C¨¦cilia y Gaddafi 't¨ºte-¨¤-t¨ºte'
La primera dama francesa cuenta su misi¨®n para liberar a las enfermeras b¨²lgaras y asegura que s¨®lo hubo contrapartidas m¨¦dicas
"Nunca nadie podr¨¢ impedirme que intente aliviar la miseria del mundo, sea el pa¨ªs que sea", asegura C¨¦cilia Sarkozy. La esposa del jefe del Estado franc¨¦s abandon¨® ayer su silencio y explic¨® c¨®mo transcurri¨® la negociaci¨®n con el l¨ªder libio Muammar el Gaddafi que desemboc¨® en la liberaci¨®n de las cinco enfermeras b¨²lgaras y el m¨¦dico palestino, condenados a muerte en Libia acusados de haber contagiado el virus del sida a m¨¢s de 400 ni?os.
C¨¦cilia actu¨® "en tanto que madre y mujer", habl¨® "cara a cara, en ingl¨¦s y sin int¨¦rprete" con Gaddafi y no ofreci¨® otras contrapartidas que las "de orden m¨¦dico".
Desde que consiguiera traerse de Libia a las enfermeras y al m¨¦dico condenados primero a muerte y despu¨¦s a cadena perpetua por ser considerados culpables de contagiar el virus del sida a los ni?os del hospital infantil de Bengasi, C¨¦cilia estaba en el ojo del hurac¨¢n.
La esposa del presidente franc¨¦s habl¨® con el l¨ªder libio en ingl¨¦s y sin int¨¦rprete
El ¨¦xito de la misi¨®n no ocultaba las preguntas sobre lo obtenido por el r¨¦gimen del coronel Gaddafi, concretamente varios contratos de suministros militares y otro para la construcci¨®n de una central nuclear. La oposici¨®n socialista insiste en que C¨¦cilia se explique ante una comisi¨®n parlamentaria. Pero desde el El¨ªseo se contestaba con evasivas.
Hasta que ayer, L'Est R¨¦publicain public¨® una entrevista con la esposa del presidente. Su autor, Yves Derai, no hab¨ªa pedido una cita con la primera dama, sino con la ministra de Justicia, Rachida Dati, sobre la que est¨¢ escribiendo un libro. Cu¨¢l fue su sorpresa cuando vio llegar al hotel parisiense donde se hab¨ªa fijado la cita a dos mujeres: Dati y C¨¦cilia Sarkozy. "Fue ella la que se dirigi¨® a m¨ª", explicaba ayer, "estaba inquieta, irritada, se quejaba de la imagen que transmit¨ªan algunos medios de comunicaci¨®n de su misi¨®n en Libia. Le propuse tomar la palabra. Y lo hizo". La idea, le dijo, no surgi¨® del entorno del El¨ªseo ni de los asesores de su marido. "Fue iniciativa suya".
"?Por qu¨¦ abandona ahora su silencio?", le pregunta el periodista. "Estoy impresionada por c¨®mo utilizan ciertos medios de comunicaci¨®n un drama humano y explotan el sufrimiento de mujeres, de ni?os y de familias", le responde C¨¦cilia. La primera dama francesa reconoce que antes de su viaje no hab¨ªa pensado en el sufrimiento de los ni?os, pero que lleg¨® a Tr¨ªpoli "en tanto que mujer, en tanto que madre, sin dejarme influenciar por la complejidad de las relaciones internacionales, pero con la firme intenci¨®n de salvar vidas".
Y explica c¨®mo transcurri¨® la misi¨®n. "El coronel Gaddafi tuvo frente a s¨ª a una mujer que se consagraba exclusivamente a los ni?os del hospital de Bengazi, a los que visit¨¦, a sus familias, con las que tuve un encuentro, a las enfermeras y al m¨¦dico presos. Hablamos en ingl¨¦s cara a cara y sin int¨¦rprete. Creo que comprendi¨® que conmigo pod¨ªa hacer un gesto humano susceptible de mejorar su imagen (...). Negoci¨¦ sin descanso durante 50 horas con todos los dirigentes libios relacionados con el asunto (...). No hubo m¨¢s que contrapartidas de orden m¨¦dico; ofrec¨ª al hospital de Bengazi disponer de m¨¦dicos para formar a sus hom¨®logos libios, equipamientos, tratamientos contra el sida y visados r¨¢pidos para que los casos m¨¢s urgentes pudieran ser atendidos en Francia".
El europarlamentario Daniel Cohn Bendit hace una lectura del asunto muy diferente. Para el m¨ªtico h¨¦roe de las barricadas del Mayo del 68, con esta misi¨®n Europa ha sido "instrumentalizada" en beneficio de "una terapia familiar de la pareja Sarkozy". El jefe del Estado franc¨¦s, en su opini¨®n, "tiene la necesidad de mantener ocupada a C¨¦cilia". Gaddafi "lo ha entendido", a?ade, y ha conseguido cerrar contratos militares que llevaban bloqueados varios a?os. Para Cohn Bendit, "es escandaloso decir que no ha habido contrapartidas cuando se le vende a Libia una central nuclear para desalar el agua de mar".

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