Francia debate poner fin a la antiglobalizaci¨®n
El informe del ex ministro socialista Hubert V¨¦drine pide a los franceses que abandonen "su desconfianza est¨¦ril"
Hubert V¨¦drine, que fuera ministro de Exteriores del ¨²ltimo Gobierno socialista franc¨¦s (1997-2002), ha elaborado por encargo del presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, un informe "sobre Francia y la mundializaci¨®n" en el que aconseja a sus conciudadanos que abandonen "su desconfianza est¨¦ril" en este proceso econ¨®mico y social que domina el planeta. V¨¦drine considera que la desconfianza en la globalizaci¨®n es generalizada, pero que s¨®lo los franceses pretenden vivir contra ella y no aceptan que es un hecho irreversible que hay que intentar controlar y del que es posible beneficiarse. V¨¦drine entreg¨® ayer el informe a Sarkozy. "Como todos los informes, puede quedar en nada o puede convertirse en un instrumento de reflexi¨®n", dijo.
Gran parte de la opini¨®n p¨²blica ha abandonado "lo m¨¢s esencial de la filosof¨ªa del progreso"
V¨¦drine (Saint Silvain Bellegarde, 1947) es uno de esos hombres pol¨ªticos que s¨®lo Francia pod¨ªa producir. Licenciado en Sciences-Po, enarca, empez¨® a pisar las alfombras del Quai d'Orsay, la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en 1974. Fue portavoz y secretario general del El¨ªseo con Fran?ois Mitterrand y ministro de Exteriores entre 1997 y 2002 con Lionel Jospin.
El pasado mes de mayo, tras su llegada a la presidencia, Nicolas Sarkozy le ofrece la cartera de Exteriores, que V¨¦drine rechaza, pero se ofrece a colaborar al margen del Ejecutivo. As¨ª fue como recibi¨® el encargo de elaborar este informe de 63 p¨¢ginas en el que no s¨®lo analiza los aspectos econ¨®micos, sociales y culturales de la globalizaci¨®n, sino en el que tambi¨¦n destripa el alma de sus compatriotas.
Las razones por las que los franceses se oponen a la mundializaci¨®n son "profundas", seg¨²n V¨¦drine, y la primera de todas es la adhesi¨®n al papel "estructurador, protector y redistribuidor" del Estado, y m¨¢s especialmente al valor de "la voluntad pol¨ªtica", que consideran que est¨¢ siendo puesta en duda por los mercados. Pero hay tambi¨¦n otros elementos menos racionales y de car¨¢cter m¨¢s nacionalista, como la idea de que la identidad y la lengua francesa est¨¢n siendo amenazadas por "la marea angl¨®fona" -seg¨²n V¨¦drine si la globalizaci¨®n se hiciera en franc¨¦s no habr¨ªa tanto rechazo- o los celos hacia lo que se percibe como una americanizaci¨®n.
"Las tendencias cat¨®licas y marxistas hacia la igualdad, hacia el igualitarismo y el odio al enriquecimiento", as¨ª como "la repugnancia moral hacia la econom¨ªa de mercado y su motor: el beneficio", confluyen para que, seg¨²n V¨¦drine, gran parte de la opini¨®n p¨²blica "haya abandonado lo m¨¢s esencial de la filosof¨ªa del progreso, que se traduce por una interpretaci¨®n paralizante del principio de precauci¨®n". El no al Tratado Constitucional Europeo de mayo de 2005 ejemplifica exactamente esta situaci¨®n.
El desamor por la globalizaci¨®n "no es s¨®lo una enfermedad francesa", insist¨ªa ayer V¨¦drine en una entrevista. "Ning¨²n pa¨ªs del mundo lo considera una cosa buena, incluso los estadounidenses y los brit¨¢nicos la consideran negativa, pero lo que es especial en los franceses es la falta de confianza en s¨ª mismos, su pesimismo, su creencia en que no conseguir¨¢n salir adelante". Los franceses deben cambiar su visi¨®n sobre la mundializaci¨®n, a?ade, Francia debe pasar de "una desconfianza est¨¦ril a un dinamismo ofensivo", pero debe conservar "el hilo conductor" de su tradici¨®n en pol¨ªtica exterior; esencialmente en lo que respecta al mundo ¨¢rabe y ?frica en general, evitando un alineamiento excesivo con Washington y resistiendo "la tentaci¨®n atlantista y occidentalista", que en su opini¨®n tienen buena parte de sus ¨¦lites.
V¨¦drine no cree en el concepto de una "gobernanza mundial" que domestique la mundializaci¨®n, y propone una combinaci¨®n de medidas de "adaptaci¨®n, protecci¨®n, regulaci¨®n, solidaridad y acci¨®n europea". Reivindica el derecho a defender los sectores estrat¨¦gicos, pero insiste en un ejercicio de ambig¨¹edad calculada en que "protecci¨®n no es lo mismo que proteccionismo".
Pero el informe V¨¦drine llega justo en la estela de los problem¨¢ticos resultados obtenidos por los dos grandes constructores automovil¨ªsticos franceses; Renault y PSA, cuya competitividad es cada vez menor respecto a la competencia y cuyo sector del mercado se reduce.
Precisamente, Renault acaba de anunciar a bombo y platillo la construcci¨®n de una enorme factor¨ªa en Marruecos y PSA anuncia la deslocalizaci¨®n de una buena parte de su producci¨®n. La receta de V¨¦drine consiste en la "adaptaci¨®n, la reforma, la creaci¨®n de empleos nuevos que aumenten la gama tecnol¨®gica al tiempo que se inscriban en la mutaci¨®n ecol¨®gica de la econom¨ªa".
El sector p¨²blico debe ser preservado, cree V¨¦drine; el Estado "no debe abandonar a nadie, a ninguna categor¨ªa socio-profesional; debe acompa?ar a base de pol¨ªticas solidarias y de nuevas reconversiones bien seleccionadas". Y en cuanto a Europa, debe "inspirar una pol¨ªtica m¨¢s ofensiva de protecci¨®n, de solidaridad y de regulaci¨®n para que Europa se convierta en la reguladora del mundo global".
Sarkozy recibi¨® ayer el texto. "?Qu¨¦ pasar¨¢ con el informe?", le preguntaba ayer a V¨¦drine un periodista. "Como todos los informes, puede quedar en nada o puede convertirse en un instrumento de reflexi¨®n, no s¨®lo del Gobierno, sino tambi¨¦n de todos los actores", reconoc¨ªa humildemente.
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