Grete Hovelsrud, la mujer polar
Est¨¢ dando la voz de alerta del deshielo, de los efectos que ya est¨¢ causando el cambio clim¨¢tico en las poblaciones del ?rtico. Pero nada de despachos y teor¨ªas. Sobre el terreno. Esta antrop¨®loga noruega trabaja a pie de glaciar, se desplaza en kayak y no tiene miedo a los osos polares.
Deslizarse con un kayak a trav¨¦s de un paisaje inigualable de agua helada, monta?as, glaciares y silencio, y descubrir que has sido seleccionado como plato del d¨ªa para un oso polar, no forma parte de la rutina. Salvo si el lugar se llama Spitsbergen, una isla en medio del oc¨¦ano ?rtico, y el trabajo ?una empresa que lleva toda una vida? consiste en conocer la vida y problemas de las poblaciones humanas que sobreviven en una de las latitudes m¨¢s fr¨ªas de la Tierra. "En realidad, los osos son extremadamente peligrosos. No hay que tom¨¢rselos a broma", dice Grete Hovelsrud, directora de Investigaci¨®n del Centro para la Investigaci¨®n Internacional del Clima (siglas CICERO en ingl¨¦s), en Oslo. "No puedes ir al ba?o en una cabina [separada de la casa] si no vas armada. Al salir, uno puede toparse con un oso que se ha interpuesto en el camino de vuelta al hogar, y entonces ?c¨®mo lo rodeas?", explica esta jovial noruega que se r¨ªe al admitir que ha alcanzado la cincuentena. En Spitsbergen, a 950 kil¨®metros del Polo Norte, donde el sol brilla en junio durante las 24 horas del d¨ªa y la oscuridad domina inviernos de cuatro meses, los osos atacan igualmente a las personas. Uno no puede aventurarse aqu¨ª solo y desarmado. Las masas de hielo flotante del oc¨¦ano ?rtico, que rodea la isla, suelen albergar algunos, aunque tambi¨¦n merodean por la costa. "Estaba en mi kayak con dos colegas americanos y deb¨ªa protegerles. Era la ¨²nica que llevaba armas. Naveg¨¢bamos a lo largo de la costa y el oso nos mir¨®, y se zambull¨®, nadando; lo hac¨ªa de maravilla". El animal se dirigi¨® resuelto hacia ellos y Hovelsrud no tuvo m¨¢s remedio que disparar al aire para ahuyentarlo. Es lo habitual. Matan para alimentarse, y hay que defenderse. Ella confiesa que nunca se ha visto obligada a disparar directamente contra uno de estos gigantes blancos, aunque no lo dudar¨ªa. "A veces, la gente tiene que abatirlos cuando se acercan demasiado. Cuando te topas con ellos, suelen estar hambrientos, o con sus cr¨ªas. Los j¨®venes machos son muy curiosos. En una ocasi¨®n volv¨ªa a mi tienda y descubr¨ª que uno estaba haciendo una bola con ella".
"El hielo en el ?rtico se forma ahora m¨¢s tarde y es m¨¢s delgado. Ha cambiado el clima y se encuentran mosquitos en el polo"
"El 25% de las reservas de petr¨®leo est¨¢n bajo el hielo. Ahora son inaccesibles, pero cuando se funda se podr¨¢ llegar a ellas"
Los osos polares constituyen un riesgo a?adido a su trabajo como antrop¨®loga. Ella interioriza el peligro. Confiesa que no recuerda muchas situaciones de riesgo, o que, simplemente, desea olvidarlas sin mostrar presunci¨®n. Durante los ¨²ltimos diez a?os, Hovelsrud se ha ocupado de investigar de qu¨¦ manera el deshielo y el calentamiento global afectan a las vidas y los recursos de las poblaciones ind¨ªgenas a lo largo de las naciones ¨¢rticas. Las temperaturas medias anuales en esta zona tan sensible del planeta se han doblado en comparaci¨®n con las del resto del mundo, y si los modelos clim¨¢ticos resultan acertados, los gases invernadero podr¨ªan a?adir siete grados cent¨ªgrados de m¨¢s al ?rtico en los pr¨®ximos cien a?os. Pero ?c¨®mo afecta a la gente que ha vivido aqu¨ª desde hace m¨¢s de diez milenios? Responder a esta cuesti¨®n requiere abandonar la bata blanca y ponerse en la piel de las comunidades ind¨ªgenas. Hovelsrud ha convivido con familias en la isla de Baffin, en el ?rtico de Canad¨¢, y en Groenlandia. Se precisa una fuerza vital, el optimismo que recorri¨® la sangre de los exploradores noruegos cuyos nombres, con s¨®lo pronunciarlos, se transforman en mitos en Oslo, la ciudad natal de Hovelsrud: Roald Amundsen ?que alcanz¨® el Polo Sur por vez primera en diciembre de 1911? o Helge Ingstad, el legendario explorador noruego que encontr¨® los restos de una nave vikinga en la isla canadiense de Newfoundland, prueba de que all¨ª los vikingos llegaron 500 a?os antes del descubrimiento de Am¨¦rica por Col¨®n.
