Una pareja no tan perfecta
Merkel y Sarkozy tienen grandes diferencias en pol¨ªtica econ¨®mica, pese a las apariencias
El intercambio de besitos y cucamonas que exhibieron la canciller federal alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, el pasado lunes en su entrevista en el palacio de Meseberg, en las cercan¨ªas de Berl¨ªn, enga?a. En realidad, enmascara un conflicto latente en las relaciones entre los dos mandatarios y las discrepancias en el campo de la econom¨ªa entre los dos pa¨ªses.
En algunas de las fotos del encuentro, Merkel y Sarkozy parec¨ªan dos tortolitos enamorados. En una foto, Merkel, con los ojos entrecerrados, pon¨ªa los labios en la mejilla de Sarkozy. Lo que vino despu¨¦s, desde Francia, sorprendi¨® por contradecir las im¨¢genes de la cumbre. Seg¨²n informaciones de su entorno, Sarkozy considera "vac¨ªas" las relaciones con Alemania, y Merkel "cada vez le saca m¨¢s de quicio".
El presidente franc¨¦s pretend¨ªa que la canciller amonestara al ministro de Hacienda alem¨¢n
Un incidente ocurrido en julio en una reuni¨®n del Ecofin en Bruselas parece representar un papel importante en esta presunta crisis. El presidente franc¨¦s se autoinvit¨® a la reuni¨®n de ministros de Hacienda europeos. All¨ª se produjo un encontronazo con el ministro alem¨¢n del ramo, el socialdem¨®crata Peer Steinbr¨¹ck, un peso pesado de su partido y en el Gobierno de la gran coalici¨®n. En aquella ocasi¨®n, Steinbr¨¹ck, que se caracteriza por su estilo algo prepotente, deslenguado y col¨¦rico, os¨® criticar en su intervenci¨®n lo expuesto por Sarkozy sobre el aplazamiento de Francia en cumplir con los criterios de convergencia exigidos en la Uni¨®n Europea. Steinbr¨¹ck contradijo al presidente franc¨¦s y dijo que los grandes pa¨ªses de la UE "tienen que dar ejemplo".
Antes de concluir la intervenci¨®n de Steinbr¨¹ck, advirti¨® Sarkozy al secretario de Estado alem¨¢n de Hacienda, Thomas Mirow, de que aquello pod¨ªa tener consecuencias. Sarkozy llam¨® la atenci¨®n a Steinbr¨¹ck en tono tajante, y dijo: "As¨ª no se habla con un presidente". Pretend¨ªa adem¨¢s Sarkozy que Merkel llamase la atenci¨®n en forma p¨²blica a su ministro por aquel comportamiento. La canciller se cuid¨® mucho de hacerlo, sin duda para evitar un conflicto innecesario con su ministro de Hacienda. Esto no le gust¨® nada a Sarkozy.
Por supuesto, la presidencia francesa desminti¨® ayer en Par¨ªs que haya la menor crisis en las relaciones: "No hay nada de nada". El portavoz declar¨® que el encuentro en Meseberg con Merkel hab¨ªa sido "muy constructivo y en un ambiente muy bueno". Esta declaraci¨®n contradice otra de la v¨ªspera en la que se calific¨® la entrevista como "muy directa" y abierta. En t¨¦rminos del lenguaje diplom¨¢tico, esto significa un fuerte intercambio de puntos de vista.
En Alemania se habla y escribe con frecuencia del estilo napole¨®nico de Sarkozy, y se recuerda una frase de tiempos del legendario canciller democristiano Konrad Adenauer, que dec¨ªa que para hablar con Francia antes hab¨ªa que saludar tres veces a la bandera tricolor. En Berl¨ªn han molestado algunas actuaciones del presidente franc¨¦s que se consideran como un intento de apropiarse del espect¨¢culo en perjuicio de Merkel.
Entre Francia y Alemania hay divergencias sobre la filosof¨ªa econ¨®mica y la pol¨ªtica industrial de los dos pa¨ªses. Estas divergencias se han acentuado desde la llegada a la presidencia de Sarkozy. Una diferencia b¨¢sica entre los dos pa¨ªses es la actitud intervencionista del Gobierno franc¨¦s en la econom¨ªa, frente a la posici¨®n alemana de dejar la iniciativa a las empresas. A Sarkozy le gustar¨ªa, entre otras cosas, meter en cintura al Banco Central Europeo, mientras Alemania considera que este importante organismo debe mantener su independencia. En proyectos industriales comunes se han producido ya roces sobre el reparto del poder en EADS, que construye el avi¨®n europeo.
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