Loco por el papel
Durante un par de a?os, ha estado dando vueltas por mi cabeza un tema recurrente: c¨®mo responder a un l¨ªder ecologista que me dice que bajar el consumo de papel ser¨ªa bueno para la sociedad. En el caso de la violencia, la pobreza o la guerra, menos es m¨¢s; pero en el papel, como en el sexo, menos es definitivamente menos.
Para empezar, tengo como uno de mis primeros recuerdos en la escuela, la estufa de serr¨ªn delante de la cual, el maestro resfriado secaba, con la ayuda de un alambre, su pa?uelo de algod¨®n lleno de mocos ya a media ma?ana. A m¨ª, aquello me parec¨ªa de lo m¨¢s normal entonces. Ahora, cada vez que compro pa?uelos de celulosa, aquel primer maestro entra en mi cabeza.
"A¨²n echamos demasiado papel a la basura en vez de depositarlo en el contenedor azul"
"Resulta que el papel tiene las virtudes de ser sostenible, reciclable y biodegradable"
Ya s¨¦ que es un caso extremo, pero les voy a contar otro para que vayan entendiendo. Estoy en la Cuba del Periodo Especial, aquella que surgi¨® tras la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Visito como t¨¦cnico vendedor una moderna f¨¢brica de cajas de cart¨®n ondulado, precisamente regalada al r¨¦gimen por Francia y sin un kilo de papel para ondular. Como el pa¨ªs no tiene dinero para comprar papel en Canad¨¢, que es donde yo trabajo, no pueden hacer cajas con las que envasar la cosecha de naranja para exportaci¨®n, y mientras tanto, las naranjas caen del ¨¢rbol y se pudren. Me ofrecen intercambiar papel por naranjas, pero mi empresa quiere d¨®lares, aunque sean canadienses, que tambi¨¦n valen lo suyo. Kafkiano, me dir¨¢n. No, simplemente un ejemplo t¨ªpico de un pa¨ªs con un consumo bajo de papel.
Para completar mi exposici¨®n del absurdo, d¨¦jenme recordarles que solo hace un lustro hubo un pa¨ªs donde el consumo de papel bajo a la mitad de un a?o para otro. La sorpresa de mi amigo ecologista hubiera sido may¨²scula, porque ning¨²n argentino le dir¨ªa que su bienestar aument¨® despu¨¦s de la debacle.
Y es que, como ya habr¨¢n adivinado, estoy contra la idea seudoprogresista de que consumir papel es malo para la salud, el medio ambiente y los bosques. Para m¨ª, consumir menos papel significa tener menos ordenadores, menos hospitales, menos medicina, menos comida y, sobre todo, menos cultura. El papel atraviesa nuestras vidas desde el principio hasta el final, desde que nos levantamos hasta que nos dormimos.
Mi locura con y por el papel tiene un fundamento cierto. Aparte de que sea necesario para transportar naranjas, envasar la leche y las galletas, editar El Quijote o el Playboy y este mismo peri¨®dico o para enviar las facturas de Telef¨®nica (bueno, eso ya no s¨¦...), resulta que tiene las virtudes de ser sostenible, reciclable y biodegradable. Y si esto no fuera suficiente para nuestra sociedad, el reciclado del papel tambi¨¦n evita el llenado prematuro de los vertederos y, en su manufactura, genera miles de puestos de trabajo que nunca pueden ser deslocalizados. El papel es una de las pocas industrias con crecimiento. ?Queda alguna otra?
Para m¨ª, afirmar que cortar ¨¢rboles es malo, es no solo equivalente a decir que cortar coles es brutal, sino que es postular que el sol es el centro del universo y las estrellas est¨¢n pegadas a la famosa esfera de cristal.
En realidad, cortar ¨¢rboles genera la imperiosa necesidad de tener, crear, cuidar y sostener bosques. La madera, adem¨¢s de ser la base del papel, es CO2 s¨®lido. Este peri¨®dico era anh¨ªdrido carb¨®nico procedente de la quema de gasolina u otro combustible. Una semilla, la luz, el agua y unos a?os hicieron el resto. Si llen¨¢ramos de ¨¢rboles cada espacio disponible, lograr¨ªamos bajar la concentraci¨®n de gases de efecto invernadero. Lo que realmente hay que hacer no es evitar la tala de ¨¢rboles, sino plantar diez veces m¨¢s. Cuantos m¨¢s papeles haya sobre tu mesa, menos CO2 habr¨¢ en el aire. ?F¨ªjate lo pernicioso que es el papel!
El papel es reciclable sin l¨ªmites. Cada gramo de papel que entra en los contenedores azules se recicla y con ¨¦l se hace papel nuevo. Hay f¨¢bricas en Espa?a que producen papel nuevo con el que se ha depositado en la calle s¨®lo 48 horas antes. Otras tardan algo m¨¢s, pero lo cierto es que el 85% del papel producido en el pa¨ªs proviene de papeles recuperados. De hecho, Espa?a debe importar cada a?o m¨¢s de medio mill¨®n de toneladas de papel recuperado de Francia, Portugal o Reino Unido, porque los ciudadanos a¨²n echamos demasiado papel a la basura en vez de depositarlo en el contenedor azul.
El papel es el soporte seguro y permanente de las ideas. ?Qu¨¦ har¨ªas, querido lector, si las palabras de mi art¨ªculo se levantaran contra el papel e hicieran su ej¨¦rcito particular? Mi art¨ªculo se convertir¨ªa en una sopa de letras, que quiz¨¢s pueda alimentar el cuerpo, pero no la mente.
Yo bendigo el papel. Sin ¨¦l, el mundo es m¨¢s pobre, m¨¢s siniestro y m¨¢s esclavo. El papel no nos da la libertad, pero nos hace m¨¢s libres.
Juan Vila es presidente de ASPAPEL.
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