En este A?o Polar Internacional (IPY) se aborda por vez primera este asunto, y en su condici¨®n de miembro del IPY, Hovelsrud vino recientemente a Barcelona para dar una conferencia en la Fundaci¨®n Caixa Catalunya.
?En qu¨¦ circunstancias estaba usted cuando los pobladores del ?rtico le contaron que algo estaba ocurriendo con el clima?
Me encontraba en la parte occidental de Groenlandia, en una aldea llamada Ilulissat. Los esquimales all¨ª pescan el halibut groenland¨¦s (un tipo de flet¨¢n), y lo hacen encima del mar helado, desde donde arrojan sus ca?as. Me dijeron: "El hielo no se aguanta, ya no hay m¨¢s hielo en invierno". As¨ª que no pod¨ªan salir a pescar. Empezaron a hablar de ello hace unos cinco, quiz¨¢ siete a?os.
Andar encima de un mar helado tan fr¨¢gil debe de ser peligroso.
Ellos han sufrido muchos accidentes. Los esquimales de Canad¨¢ tambi¨¦n tienen problemas. Ahora el hielo se forma m¨¢s tarde en oto?o y se funde antes en primavera. La estaci¨®n se ha acortado y las condiciones del hielo han cambiado. Es m¨¢s delgado por lo que te puedes hundir con tu moto de nieve o el trineo.
?Le ha ocurrido alguna vez?
Bueno, he caminado sobre un hielo que parece casi un mousse. Asusta bastante, puedes hundirte y desaparecer. En Groenlandia me sucedi¨® en una ocasi¨®n. Hab¨ªamos salido con la poblaci¨®n ind¨ªgena a una cacer¨ªa de focas, llevaba ocho perros. El sol brillaba y el hielo empez¨® a deshelarse con bastante rapidez. Regres¨¢bamos a casa y descubrimos que est¨¢bamos sobre esta especie de mousse helado, y que los perros avanzaban nadando en ese hielo.
En su investigaci¨®n como antrop¨®loga, ?qu¨¦ tipo de informaci¨®n le est¨¢ suministrando la gente que vive en el ?rtico?
Me cuentan que el tiempo meteorol¨®gico se est¨¢ haciendo m¨¢s impredecible. Las condiciones del hielo y la nieve no son tan fiables como antes. Los cazadores capturan animales que dependen del hielo, como las focas, y si no hay hielo, surgen los problemas. Adem¨¢s te dicen que el sol est¨¢ m¨¢s fuerte, la insolaci¨®n es m¨¢s aguda. Tambi¨¦n hay observaciones acerca de un n¨²mero mayor de inundaciones y vientos en diferentes ¨¦pocas del a?o que no tendr¨ªan por qu¨¦ suceder, lluvias, nieve? y m¨¢s mosquitos en algunos lugares.
?Mosquitos en el ?rtico?
Los veranos son m¨¢s calurosos, y las temperaturas, m¨¢s c¨¢lidas. Suena extra?o, puedes encontrar mosquitos en las regiones polares, no hace fr¨ªo durante los veranos y son suficientes para que los mosquitos? [hace un gesto abriendo las palmas de las manos para indicar que florecen. Y luego especifica que los mosquitos incordian a los carib¨²es y las personas, y son m¨¢s grandes que los mosquitos normales].
