Negro
Hemos llegado otra vez al martes negro. Hoy, en Tordesillas, como todos los septiembres, una horda de energ¨²menos armados con lanzas perseguir¨¢n a un toro y lo pinchar¨¢n, cortar¨¢n, empalar¨¢n, atravesar¨¢n, tajar¨¢n all¨¢ donde buena o malamente le atinen con los hierros (la tripa, los ri?ones, la cara, el morro, el pecho y los pulmones, los costados), cientos de lanceros durante horas, en esa s¨¢dica tortura que se llama el Toro de la Vega. Como si no hubiera ya suficiente dolor en el mundo, suficiente da?o.
?ltimamente, a ra¨ªz de los terribles abusos en la c¨¢rcel de Abu Ghraib, se ha vuelto a hablar del famoso experimento psicol¨®gico que se hizo en 1971 en la Universidad de Stanford (EE UU), en el que estudiantes voluntarios fingieron estar dentro de una prisi¨®n, unos como reclusos y otros como guardianes. El experimento deb¨ªa durar 15 d¨ªas, pero lo interrumpieron al sexto porque entre los guardianes brotaron muchos s¨¢dicos feroces, y entre los presos hubo numerosos derrumbes emocionales. Quiero decir que el ser humano es un animal especialmente conflictivo y enfermo, y que dentro de nuestros corazones anida la crueldad. Ya lo dec¨ªa Konrad Lorenz, el padre de la Etolog¨ªa: "Creo haber encontrado el eslab¨®n perdido entre los animales y el Homo sapiens: somos nosotros".
Pero tambi¨¦n llevamos dentro la intuici¨®n de la Belleza, y la ambici¨®n de ser mejores de lo que somos, y eso nos permite superar nuestros instintos bestiales. Esos vecinos de Tordesillas (que no son todos, sino s¨®lo una parte) que se empe?an en llamar fiesta al salvaje, perverso y lent¨ªsimo tormento de un animal, y que llevan all¨ª a sus ni?os para que se les encallezca el alma y se eduquen en la psicopat¨ªa de gozar con el sufrimiento de un ser vivo, est¨¢n fomentando la parte m¨¢s enferma y m¨¢s da?ina de su personalidad. Est¨¢n cultivando justamente esa zona atroz e inhumana que condujo a los excesos en Stanford, que cre¨® torturadores en Abu Ghraib. Esto que digo no tiene nada que ver ni con la honra de Tordesillas ni con la tradici¨®n. Esto tiene que ver con el constante esfuerzo de los seres humanos por civilizarse. Por favor, que los lanceros intenten superar esa pulsi¨®n sanguinaria y cruel tan patol¨®gica. Que aspiren a ser mejores de lo que son.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.