Romper la tregua no sale gratis

Desde la ruptura de la tregua, el 5 de junio, la polic¨ªa ha detenido a ambos lados de los Pirineos a 26 miembros de ETA, incluyendo algunas piezas esenciales para el funcionamiento criminal de la banda. No es s¨®lo el lenguaje (con la apelaci¨®n a la derrota del terrorismo) lo que ha cambiado. Y aunque el Gobierno y el principal partido de la oposici¨®n no hayan reactivado formalmente el Pacto Antiterrorista, est¨¢n aplicando, sin decirlo, sus puntos principales.

En la operaci¨®n policial de ayer en una localidad pr¨®xima a Toulouse fue detenido el principal experto en fabricaci¨®n de explosivos y otros tres activistas a los que se supone implicados en el atentado de Barajas en diciembre y con el fallido de Castell¨®n del domingo pasado. La casa en la que fueron capturados parece ser el lugar donde ETA preparaba sus explosivos y montaba los coches bomba. Se trata, por tanto, de una operaci¨®n de envergadura, aunque lo m¨¢s importante es la continuidad de la eficacia policial durante todo el verano. Aprendiendo del pasado, las Fuerzas de Seguridad han actuado desde la hip¨®tesis m¨¢s pesimista: que la banda romper¨ªa la tregua. Hacerlo no le est¨¢ saliendo gratis. Era muy importante demostr¨¢rselo a sus jefes, activistas y seguidores.

Los terroristas se han anotado como tantos propios del periodo de tregua haber dinamitado la unidad entre Gobierno y oposici¨®n plasmada en el Pacto Antiterrorista; y cuentan con esa ruptura para intentar condicionar los resultados electorales. Sin embargo, el balance no es definitivo. Como proclama ese pacto, el Gobierno est¨¢ aplicando todos los medios del Estado de derecho para derrotar la estrategia de la banda, para lo que cuenta con el respaldo expreso de la oposici¨®n. Y el objetivo de acabar con cualquier intento de legitimaci¨®n directa o indirecta de ETA no s¨®lo se mantiene, sino que cuenta con el apoyo de fuerzas de las que pod¨ªa dudarse cuando se redact¨® el acuerdo.

Ciertas concesiones realizadas durante el proceso de paz son dif¨ªcilmente reversibles. Por ejemplo, la manga ancha para permitir la participaci¨®n fraudulenta de ANV, la pantalla de Batasuna, en las elecciones. Pero si hay atentados y sigue neg¨¢ndose a condenarlos, a¨²n es tiempo de romper las alianzas que han permitido a quienes se amparan en esas siglas hacerse con algunas alcald¨ªas; y de practicar una pol¨ªtica de aislamiento que les haga ver que tampoco para ellos es gratis mantener su sometimiento a ETA tras la ruptura del alto el fuego.