?C¨®mo se est¨¢n incorporando estas observaciones a los esquemas y la maquinaria de los cient¨ªficos?
Bueno, en estos momentos estoy trabajando con algunas poblaciones de samis en el norte, que pastorean con los renos, y tambi¨¦n con pescadores inuit y esquimales en el ?rtico. Les pregunto qu¨¦ es lo que perciben que est¨¢ cambiando. La mayor¨ªa hablan sobre la temperatura, sobre todo los que salen a pescar en el mar con sus peque?os botes, y me describen los tipos de peces que est¨¢n llegando. Tambi¨¦n comentan sobre la temperatura del aire, las lluvias y la nieve. Despu¨¦s me pongo en contacto con los meteor¨®logos para que realicen predicciones clim¨¢ticas a escala reducida aplicadas a una regi¨®n en particular. Primero me informo de las necesidades de las poblaciones locales y luego les pido a los meteor¨®logos que me digan c¨®mo va a ser ese futuro clim¨¢tico. Con esa informaci¨®n, vuelvo para hablarles de un aspecto en particular. Por ejemplo, las precipitaciones de nieve. Los pastores de renos no desean tener mucha nieve en invierno, ya que los animales tienen que abrirse paso a trav¨¦s de la nieve para conseguir el alimento. Las predicciones sugieren que habr¨¢ m¨¢s nieve en el futuro, aunque a¨²n no tenemos todos los datos. Lo que nos interesa es saber lo que va a pasar con la pesca o las poblaciones de focas. O con la navegaci¨®n en todo el mundo a trav¨¦s de la ruta mar¨ªtima del norte (que conecta el Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico a trav¨¦s del norte de Rusia y Siberia), ruta que est¨¢ congelada a lo largo de las costas rusas. Si ese hielo desaparece, van a llegar los barcos. En vez de transitar a trav¨¦s de Jap¨®n, podr¨ªan navegar a lo largo de las costas rusas hasta Noruega. Lo que acarrear¨¢ problemas como mareas negras si se producen derrames de petr¨®leo por culpa de naufragios Es tambi¨¦n un asunto de dimensi¨®n internacional, no s¨®lo local.
Hovelsrud confiesa que era una ni?a cuando empez¨® a leer los libros de los grandes exploradores noruegos, como Amundsen, Helge Ingstad o Fridjopj Nansen. Fue como un hechizo. "A los diez a?os ya le¨ªa sobre los esquimales nunamiut (que subsisten a base de cazar carib¨²es y comerciar con aceite de ballena en el norte de Alaska), y me interesaba c¨®mo sobreviv¨ªan en el ?rtico". Puso en pr¨¢ctica algo que aprendi¨® de los exploradores y sus largos viajes en un bosque cercano a Oslo, al recoger pi?as de un pino noruego (Picea abies, el ¨¢rbol de Navidad). Hovelsrud quer¨ªa hacer una infusi¨®n para su familia y evitar que contrajeran el escorbuto. "As¨ª fue como empez¨® todo, una ni?a de diez a?os creciendo en Oslo", reconoce ahora.
No tard¨® en criar y tener su propio equipo de perros de trineo, lo que la empujar¨ªa m¨¢s adelante a realizar incursiones a trav¨¦s de las monta?as y bosques noruegos, siempre acompa?ada de su padre, que la ense?¨® a sobrevivir y sentirse segura en un ambiente muy duro para los humanos. Y a pesar de que Hovelsrud procede de un pa¨ªs como Noruega, donde se presupone que hay igualdad de oportunidades para los dos sexos, las cosas no fueron f¨¢ciles al principio. "Ten¨ªa unos veinticuatro a?os cuando empec¨¦ a trabajar para el Instituto Polar Noruego, y al pedir mi indumentaria, no ten¨ªan ropa para mujer. Tuvieron que comprarla. Me di cuenta de que estaba rompiendo barreras".
