Dos a?os despu¨¦s del Libro Blanco de la generaci¨®n de electricidad
El desarrollo de la regulaci¨®n del sector el¨¦ctrico es normalmente un proceso lento, pero dos a?os parece un tiempo m¨¢s que prudencial para hacer balance de las propuestas del Libro Blanco sobre la reforma del marco regulatorio de la generaci¨®n el¨¦ctrica en Espa?a, que realic¨¦ por encargo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y que se hizo p¨²blico en el verano de 2005. Hay que recordar que el necesario proceso de reforma del sector se paraliz¨® -injustificablemente, pues lo que el sector y los inversores necesitaban era precisamente certidumbre regulatoria- a ra¨ªz de la opa de Gas Natural sobre Endesa, anunciada el 5 de septiembre del mismo a?o, y durante el culebr¨®n subsiguiente. Finalmente, los cambios recientes en el equipo del Ministerio han sacado al Gobierno de su letargo y durante el pasado a?o una buena parte de la actividad regulatoria se ha dedicado a afrontar los problemas que motivaron la realizaci¨®n del Libro Blanco. ?Qu¨¦ relaci¨®n guardan las reformas con lo que ¨¦ste propon¨ªa?
"Hay que hacer una planificaci¨®n indicativa para orientar las inversiones en infraestructura con criterios de sostenibilidad"
El Libro Blanco trata sobre muchos temas, desde mejoras en las reglas del mercado mayorista hasta introducir se?ales econ¨®micas de localizaci¨®n en la red de transporte o las directrices para encaminarnos hacia un modelo energ¨¦tico m¨¢s sostenible, pero sus dos ideas centrales son: "Vamos a darle una oportunidad al mercado el¨¦ctrico" y "la tarifa el¨¦ctrica no se fija, se calcula". El Libro Blanco propone que se elimine la regulaci¨®n que interfiere con el libre funcionamiento del mercado -muy en particular el mecanismo de compensaci¨®n por diferencias de los costes de transici¨®n a la competencia (los CTC)- y que se mitigue -utilizando un conjunto de instrumentos regulatorios- la capacidad de los agentes dominantes para modificar el funcionamiento del mercado en su beneficio, de forma que se pueda confiar en el precio resultante. Una vez conseguido lo anterior, la tarifa el¨¦ctrica -mientras dure- resultar¨ªa simplemente de sumar los costes acreditados de las actividades reguladas y de trasladar el precio de mercado de la energ¨ªa, reconociendo peri¨®dicamente los desv¨ªos que tengan lugar. As¨ª la tarifa constituye una se?al econ¨®mica v¨¢lida para el consumidor, cubre la totalidad de los costes incurridos y, por consiguiente, no existe d¨¦ficit tarifario.
Se han realizado considerables avances en el primer punto -dar una oportunidad a que funcione verdaderamente un mercado el¨¦ctrico-, en su gran mayor¨ªa en l¨ªnea con las propuestas del Libro Blanco, aunque en general, y de momento al menos, con menos vigor de lo que ¨¦ste propon¨ªa. As¨ª, se ha eliminado por completo la interferencia de los CTC en el mercado el¨¦ctrico, por el expeditivo procedimiento de cancelar de cuajo el procedimiento compensatorio vigente. Tambi¨¦n se han suprimido otras medidas intervencionistas que se hab¨ªan adoptado posteriormente al Libro Blanco para atajar, con escaso criterio y nulo ¨¦xito, el d¨¦ficit tarifario. Se han introducido instrumentos -como las subastas forzosas de una fracci¨®n de la producci¨®n de las dos empresas dominantes- que pueden permitir en un futuro mitigar el poder de mercado si se desarrollan adecuadamente, pues en su actual aplicaci¨®n tanto la cantidad como la duraci¨®n son muy inferiores a las que el Libro Blanco aconsejaba, as¨ª que la estructura de producci¨®n, aunque ha mejorado, sigue siendo excesivamente concentrada como para soportar una verdadera competencia. La venta de la energ¨ªa que se comercializa a tarifa regulada mediante subastas de medio plazo permite una atenta supervisi¨®n de la formaci¨®n de este precio, as¨ª como conocer su impacto en la formaci¨®n de la tarifa el¨¦ctrica. Se han adoptado medidas para favorecer la participaci¨®n de la demanda en el mercado y para reducir las barreras a la actividad de comercializaci¨®n. Y est¨¢n en marcha, al parecer con buen criterio, las mejoras en el mecanismo de garant¨ªa de potencia, la provisi¨®n de servicios complementarios y la introducci¨®n de se?ales de localizaci¨®n en la red de transporte.
M¨¢s claroscuros hay en relaci¨®n con la tarifa. En l¨ªnea con el Libro Blanco se han realizado los cambios normativos para que la tarifa no compita deslealmente con la actividad de comercializaci¨®n. Pero, si bien inicialmente se elimin¨® el desprop¨®sito de fijar por decreto una senda multianual a la tarifa el¨¦ctrica -pues seg¨²n la ley que regula el sector, aqu¨¦lla viene fijada en su mayor parte por el mercado-, las decisiones posteriores han sido parecidamente decepcionantes. Desoyendo las recomendaciones del equipo ministerial y de la Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa y en total contradicci¨®n con lo que el Libro Blanco plantea, el Gobierno persiste en emitir un mensaje enga?oso, anunciando l¨ªmites en las subidas que no son tales, pues consisten en aplazar -que no rebajar- el pago de la tarifa el¨¦ctrica, posponiendo la necesaria e inevitable subida e incrementando la deuda de los espa?oles con las empresas el¨¦ctricas, que ya excede los 200 euros de media por ciudadano.
Hay dos propuestas m¨¢s del Libro Blanco que merecen comentarse. La eliminaci¨®n de los CTC se realiz¨® ignorando una de las recomendaciones del Libro Blanco -la que fue peor recibida por el sector, como era de esperar-, y era que se aprovechase la ocasi¨®n de rematar los CTC para restablecer -ahora a favor de los consumidores- el equilibrio entre ¨¦stos y las empresas, que alter¨® la introducci¨®n de la Ley del Sector El¨¦ctrico en 1997 y del que los CTC constitu¨ªan el mecanismo compensatorio. El "despiste" del Gobierno, eliminando sin m¨¢s los CTC, ha reducido considerablemente la posibilidad de utilizar instrumentos regulatorios ortodoxos para reducir lo que pudieran considerarse ganancias excesivas de las empresas.
El estudio de prospectiva energ¨¦tica para 2030 que anunci¨® el presidente del Gobierno el oto?o pasado y que se espera se haga p¨²blico para final de este a?o, atiende a la recomendaci¨®n final del Libro Blanco. Y es que, sin menoscabo de la libertad de actuaci¨®n de los agentes de los mercados de energ¨ªa, se realice una verdadera planificaci¨®n energ¨¦tica indicativa a largo plazo para orientar estrat¨¦gicamente las inversiones en infraestructura del sector con criterios de sostenibilidad: cambio clim¨¢tico, equidad en el acceso universal a la energ¨ªa, seguridad del suministro energ¨¦tico y competitividad de la econom¨ªa.
Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Arriaga es profesor en el Instituto de Investigaci¨®n Tecnol¨®gica de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, director de la C¨¢tedra BP de Desarrollo Sostenible y miembro de la Real Academia de Ingenier¨ªa.
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