Desencuentro fatal

La falta de entendimiento entre socialistas y populares para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aboca a que el acto de apertura del a?o judicial, el pr¨®ximo d¨ªa 17 ante el Rey, deba celebrarse con un presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ (el m¨¢ximo ¨®rgano representante de la justicia en su doble dimensi¨®n jurisdiccional y gubernativa), que est¨¢ en funciones desde hace m¨¢s de 10 meses tras haber expirado su mandato legal de cinco a?os en ambos cargos.

Esa misma falta de entendimiento amenaza con aplazar sine die la renovaci¨®n en diciembre de los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional, que corresponde al Senado. El desencuentro entre socialistas y populares comienza a alcanzar cotas dif¨ªcilmente soportables para el funcionamiento del entramado institucional del Estado. Y lo peor es que los dos partidos mayoritarios, de cuyo acuerdo parlamentario depende la renovaci¨®n de los ¨®rganos constitucionales del Estado, no parecen ser conscientes de ello, enfrascados como est¨¢n en una pugna electoral.

El PP se opone a que las autonom¨ªas participen en la designaci¨®n de los magistrados del Constitucional. Pero el partido de Rajoy no explica claramente las razones por las que se opone a una reforma que encaja bien con el car¨¢cter territorial del Senado y que le aporta contenido. Se trata, adem¨¢s, de una reforma que sigue el esp¨ªritu de la acometida por los populares en la anterior legislatura en el ¨¢mbito del CGPJ: abrir la designaci¨®n parlamentaria de sus 12 vocales de extracci¨®n judicial al conjunto de los jueces -asociados y no asociados- permiti¨¦ndoles presentar en el Parlamento 36 candidatos entre los que elegir.

En el caso del CGPJ, el ¨²ltimo pretexto esgrimido por los populares para aplazar su renovaci¨®n hasta despu¨¦s de las elecciones generales de marzo es su rechazo a que est¨¦n representadas las minor¨ªas nacionalistas. Pero eso contradice la historia de ese ¨®rgano, y la propia pr¨¢ctica pol¨ªtica del PP, que en no pocas ocasiones ha estado de acuerdo en abrir el CGPJ a las minor¨ªas, nacionalistas o no, se trate del PNV, CiU o Izquierda Unida. ?Por qu¨¦ ser¨ªa rechazable ampliar m¨¢s esa representaci¨®n? Son cuestiones discutibles, pero que no pueden ser excusa para rehuir la cuesti¨®n fundamental, que es que las instituciones funcionen y no est¨¦n al servicio de las estrategias pol¨ªticas de los partidos.