?Debe desaparecer el examen MIR?
El sistema espa?ol de formaci¨®n especializada en ciencias de la salud ha adquirido un merecido prestigio estatal e internacional y ha sido parte esencial del cambio que se inici¨® en nuestro sistema sanitario a mediados de la d¨¦cada de 1960. Espa?a es desde hace tiempo un pa¨ªs de referencia para la formaci¨®n especializada de los licenciados procedentes de Am¨¦rica Latina y, m¨¢s recientemente, para los de pa¨ªses del Este de Europa.
El sistema se dise?¨® y ha estado dirigido esencialmente por expertos y miembros de la Administraci¨®n del ¨¢mbito sanitario, con una participaci¨®n de las autoridades y Administraci¨®n educativa que se limita al reconocimiento de las titulaciones obtenidas en el sistema y a la presencia institucional en las reuniones de los grupos de trabajo y plenarias del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud.
La ley obliga a reformar el examen MIR antes de 2011 con una orientaci¨®n te¨®rico-pr¨¢ctica que permita evaluar habilidades adem¨¢s de conocimientos
En la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses de nuestro entorno no deja de sorprender, por inusual y poco l¨®gica, esta escasa integraci¨®n de las autoridades y expertos de los ¨¢mbitos sanitario y educativo en el campo de la formaci¨®n especializada, situaci¨®n que seguro tuvo su justificaci¨®n en los primeros a?os de desarrollo del sistema, pero que en los tiempos actuales necesita ser reconsiderada.
En Espa?a, el examen de entrada al sistema MIR ha actuado, y a¨²n lo hace hoy, como un potente elemento condicionante de los objetivos y m¨¦todos de la ense?anza pregraduada, sobre todo en los ¨²ltimos a?os de las licenciaturas en ciencias de la salud (no solamente de Medicina). Esta circunstancia ha sido utilizada frecuentemente por las autoridades acad¨¦micas para argumentar la dificultad de potenciar la ense?anza pr¨¢ctica y disminuir la carga te¨®rica de nuestros programas docentes, al estar centrado el examen MIR en la evaluaci¨®n casi exclusiva de los conocimientos te¨®ricos de los aspirantes.
La Ley de Ordenaci¨®n de la Profesiones Sanitarias de 2003 obliga a abordar la reforma del examen MIR antes de 2011, d¨¢ndole una orientaci¨®n mixta te¨®rico-pr¨¢ctica que permita la evaluaci¨®n de habilidades adem¨¢s de conocimientos. Por otro lado, en los ¨²ltimos a?os, estamos asistiendo a una clara p¨¦rdida de prestigio y efectividad de la prueba al equilibrarse el n¨²mero de examinados y el de plazas de formaci¨®n disponibles, lo que se confirma al comprobar que una parte muy importante de los que obtienen plaza de formaci¨®n responden de forma err¨®nea m¨¢s de la mitad de las preguntas del examen y que quedan plazas de formaci¨®n sin cubrir, esencialmente de la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria.
En este contexto parece clara la necesidad de abordar de forma integral la planificaci¨®n estrat¨¦gica y los contenidos y m¨¦todos del acceso a la formaci¨®n especializada, potenciando la integraci¨®n de los sistemas sanitario y educativo en ¨¦ste y otros campos.
La propuesta de cambio se fundamenta en dos pilares estrat¨¦gicos:
1. Para acceder al sistema de formaci¨®n especializada, los graduados espa?oles deber¨ªan superar al final de su licenciatura y en cada facultad una prueba de evaluaci¨®n competencial tipo ECOE (Evaluaci¨®n Cl¨ªnica Objetiva Estructurada), dise?ada con criterios homog¨¦neos para el conjunto de Espa?a y sometida a controles externos de calidad y del grado de exigencia por parte de una agencia u organismo estatal participado por las administraciones sanitaria y educativa. La calificaci¨®n obtenida en esta prueba debe suponer al menos el 75% de la nota final de acceso al sistema, y quedar el 25% restante para la evaluaci¨®n de los m¨¦ritos curriculares.
La nota final deber¨ªa permitir la clasificaci¨®n del aspirante en el programa de asignaci¨®n de plazas formativas para cada profesi¨®n y para cada tronco formativo. La elecci¨®n de la especialidad concreta se har¨ªa una vez finalizada la formaci¨®n troncal y mediante la valoraci¨®n conjunta de las calificaciones obtenidas durante la misma y la de ingreso en el sistema. De acuerdo con la nota global obtenida y la oferta de plazas de cada especialidad se elegir¨ªa centro y especialidad, bien en el conjunto de Espa?a o en la Comunidad Aut¨®noma en que se realiz¨® la formaci¨®n troncal.
Un sistema como el propuesto incentivar¨ªa la formaci¨®n pr¨¢ctica en el pregrado, al tener que superar una prueba tipo ECOE al final de la licenciatura. Adem¨¢s, con la elecci¨®n de especialidad tras finalizar la formaci¨®n troncal, se favorecer¨ªa la participaci¨®n de m¨¢s centros sanitarios en la docencia y se ofrecer¨ªa al residente la posibilidad de realizar la formaci¨®n troncal en un centro y la de especialidad en otro, hecho que puede ser muy positivo desde diversos puntos de vista.
2. El examen MIR estatal, con los cambios demandados por la LOPS, con un formato similar a una ECOE y complementado cuando sea preciso con una prueba de idioma, ser¨ªa la barrera que deber¨ªan superar los graduados procedentes de otros pa¨ªses, incluidos los de la Uni¨®n Europea, para poder acceder a la parte troncal del sistema de formaci¨®n especializada.
Esta aproximaci¨®n inicial al problema del acceso y estructuraci¨®n de la formaci¨®n especializada debe ser seguida de an¨¢lisis que aborden aspectos m¨¢s concretos del sistema. El examen MIR, efectivamente, debe desaparecer en su formulaci¨®n y objetivos actuales, pero este paso debe darse en un contexto de garant¨ªa de la equidad y calidad de nuestro sistema de formaci¨®n especializada en el conjunto del Estado.
A. Mart¨ªn Zurro pertenece al Instituto de Estudios de la Salud de la Generalitat de Catalu?a. a.martinzurro@gencat.net
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