Blair y Prodi, que no son de izquierdas".
El presidente de la Rep¨²blica tiene claro en qu¨¦ es distinto: "Soy de derechas, pero no soy conservador. El Partido Socialista es el partido del inmovilismo. El peor riesgo es no correr ninguno". Tiene prisa y no sabe lo que es la nostalgia: "Soy extranjero de mi pasado. Lo ¨²nico que me interesa es esta tarde, ma?ana".
La escritora se sorprende de que no diga "ahora", pero Sarkozy no parece alguien capaz de disfrutar el presente, pues "la ambici¨®n transforma el deseo en incandescencia". "Lo tengo todo para estar contento: quer¨ªa un partido y lo tengo; quer¨ªa las mejores carteras y las he tenido; so?¨¦ con hacerme una situaci¨®n y lo he logrado. Pero no estoy excitado. Es muy duro. Ya estoy en la presidencia. Ya no soy el de antes". Y Reza dice asistir a su "fosilizaci¨®n". Basta con ganar, con obtener lo que se quer¨ªa, para que el motor del deseo se apague.
En L'aube le soir ou la nuit hay una ausencia que salta a la vista: Cecilia Sarkozy. La esposa del presidente apenas es mencionada una vez, no la "vemos" casi nunca. ?Incompatibilidad entre las dos mujeres? ?Celos? ?Ausencia real de la persona? ?Acuerdo previo entre retratista y retratado? Lo que s¨ª sabemos es que la noche misma de la elecci¨®n de Sarkozy, en la fiesta del restaurante Fouquet's, Yasmina Reza no figuraba en la lista de invitados. La hab¨ªa confeccionado Cecilia. "Cuando el pr¨ªncipe es coronado rey, los que han visto llorar al pr¨ªncipe son enviados a las minas de sal", recuerda la dramaturga. Su mina de sal es la redacci¨®n del libro. ?Le ha gustado a Sarkozy? ?ste ha dicho lo de siempre: "Nunca leo lo que escriben sobre m¨ª".
A veces los di¨¢logos parecen salidos de una buena comedia americana, como ese instante en el que el ex primer ministro Alain Jupp¨¦ y Sarkozy hablan de teatro. El primero asegura que "se puede ser feliz en un papel secundario", y el segundo inmediatamente ordena: "Anota esto, Yasmina. 12 de febrero 2007, de regreso de Berl¨ªn. Alain Jupp¨¦ dice que se puede ser feliz en un papel secundario". Pero Jupp¨¦ precisa: "No lo he dicho yo". Y Sarkozy concluye: "Eso es a¨²n m¨¢s grave. El indeterminado es una tentativa de disimulaci¨®n", concluye Sarkozy.
Otras veces, Sarkozy ridiculiza el aburrimiento de los tiempos muertos: "Haces decenas de kil¨®metros en coche para encontrarte, al final, con un tipo que te pregunta: '?qu¨¦ hay de la prima comunitaria para las ovejas?". Admite sin rubor cuando es demagogo.
Algunas referencias son demasiado breves, como la de su primera esposa, Marie, quien recuerda: "Cuando viv¨ªamos juntos, Nicolas y yo ¨¦ramos muy practicantes; espero que ¨¦l siga creyendo en Dios; le deseo que encuentre la paz". En Dios no se sabe, pero s¨ª en s¨ª mismo: "No hay nada peor que los consejos. No los escucho. Pueden resumirse en esto: nunca es buen momento".
Para Reza, detr¨¢s de toda la agitaci¨®n de Sarkozy est¨¢ una infancia no satisfecha, no culminada, infeliz y que tuvo que abandonar demasiado pronto. De ah¨ª ciertas bromas infantiles. En Saint-?tienne, antes de un mitin, ante un pabell¨®n de deportes repleto, le dice: "Mira, t¨² has estado cinco a?os en cartel en Londres, dos en Nueva York, pero en Saint-?tienne no eres nadie". En otro momento, tras una entrevista televisiva, se vanagloria de haber conseguido "la mejor cuota de audiencia del canal".
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