La rutina de los tres de Birmingham
Casado, Higuero y Gallardo pasan sin problemas a las semifinales de los 1.500
El valor. Manolo Mart¨ªnez. Tres nulos. El valor de arriesgar, de alcanzar nuevos l¨ªmites, el inconformismo, llev¨® al lanzador de peso leon¨¦s a probar este a?o una nueva t¨¦cnica, la giratoria. Mediada la temporada, el capit¨¢n de una gran generaci¨®n de atletas espa?oles que se acerca al ocaso, la que naci¨® con el Mundial de Sevilla, comprob¨® que haciendo girar su cuerpo como un disc¨®bolo no iba a ninguna parte. Volvi¨® a la t¨¦cnica lineal. Su cabeza, un caos. Su cuerpo, una contradicci¨®n. Pese a ello, pese a estar mal, decidi¨® competir en un Mundial m¨¢s. Se fue deprimido pero sin arrojar la toalla. A¨²n tiene un invierno para limpiar telara?as, para prepararse cara a Pek¨ªn. Eso dijo. Para una temporada m¨¢s, ser¨ªa la 16? en la elite mundial.
El miedo. Mayte Mart¨ªnez. El miedo de sentirse bien, de no estar a la altura de su forma. Otra de la generaci¨®n que se apaga, la vallisoletana Mayte Mart¨ªnez tambi¨¦n comenz¨® el a?o arriesgado, dedicando el invierno al 1.500, lo que, definitivamente, le ha ido muy bien, como demostr¨® ayer con una espl¨¦ndida recta final en su serie de 800 metros. Las eliminatorias de 800, tanto en hombres como en mujeres, son las pruebas m¨¢s condenadamente complicadas de gestionar. Es un t¨®pico mil veces repetido aqu¨¦l de que es m¨¢s dif¨ªcil clasificarse que lograr medalla en la final: t¨®pico pero verdad, como ayer comprobaron en sus carnes, entre otras, la ucrania Julia Krevsun, que llegaba con la mejor marca del a?o, y la hermosa rusa de los ojos verdes y grises, nublados por las l¨¢grimas al final, Svetlana Cherkasova, una de las favoritas para la victoria final. No as¨ª Mart¨ªnez, la nerviosa Mart¨ªnez, que aceler¨® lo suficiente para entrar entre las tres primeras y clasificarse. "Es que soy una gran competidora", dijo. "Estaba nerviosa porque estoy mejor que nunca. He estado todo el d¨ªa acelerada, sin parar de aqu¨ª para all¨¢, pero cuando ha sonado el disparo, me he calmado".
La rutina. Los tres de Birmingham. Los herederos. El grupo que lleva el peso del relevo generacional. Juan Carlos Higuero, Sergio Gallardo y Arturo Casado coparon el podio de los Europeos en pista cubierta, el pasado invierno en Birmingham. Ayer comenzaron su camino hacia la final del mi¨¦rcoles. Su rutina clasificatoria. Lo hicieron de aquella manera. Gallardo mostrando sus l¨ªmites; Higuero con susto; Casado, regular. Pasaron ronda y, al mismo tiempo, comprobaron que el enemigo no es un tigre de papel. Que Mehdi Baala, el fino franc¨¦s de origen marroqu¨ª, el que gan¨® por un dedo la plata del Mundial de Par¨ªs a Reyes Est¨¦vez, corre f¨¢cil y fluido; que Rashid Ramzi, el oscuro, el marroqu¨ª nacionalizado en Bahr¨¦in que desapareci¨® del mapa despu¨¦s de proclamarse doble campe¨®n del mundo -800 y 1.500 metros en Helsinki hace dos a?os-, ha regresado con fuerzas y ganas; que Alan Webb, el yanqui, tambi¨¦n est¨¢ en forma... Al menos tambi¨¦n pudieron ver que algunos de los que ten¨ªan marcados como peligrosos, como el tremendo ucraniano Ivan Heshko, quedaban eliminados, y que otros, como el peligroso keniano Daniel Komen, pasaban por tiempos y por los pelos.
Higuero, como casi siempre, se manej¨® ca¨®ticamente en la selva t¨¢ctica de las clasificaciones y se pas¨® de confiado. En su serie, la primera, marchaba tan tranquilo a rueda de Webb, que abr¨ªa pas¨®, que se olvid¨® de que es peligroso quedarse encerrado. En la ¨²ltima curva, cuando empezaron a acelerar por detr¨¢s, lo not¨®. De repente, se vio rodeado. "Y por delante no me abr¨ªan paso", dijo el arandino. "Pero bueno, en lugar de ponerme nervioso me dije que habr¨ªa que esperar a la recta. All¨ª forc¨¦ y me met¨ª por el interior, as¨ª que se puede decir que he ahorrado por defecto: en lugar de correr los ¨²ltimos 200 metros s¨®lo he forzado en los 100". Maneras de ver el mundo, en efecto. Casado, el inmenso madrile?o de Santa Eugenia, por su parte, prefiri¨® darle gusto al cuerpo en su serie, que gan¨® esprintando en la recta. "He vivido sensaciones raras, por la hora, por el calor, por la humedad", dijo Casado. "Pero eso lo habr¨¢n sufrido todos. Al final, s¨ª, quise ganar la serie, darme ese lujo, tener ese privilegio". Todo, claro, dentro de la rutina.
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