La hora de la pol¨ªtica
Si esta semana que termina parec¨ªa importante, la que viene lo ser¨¢ m¨¢s a¨²n. Si la primera centraba todo el inter¨¦s en la decisi¨®n que hubiera de tomar el Banco Central Europeo (BCE), durante la pr¨®xima se producir¨¢ el vencimiento de pagar¨¦s de empresa internacionales por un valor de m¨¢s de 130.000 millones de d¨®lares. De las dificultades que encuentren esos pagar¨¦s para renovarse y ser comprados de nuevo por inversores de corto plazo, depender¨¢ el que los mercados de cr¨¦dito comiencen o no a salir de la situaci¨®n de pr¨¢ctico bloqueo en que se encuentran.
La decisi¨®n del BCE fue dejar el tipo de inter¨¦s a un d¨ªa igual que estaba. Sin embargo, hay que recordar que lo que est¨¢n haciendo los bancos centrales al mantener los tipos de inter¨¦s y al inyectar cantidades ingentes de dinero en el mercado interbancario no es otra cosa que salvar al mercado monetario de un colapso que se entrevi¨® inminente a mediados de agosto. Desde entonces han mantenido al enfermo con vida, sin que se haya encontrado a¨²n la soluci¨®n para sanarlo.
Los bancos centrales han mantenido al enfermo con vida, sin haber encontrado a¨²n la soluci¨®n para sanarlo
Lo m¨¢s llamativo de esta crisis es que parece haber surgido de la nada, como si de un meteorito se tratara.
?Qu¨¦ es lo que ha sucedido? Sencillamente que lo que en su origen era un problema de alcance muy limitado se ha convertido por la v¨ªa del endeudamiento masivo en una amenaza para la econom¨ªa mundial; pues lo grave no es s¨®lo que se haya incrementado la morosidad de las hipotecas norteamericanas de baja calidad, sino la multiplicaci¨®n de las p¨¦rdidas de quienes han invertido en t¨ªtulos que dependen del pago de esas hipotecas, al hacerlo en cantidades muy superiores a las del dinero de que dispon¨ªan. ?C¨®mo? Endeud¨¢ndose, para poder invertir m¨¢s. Ahora preocupa sobre todo c¨®mo puede transmitirse este problema a la econom¨ªa real. Y qu¨¦ van a hacer las autoridades para solucionarlo.
Si esto sigue as¨ª varias semanas m¨¢s, el crecimiento econ¨®mico se puede ver afectado por el poco margen que les quedar¨¢ a los bancos para conceder pr¨¦stamos. ?Y qu¨¦ es lo que va a limitar esa capacidad? Los compromisos que ya tienen adquiridos: se calcula que de aqu¨ª a final de a?o los grandes bancos internacionales tienen comprometidos entre 350.000 y 500.000 millones de d¨®lares para financiar las operaciones corporativas (las OPA y fusiones) que se han producido a lo largo de los meses pasados. Si los bancos no logran encontrar inversores institucionales a quienes traspasar esos pr¨¦stamos, quedar¨¢n en el activo de su balance, y eso limitar¨¢ la disponibilidad de cr¨¦dito.
Por otra parte, est¨¢n los "veh¨ªculos estructurados de inversi¨®n" que son fondos fuera del balance de los bancos a los que ¨¦stos pasan esos pr¨¦stamos que quitan de su cartera. Estos "veh¨ªculos" en total se estima que suman 1,4 billones de d¨®lares y son los que est¨¢n en el centro de la crisis. Su supervivencia est¨¢ ligada a la colocaci¨®n entre los inversores de los pagar¨¦s con los que se financian. Si no, tienen que recurrir a las l¨ªneas de cr¨¦dito que les han concedido los mismos bancos que los han promovido (la necesidad de utilizar una de esas l¨ªneas de cr¨¦dito fue lo que provoc¨® la quiebra de dos bancos alemanes en agosto).
Por eso es importante que la semana que viene esos "veh¨ªculos estructurados de inversi¨®n" puedan colocar los pagar¨¦s que van a renovarse. Si no, las l¨ªneas de cr¨¦dito de los bancos estar¨¢n en un mayor nivel de utilizaci¨®n y su capacidad de prestar a empresas y familias se limitar¨¢ de nuevo. Por ¨²ltimo, de continuar el encarecimiento de los tipos de inter¨¦s a tres meses (y los bancos centrales no han podido por ahora hacerlos bajar), la financiaci¨®n de las empresas se encarecer¨¢.
Por eso, la soluci¨®n adicional que habr¨¢ que poner sobre la mesa (y cuanto antes mejor) ya no es de pol¨ªtica monetaria sino de pol¨ªtica fiscal. En esa direcci¨®n apuntaba el presidente de EE UU hace unos d¨ªas, mediante la actualizaci¨®n de un organismo p¨²blico creado por Roosevelt durante la Gran Depresi¨®n, la Federal Housing Administration, que en este caso tendr¨ªa que avalar a las familias endeudadas en esas hipotecas de baja calidad origen del problema. El coste, hoy por hoy, se estima entre 100.000 y 200.000 millones de d¨®lares. F¨¢cil de solucionar: el rescate de la quiebra de las cajas de ahorro norteamericanas a finales de los ochenta cost¨® bastante m¨¢s. Una vez que esas hipotecas, con el aval p¨²blico, tuvieran una calidad m¨¢xima, autom¨¢ticamente se iniciar¨ªa el c¨ªrculo virtuoso de restauraci¨®n de la calidad de todos los instrumentos financieros que est¨¢n amenazando con sus p¨¦rdidas la estabilidad del sistema. En paralelo, igual que ya hizo la Reserva Federal en 1998, las autoridades deber¨ªan "persuadir" a los bancos m¨¢s activos en este tipo de productos para crear un consorcio que se comprometiera a dar liquidez (es decir, a comprar y vender) los instrumentos y veh¨ªculos que ellos mismos crearon. Y as¨ª, con esta combinaci¨®n esquem¨¢tica de medidas, 2.000.000 de familias en EE UU conservar¨ªan sus viviendas y el cuento podr¨ªa tener un final feliz, para ellas y para la econom¨ªa mundial.
Juan Ignacio Crespo es director en Reuters-Gesti¨®n de Activos.
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