Gordillo en el Pa¨ªs Vasco
El artista sevillano, afincado en Madrid, Luis Gordillo (1934) expuso en el Pa¨ªs Vasco por primera vez en 1968. Aconteci¨® en Bilbao, en la desaparecida galer¨ªa Grises. Diez a?os despu¨¦s lo hizo, tambi¨¦n en Bilbao, en la galer¨ªa Ederti. En 1981, el Museo de Bellas Artes bilba¨ªno present¨® una muestra antol¨®gica de su obra. Al a?o siguiente, fue el museo de Vitoria el que exhibi¨® una antol¨®gica de sus dibujos. En 1993, expuso en la galer¨ªa Windsor, igualmente en Bilbao. Al a?o siguiente, se celebr¨® una antol¨®gica de su obra gr¨¢fica en el Bellas Artes bilba¨ªno. Ese mismo a?o se prepar¨® otra exposici¨®n de obras gr¨¢ficas en la galer¨ªa Col¨®n XVI de la capital vizca¨ªna. En 1999, su obra se mostr¨® en San Sebasti¨¢n en la galer¨ªa DV. La ¨²ltima muestra en el Pa¨ªs Vasco se llev¨® a cabo el a?o pasado en Col¨®n XVI de Bilbao.
Como mago de la inseguridad y campe¨®n de la paradoja, est¨¢ convencido de que nunca se culmina una obra
Gordillo ha aspirado siempre a que su carrera art¨ªstica estuviera regida por una continua e imprevisible progresi¨®n
Se recuerda este paso por el Pa¨ªs Vasco de Gordillo a prop¨®sito de la muestra que en estos momentos se puede ver en el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid. Se trata de una exposici¨®n antol¨®gica con obras que van desde 1959 a 2007. Permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 25 de octubre. M¨¢s tarde, la exposici¨®n se llevar¨¢ al Kunstmuseum de Bonn (del 12 de marzo al 25 de mayo de 2008).
La exposici¨®n antol¨®gica del Reina Sof¨ªa es el itinerario de una vida de creaci¨®n apasionante, a trav¨¦s una muestra de etapas diferentes, unas tras otras y unas de otras. Gordillo ha aspirado siempre a que su carrera art¨ªstica estuviera regida por una continua e imprevisible progresi¨®n. Para que as¨ª fuera se ha movido en todo momento en la dicotom¨ªa de la construcci¨®n y la destrucci¨®n. Se ha empe?ado en ser uno y muchos a la vez. Y lo ha conseguido mediante el psicoan¨¢lisis (se ha psicoanalizado en varias ocasiones, durante muchos a?os). Como divagador de lo difuso, ha creado formas art¨ªsticas que parecen haber sido producidas por psic¨®patas irreducibles o por ni?os con su don natural de lo espont¨¢neo o por personas sin ning¨²n tipo de formaci¨®n cultural. Su yo interior se ha desdoblado profundamente para conseguirlo. Los resultados derivan hacia un mundo ir¨®nico y l¨²dico, donde reina el sutil sue?o de la memoria, lejos de la vida competencial que gira en torno a la realidad. Para ello ha vivido con apasionamiento la misteriosa bipolaridad del espejo -la figura del doble como gran leitmotiv de su producci¨®n art¨ªtica-, oponiendo lo informal a lo formal, lo l¨²dico a lo serio, lo intrascendente a lo trascendente y, al final de todo y m¨¢s importante, la irrealidad a la realidad.
Me parece menos significativo aducir que realiza grandes cuadros a partir de unidades muy peque?as, dado que lo peque?o le permite una mayor variedad, adem¨¢s de recordar que en sus obras sobresale un marcado acento de provisionalidad e inacabamiento. M¨¢s vale saber que un Gordillo insatisfecho obliga al Gordillo de siempre a empezar de nuevo y de cero. Un Gordillo inmiscuy¨¦ndose en las ideas de Gordillo, en un obsesivo af¨¢n por ver c¨®mo nace un renovado Gordillo, muy distinto al conocido. Esa es la clave para entender su arte. Y siempre bajo la inclinaci¨®n a expresar una cosa y la opuesta, todo ello al mismo tiempo.
Como mago de la inseguridad y campe¨®n de la paradoja, Gordillo est¨¢ convencido de que nunca se llega a culminar una obra. ?l se ve como el antih¨¦roe de la obra bien terminada, pero sabe que debe intentarlo cada d¨ªa. Quiz¨¢ en eso estribe su salvaci¨®n como artista. De ah¨ª que se le perciba no tanto preocupado por alcanzar el logro de la obra superior¨ªsima como por conseguir que cada obra sea distinta a la anterior. Dicho de otro modo: no persigue la pureza ni la identidad; corre tras la complejidad formal y lo heterog¨¦neo. O sea, no le importa el destino final, sino el camino.
En la b¨²squeda permanente de la desarmon¨ªa de los contrarios, creo ver algo del poeta franc¨¦s Rimbaud en Gordillo. En eso, y en tomar lo real como imposibilidad, junto al exacerbado intento de ambos por adentrarse sin freno alguno en el variopinto universo de la espontaneidad.
Ajilim¨®jili. Con el Premio Vel¨¢zquez de Artes Pl¨¢sticas, otorgado hace un par de meses a Luis Gordillo, se premian sus persistentes y obsesivas pesquisas por explorar dominios que no se comprenden, que se nos escapan. ?l ha afrontado el peligro, yendo hasta el extremo de experiencias que muy pocos son capaces de querer y, mucho menos, poder rebasar. Cada etapa pl¨¢stica por la que ha pasado siempre ha ido precedida por una suerte de rearme moral. ?sos son sus poderes; ¨¦sa su vida consagrada al arte. Sepan por ello lo dif¨ªcil que resulta encontrar en estos tiempos un artista aut¨¦ntico, tal Luis Gordillo. Tan dif¨ªcil y tan raro como encontrar un pajarito zurdo.
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