"El Arenal es nuestro"
El final de las obras del aparcamiento de El Arenal ha propiciado que las 'txosnas' cl¨¢sicas recuperen su ubicaci¨®n junto a la R¨ªa
En noviembre de 2006 finalizaban las obras del nuevo aparcamiento del Arenal. Su construcci¨®n provoc¨® molestias durante cuatro a?os a vecinos, comerciantes o turistas, pero sobre todo a los miembros de las agrupaciones festeras que desde la primera edici¨®n de la Aste Nagusia montaban all¨ª su txosna. Han pasado casi un lustro desubicadas, en un exilio que ya ha finalizado porque como dice la mayor¨ªa de ellos han vuelto "a su casa", el Arenal bilba¨ªno.
Son las cinco de la tarde y por fin la lluvia da un respiro a la fiesta. Varios miembros de la comparsa Pinpilinpauxa se afanan en prolongar la sobremesa despu¨¦s de haber corrido mucho. Las canaletas que recorren el carril que sustenta la carpa en sus extremos, y que deber¨ªan filtrar el agua se han desbordado. "Se nos ha mojado todo, por supuesto hemos tenido que cortar la luz porque si no nos achicharramos". Joseba Egoz-kozobal explica un tanto angustiado que compa?eros de la txosna tuvieron que subir durante la ma?ana encima de la carpa para retirar residuos. Una vez pasado el mal rato y m¨¢s tranquilo Egozkozabal narra la felicidad que les produce estar ubicados otra vez en el Arenal. "Somos una de las comparsas m¨¢s veteranas. Los a?os que hemos estado fuera de nuestro sitio natural han sido raros". En la txosna Hontzak todos reclaman a Luis Fuentes como portavoz de la agrupaci¨®n. "Nosotros no hemos tenido problemas con la lluvia en toda la semana porque disponemos de un canal de desag¨¹e en nuestra txosna". Fuentes est¨¢ feliz por disponer de nuevo de un espacio que seg¨²n ¨¦l les pertenece desde hace 29 a?os. Esto ha hecho, aseguran, que pese a la cantidad de agua que ha ca¨ªdo durante toda la semana festiva la afluencia de p¨²blico a su txosna ha sido muy alta. "Lo m¨¢s importante es que despu¨¦s de tanto tiempo fuera hemos podido volver a nuestro lugar junto a la R¨ªa".
Quien recorra todo el recinto festivo observar¨¢ la cantidad de mensajes pol¨ªticos de m¨²ltiples colores y sabores exhibidos. Pero la ¨²nica txosna que hace referencias expl¨ªcitas a la violencia de g¨¦nero sufrida por las mujeres es la de Mamiki.
Ellas tambi¨¦n est¨¢n contentas por su regreso a la ribera de la R¨ªa. Con su vuelta han perdido espacio; el a?o pasado, cuando estaban frente a la iglesia de San Nicolas, dispon¨ªan de una amplia parte trasera que dedicaban a la creaci¨®n de murales, como el decorado con los nombres de todas las mujeres muertas ese a?o por la violencia machista. Ana Lizundia se toma un respiro a media tarde y sale un poco del barullo: "Antes est¨¢bamos todos apelotonados en un sitio muy peque?o; era realmente inc¨®modo". La queja m¨¢s repetida entre los festeros es el modelo de carpa impuesto por el consistorio bilba¨ªno. Lizundia explica que las normas son un poco estrictas, "no podemos tocar el suelo y esto hace dif¨ªcil el tema de los anclajes". Peso a todo, el sentimiento colectivo es de felicidad: "Por fin acab¨® el ¨¦xodo".
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