Tyson Gay, por KO
El estadounidense gana con 9,85s el gran duelo de la velocidad a Powell, superado tambi¨¦n por su primo Atkins
Ni tormentas en el horizonte -s¨®lo una clara Luna casi llena- ni electricidad en el ambiente. A las 22.20, en el estadio de Osaka, s¨®lo el silencio expectante de las grandes ocasiones, s¨®lo la atm¨®sfera pesada, el calor plomizo del verano japon¨¦s. Sobre la pista m¨¢gica, la superficie m¨¢s r¨¢pida jam¨¢s construida, ocho atletas, ocho banderas representadas -si hasta hab¨ªa un rubio esloveno con gafas y un sprinter de bolsillo de las Antillas Holandesas-, pero s¨®lo nos interesan dos. Calles cuatro y cinco. Un gigante de frente sudorosa, mirada huidiza, p¨¢nico. Asafa Powell, 1,88 metros, 87 kilos. Un oso. A su derecha, un felino de Kentucky. Grandes ojos cerrados, concentraci¨®n pura, ejercicios de control de respiraci¨®n. Tyson Gay. 1,83 metros, 77 kilos. Los dos reyes de la velocidad. Dos jovenzuelos muy soft, nada gesticulantes, nada de tatuajes, de gestos intimidatorios, de demostraciones gorilescas de poder propias de los a?os hard, de los a?os en los que los tacos de salida de las carreras de los 100 metros eran un desfile de m¨²sculos cultivados en gimnasios. Uno, Powell, jamaicano, es el m¨¢s r¨¢pido de la historia. Otro, Gay, el m¨¢s r¨¢pido del a?o. Ninguno de los dos ha ganado un t¨ªtulo mundial u ol¨ªmpico. Ninguno ha derrotado a su rival en todo el a?o. Para el ganador, todo, el trono dejado vacante por Justin Gatlin, el malo, el campe¨®n ol¨ªmpico y mundial, el recordman que dio positivo; para el derrotado, los despojos, la conmiseraci¨®n. Exactamente 9,85s despu¨¦s, el veredicto: Tyson Gay derrota a Asafa Powell por KO. Y no s¨®lo Gay: igual que en las semifinales, disputadas dos horas antes, el primo peque?o de Powell, Derrick Atkins, tambi¨¦n le super¨®.
No; pese a todo, no hubo r¨¦cord del mundo, que sigue en manos de Powell (9,77s). La tercera final m¨¢s r¨¢pida de la historia de los Mundiales (s¨®lo Mo Greene, el ¨ªdolo del Gay adolescente, en 1999 y 2001 fue m¨¢s r¨¢pido: 9,80s y 9,82s respectivamente) se corri¨® con 0,5 metros por segundo de viento en contra. Todo muy soft.
Y Tyson Gay sali¨® como nunca. Como una bala. Con un tiempo de reacci¨®n inferior incluso al de Powell: 142 mil¨¦simas de segundo por 145. Pero, dos zancadas despu¨¦s, Powell -mucha fuerza escondida en ese aire tan cool, la camiseta por fuera, la perilla- ya estaba dos metros por delante. A Gay, tan ligero, tan flexible, le falta a¨²n fuerza para salir disparado. Necesita m¨¢s m¨²sculo, m¨¢s brazos, m¨¢s espalda. M¨¢s t¨¦cnica.
Luego, en el turno de explicaciones y de disculpas, el perdedor intent¨® argumentar que se trastabill¨® en su segundo apoyo y que ya entonces perdi¨® el swing, el ritmo; que se qued¨® fuera de carrera. Pero lo que se vio sobre la pista fue a una bola amarilla tomar la delantera a pleno gas. Por delante de todos, lleg¨® a la l¨ªnea blanca que marca los 50 metros. Su territorio. Dice la teor¨ªa que, si Powell llega destacado a la zona en la que ya se corre con la cabeza erguida, las piernas juntas, cuando termina la fase de aceleraci¨®n y comienza la de velocidad sostenida, poco tienen que hacer sus rivales, Tambi¨¦n se dice que, en los 30 ¨²ltimos metros, su pisada de plant¨ªgrado, con toda la planta del pie sobre la pista, defecto derivado del mal estado de las de Jamaica, se ralentiza. Powell, ya se sabe, no es capaz de alcanzar sus l¨ªmites en la ¨²ltima fase, la de la agon¨ªa. "Eso es porque veo que ya tengo todo controlado e inconscientemente me relajo", suele justificarse.
Otros hablan de miedo. De pavor ante la presi¨®n. Otros recuerdan su salida nula en los Mundiales de Par¨ªs 2003 o su quinto puesto en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004, en los que sal¨ªa como favorito. En 30 zancadas, Gay estaba a su altura. En 31, ya lo ten¨ªa detr¨¢s. El mito se hund¨ªa. El atleta que corr¨ªa tan suelto, tan relajado, se convirti¨® de repente en una masa de m¨²sculos r¨ªgidos, atenazados. Y Gay, a quien se asocia con una figura crispada, se liber¨®, se solt¨®, vol¨®. Ya alguien demostr¨® que se pod¨ªa remontar al jamaicano. Fue Gay, lo que no deja de ser absolutamente l¨®gico. El ¨²nico que es capaz de mantener la velocidad tremenda de sus piernas en los 30 ¨²ltimos metros, los de la desaceleraci¨®n, aqu¨¦llos en los que los m¨²sculos de la mayor¨ªa, inundados de ¨¢cido l¨¢ctico, ya no pueden contraerse al mismo ritmo. Salvo si el coraz¨®n que los riega es el de Tyson Gay. Salvo si la cabeza que los manda es la de un chico como Gay, movido por la seguridad de que Powell acabar¨ªa cediendo.
Mientras Powell, ya liberado pese al fracaso, puede relajarse hasta los relevos del s¨¢bado, Gay no puede olvidar que tiene por delante a¨²n mucha faena: para empezar, el segundo desaf¨ªo, tambi¨¦n doble: ganar la prueba de los 200 metros a su amigo y compa?ero de entrenamientos Wallace Spearmon y a Usain Bolt, compatriota de Powell, y, misi¨®n casi imposible, hacerse con el r¨¦cord del mundo de Michael Johnson.
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