Verg¨¹enza del superviviente
Seg¨²n George Steiner, hoy la mejor literatura proviene de Europa del Este. No se puede estar m¨¢s de acuerdo con ¨¦l, si se piensa en lo que se est¨¢ traduciendo de Hungr¨ªa, Polonia, las antiguas Checoslovaquia o Yugoslavia. A una impresionante n¨®mina de autores nacidos en los a?os veinte y treinta -Milan Kundera, Imre Kert¨¦sz, Agota Kristof, Ad¨¢m Bodor- se suma la de la generaci¨®n de Adan Zagajewski, Dubrawka Ugrešic y Lazlo Krasnahorkai, seguida por la de Aleksandar Hemon, Zoran Feric y Andrej Stasiuk. La lista de nombres de primera categor¨ªa es larga, aunque en Espa?a se haya tardado en difundir autores hace tiempo celebrados en Francia y Alemania.
La obra del recientemente fallecido Aleksandar Tišma tambi¨¦n ha corrido esta suerte. No fue hasta la traducci¨®n al franc¨¦s de su tetralog¨ªa sobre la destrucci¨®n del mundo jud¨ªo en la Serbia pan¨®nica, que fue reconocido como uno de los grandes de la literatura europea del siglo XX. Hijo biling¨¹e de madre jud¨ªa h¨²ngara y padre serbio, naci¨® en 1924 en Novi Sad pero pas¨® la guerra en Budapest, donde llevaba la enajenada existencia de un bohemio mujeriego -como relata en su diario de juventud, Viaje a mi yo olvidado-, hasta que fue deportado a un campo de trabajo del que se fug¨® en 1944 para unirse a los partisanos. La obra que surge de estas experiencias est¨¢ impregnada de un omn¨ªvoro fatalismo, mezclado de una doliente sensualidad que tal vez encuentre su m¨¢xima densidad en su primera novela, El libro de Blam.
EL LIBRO DE BLAM
Aleksandar Ti?ma
Traducci¨®n de Luisa Fernanda Garrido y Tihomir Pi?telek
Acantilado. Barcelona, 2007
265 p¨¢ginas. 17 euros
Miroslav Blam, empleado
gris en una agencia de viajes estatal, no encaja en la Yugoslavia moderna. Es un "f¨®sil de una ¨¦poca hist¨®rica pasada", aunque s¨®lo han transcurrido quince a?os desde el final de la II Guerra Mundial: recorre las calles de su ciudad natal absorto en sus recuerdos de la antigua metr¨®poli en la que convivieron serbios, h¨²ngaros, jud¨ªos, rumanos y rutenos. Que su indolencia melanc¨®lica tiene razones no meramente sentimentales, se averigua casi de pasada. El relato de los encuentros casuales del paseante va cercando muy cuidadosamente la quiebra del mundo de Blam: la redada, en 1942, de los fascistas h¨²ngaros contra jud¨ªos y serbios en la que m¨¢s de mil personas fueron vilmente asesinadas y arrojadas al Danubio. La novela reh¨²ye cualquier efecto dram¨¢tico; desemboca en una especie de inventario f¨²nebre, una abrumadora Enciclopedia de los muertos, seg¨²n el t¨ªtulo de su compatriota Danilo Kiš.
Tišma es un romancier de un flujo narrativo irresistible, con un dominio absoluto de las t¨¦cnicas modernas y un estilo sobrio y conciso. Su atenci¨®n est¨¢ puesta en "la comprobaci¨®n de la solidez y cambiabilidad de material y seres humanos bajo diferentes condiciones de presi¨®n y temperatura", es decir, la inconsistencia del ropaje cultural del individuo dentro del maelstroem de la historia. Con Kert¨¦sz tiene en com¨²n la inteligencia psicol¨®gica y la mirada fr¨ªamente anal¨ªtica, aparte del rechazo de esquemas manique¨ªstas en la representaci¨®n del Holocausto. Los protagonistas de las novelas y relatos de Tišma son supervivientes desahuciados del habit¨¢culo moral. Su destino ha borrado la frontera entre bien y mal, entre verdugo y v¨ªctima. El ejemplo m¨¢s terrible de ello es Vilko Lamian, el kapo de la novela hom¨®nima publicada en Acantilado.
Para Blam, el jud¨ªo asimilado, la verg¨¹enza de haberse salvado deja abierta como ¨²nica perspectiva revivir el pasado. Un pasado que -una vez desaparecidos su familia, sus amigos de infancia, todo su entorno social- comprende como una oportunidad desperdiciada de asumir, hasta la autoinmolaci¨®n, su aborrecida identidad jud¨ªa: "Esta vez no se mover¨¢, sino que cerrar¨¢ el c¨ªrculo que interrumpi¨® por propia voluntad: permitir¨¢ que se cometa el crimen que debe cometerse, que se descubra un asesinato m¨¢s, un asesino y una v¨ªctima m¨¢s, en un hombre del que, de otro modo, nadie, ni siquiera ¨¦l mismo, habr¨ªa sabido nada, como hicieron todos los suyos antes que ¨¦l, ejecutando, ahora se lo parece, el acto de verdad m¨¢s profunda". El libro de Blam no hace concesiones a la escalofriante introspecci¨®n en los abismos de la psicolog¨ªa del superviviente. Una novela excepcional.
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