Heroica Dibaba

Del caos surgieron ayer dos atletas para explicar c¨®mo se lucha en la jungla del atletismo de corneta y carga; entre atletas negras y larguiruchas blancas anglosajonas, y frente a corredoras enceladas por ex compatriotas disfrazadas con banderas de conveniencia. Del caos, atletas por los suelos, zapatillas por los aires en la vuelta 13? de la final femenina de los 10.000 metros, surgi¨® espl¨¦ndida Mestawet Tufa, que se lanz¨® a deg¨¹ello para recuperar el espacio perdido. Tufa enlaz¨® con el grupo de cabeza, lider¨® la prueba y se retir¨® agotada por el esfuerzo. Del caos sali¨® Tirunesh Dibaba agarr¨¢ndose el est¨®mago. A un mundo de distancia de la l¨ªder. Dolorida. Y a punto de firmar una noche excepcional que le llev¨® hasta el oro (31m 55,41s) y la dej¨® a un paso de igualar a Lasse Viren, que consigui¨® el doblete de los 10.000 y los 5.000 en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich 72 tras caerse en los 10 kil¨®metros.

Durante un pu?ado de vueltas extenuantes, Dibaba corri¨® sola, recuperando cent¨ªmetro a cent¨ªmetro. Fue una fondista con el cuajo de las campeonas. Inmune al desaliento. Ciega a la tentaci¨®n de vaciarse enlazando con ellas. Taimada para reencontrarse poco a poco con la final, esconderse en el grupo y atacar al ruido de la campana de la ¨²ltima vuelta. Su exhibici¨®n provoc¨® los aplausos del poco p¨²blico presente. Y dej¨® a Elvan Abeylegesse, turca nacida et¨ªope, vieja colega, ahora enemiga, con la plata.

"Hac¨ªa mucho calor. Me dol¨ªa el est¨®mago y eso me hizo muy dif¨ªcil correr. Estuve a punto de no salir. Estoy feliz", reconoci¨® Dibaba. "He ganado muchos campeonatos, pero ninguno tan dif¨ªcil como ¨¦ste. Si no hubiera estado representando a mi pa¨ªs, me habr¨ªa retirado. Me hab¨ªan dejado muy atr¨¢s. Es el ¨¦xito m¨¢s grande de mi carrera", continu¨®; "entren¨¢ndome, ya me dol¨ªa. Mi m¨¢nager me dio una medicina, pero no lo arregl¨®. Eran punzadas, como grapas. Me siento extremadamente feliz por m¨ª pa¨ªs".

Dibaba, de 22 a?os, busca ahora ganar el oro en los 5.000 metros y repetir el doblete que logr¨® en los Mundiales de Helsinki 2005. Ah¨ª le espera m¨¢s calor y humedad. M¨¢s sufrimiento. M¨¢s golpes. Y una nueva ocasi¨®n para la venganza: Meseret Defar, compatriota y enemiga ¨ªntima, tambi¨¦n los corre.