Una plata de ida y vuelta
Paquillo recupera en los despachos una medalla de la que hab¨ªa sido despose¨ªdo por los jueces por correr en los ¨²ltimos cinco metros de la prueba de los 20 kil¨®metros marcha
Aunque todas las medallas de plata parecen iguales, el mismo tono gris¨¢ceo, el mismo brillo p¨¢lido envidioso del oro, cada una de las cuatro de Paquillo Fern¨¢ndez tiene un color. Hasta ayer, hasta la calurosa madrugada de Osaka, el marchador de Guadix (Granada) especialista en los 20 kil¨®metros contaba con la plata feliz de los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004, la inici¨¢tica de los Mundiales de Par¨ªs 2003 y la amarga de los de Helsinki 2005. A ellas sum¨® ayer la plata en la modalidad de ida y vuelta, lograda, como en Par¨ªs, como en Helsinki, tras el monstruo, el ecuatoriano Jefferson P¨¦rez.
La primera medalla para Espa?a en los Mundiales lleg¨® de una manera cuanto menos curiosa, si no ajetreada, peripat¨¦tica. La plata perdida y hallada, tras decisi¨®n ins¨®lita, en el despacho del jurado de apelaci¨®n. A 120 metros de la llegada, tras una hora, 22 minutos y 20 segundos, m¨¢s que plata era una quimera. Puro bronce. Delante de Paquillo marchaban P¨¦rez, que poco despu¨¦s llegaba hasta la cinta de meta, se deten¨ªa, daba un pasito y se derrumbaba con espasmos en las piernas cargadas, contracturadas, acalambradas, y m¨¢s cerca, a no m¨¢s de diez metros de las piernas de goma de Paquillo, el feliz tunecino Hatem Ghoula, la plata ya en el bolsillo, que comenzaba a celebrar su mayor ¨¦xito. No contaba con la sed de Paquillo, quien de dos zancadas a¨¦reas, h¨¢biles, sin perder la compostura, manteniendo la t¨¦cnica, se coloc¨® a dos metros, y de otras dos, a cinco metros de la l¨ªnea, le adelant¨®. Un sprint en toda la regla. Un final en exhalaci¨®n que compensaba su sufrimiento, su aguante de veterano, su control ante los ataques combinados del ecuatoriano y el tunecino en el kil¨®metro 17. Ghoula, que se arriesg¨® a la descalificaci¨®n -lleg¨® a la ¨²ltima recta con dos tarjetas amarillas, a una de la expulsi¨®n, mientras Paquillo llegaba virgen-, y luego Jefferson. Cambios hasta reventarlo. Y, detr¨¢s de los dos, Paquillo, pendiente del ritmo de su coraz¨®n: 195 pulsaciones a cinco kil¨®metros, 196 a cuatro...,198 a uno. "As¨ª de bien iba", dijo, "y eso que puedo llegar a 200 y aguantar cinco kil¨®metros".
"Ve¨ªa que pod¨ªa, que Hatem se quedaba clavado. M¨¢s me arriesgu¨¦ en otros 'sprints"
El de Guadix record¨® que su t¨¦cnica es tan buena que sus v¨ªdeos se usan para ense?ar a los ¨¢rbitros
A un metro de la meta, la plata de Paquillo era una certeza. Diez minutos despu¨¦s, tras la felicitaci¨®n del secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, la vuelta de honor con la rojigualda, las fotos con su entrenador Korzeniowski, era puro humo: una roja directa cuando ya daba entrevistas hab¨ªa condenado la maniobra arriesgada, la fren¨¦tica recta del espa?ol, que no se conformaba con el bronce.
"?Claro, ni yo me habr¨ªa conformado!", exclam¨® su colega Jes¨²s ?ngel Garc¨ªa Bragado; "en esa situaci¨®n, el instinto te manda hacia adelante, a cazar, aunque luego puedas pensar que has corrido un riesgo tonto. Pero, claro, si tienes ya varias platas, un bronce no te dice nada". "Despu¨¦s de lo que me pas¨® en Gotemburgo, que me sacaron la tercera advertencia cuando ya iba a por la medalla, no me habr¨ªa arriesgado", le contradijo otro marchardor, Juanma Molina; "Paquillo ha jugado a la ruleta y le ha salido mal. Tiene que asumirlo". Lo asum¨ªa. "Los jueces han juzgado que corr¨ªa y me han echado. Eso lo asumo. As¨ª es la marcha", dijo; "pero que conste que no me he arriesgado nada. Ve¨ªa que pod¨ªa, que Hatem se quedaba clavado. M¨¢s me he arriesgado en otros sprints, como el que tuve con Brugnetti en Atenas, y no pas¨® nada". Y record¨® el de Guadix que su t¨¦cnica es tan buena que la Federaci¨®n Internacional de Atletismo usa v¨ªdeos con su marcha para ense?ar a los jueces.
Tan conforme se qued¨® el marchador que ni siquiera pens¨® en reclamar la aplicaci¨®n de una regla, la de la posibilidad de expulsi¨®n directa en el estadio, nacida en 2001, a ra¨ªz del caos en los Juegos de Sidney. Para protestar telef¨®nicamente estaba su entrenador, que ya hab¨ªa vivido, desde la otra parte, una situaci¨®n semejante. En Sidney 2000, Korzeniowski, el mejor marchador de la historia, se benefici¨® de la expulsi¨®n a posteriori del mexicano Bernardo Segura. Para evitar esa situaci¨®n tan pat¨¦tica, que estuvo a punto incluso de costar a la marcha su hueco ol¨ªmpico -los cr¨ªticos: en un deporte como el atletismo, no puede tener tanta importancia la apreciaci¨®n subjetiva de un juez-, se escribi¨® una regla seg¨²n la cual el juez principal puede expulsar a un competidor que de manera "obvia" marche de forma irregular en los ¨²ltimos metros para mejorar su posici¨®n. El ¨¢rbitro est¨¢ obligado a ense?arle la tarjeta nada m¨¢s cruzar la meta. Cosa que no ocurri¨® ayer.
Despu¨¦s protest¨® por escrito la federaci¨®n espa?ola. Nunca una decisi¨®n de un juez hab¨ªa sido revocada por un comit¨¦. Nunca hasta ayer, en que los cinco miembros -el sexto, el espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Odriozola no vot¨®- decidieron por unanimidad que no fue tan "obvio" que Paquillo corriera a por la plata. Unas horas despu¨¦s de hacerse humo, la plata se materializ¨® de nuevo, metal pesado, en el cuello del espa?ol.
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