M¨¢s adelante, Hovelsrud obtuvo un puesto como ayudante de investigaci¨®n en una estaci¨®n cient¨ªfica en Spitsbergen, donde su labor se centrar¨ªa en censar poblaciones de renos y estudiar sus h¨¢bitos alimenticios. Y su inter¨¦s bascul¨® para dedicarse a estudiar a las personas que los criaban, los sami. Seg¨²n confiesa, ella iba a realizar estudios sobre los osos polares, pero en ese momento decidi¨® un cambio de rumbo: los salvajes escenarios de Spitsbergen por un doctorado en Estados Unidos en la Universidad Brandeis en Massachusetts. Posteriormente volver¨ªa a Groenlandia para vivir en una aldea llamada Isertoq, en la parte oriental de la isla. "Durante 18 meses aprend¨ª a vivir como los inuits". Hovelsrud se hab¨ªa convertido en una antrop¨®loga social, algo que hab¨ªa deseado ardientemente desde ni?a.
?Cu¨¢l es la filosof¨ªa de vida que tienen los esquimales?
Su vida est¨¢ ligada a la caza de focas, morsas, aves, peces y ballenas. En sus casas ahora tienen televisi¨®n y gafas de sol, y parece que viven como nosotros, pero no piensan como nosotros. Ellos tienen una fuerza interior que les gu¨ªa y conecta con el entorno. Combinan la tecnolog¨ªa moderna con sus conocimientos tradicionales sobre el medio ambiente.
La imagen que se tiene de ellos es la del esquimal dentro de su igl¨² de hielo.
No todos los esquimales usan el hielo para fabricar sus casas. Ocurre en Canad¨¢. Pero nunca en Groenlandia. Durante el invierno viven en casas de piedra y turba. Y en el verano, en tiendas hechas con pieles. Para construir un igl¨² tienes que disponer de una clase especial de agua de mar helada.
Durante su estancia en Spitsbergen, su inter¨¦s pas¨® de los renos y sus costumbres a los sami que los criaban. ?Por qu¨¦?
Quer¨ªa saber c¨®mo pensaban, cu¨¢l era su forma de vida. Por entonces realic¨¦ muchos viajes interesantes en kayaks por Spitsbergen, una zona muy remota, y fue una parte muy importante de mi experiencia. Viv¨ª all¨ª unos dos a?os. Spitsbergen est¨¢ casi en el Polo Norte, el sol nunca se pone all¨ª en verano, se cuelga en el cielo y permanece ah¨ª. Y durante el invierno nunca sale, hay oscuridad. Y eres testigo de las auroras boreales. Puedes incluso o¨ªrlas.
?A qu¨¦ suena una aurora boreal?
Hacen un sonido muy extra?o. Cuando est¨¢s fuera, en la tundra, el silencio es total. Todo lo que tienes es nieve, hielo y monta?as. Entonces sobreviene una aurora, es como un flash que hace una especie de hssssss (como un silbido) y atraviesa todo el cielo. Incluso en la oscuridad puedes ver c¨®mo los colores encienden el firmamento. Estuve all¨ª a principios de los ochenta, en una estaci¨®n cient¨ªfica perdida en medio de la nada, donde s¨®lo viv¨ªamos tres personas.
Volviendo a sus estudios con las poblaciones sami y sus renos, ?no le parece chocante que precisamente por el calentamiento global vaya a haber m¨¢s nieve en invierno, lo que pondr¨¢ en peligro su subsistencia?
S¨ª. Aunque no se trata s¨®lo del clima, hay otros aspectos. El mercado de la carne de reno tiene regulaciones que se combinan con el cambio clim¨¢tico. Otro tema crucial para la comunidad de los sami y los renos es la congelaci¨®n. Con temperaturas por debajo de los cero grados y lluvia se forma hielo en todas partes, lo que resulta peligroso para las plataformas petrol¨ªferas, la navegaci¨®n de los barcos peque?os de los pescadores, el pastoreo de los renos, las carreteras?
No es lo mismo nieve que hielo, y seg¨²n las predicciones, se esperan m¨¢s precipitaciones en las latitudes del norte por culpa del cambio clim¨¢tico. ?Est¨¢ de acuerdo con este escenario?
S¨ª, lo que esperamos es un aumento de las temperaturas, y mayor cantidad de lluvias extremas y tormentas muy intensas que pueden causar inundaciones.
A pesar de todo, se ha dicho que los pa¨ªses del norte tambi¨¦n pueden beneficiarse del cambio clim¨¢tico.
Habr¨¢ una mejora de la agricultura y un mayor n¨²mero de cosechas, quiz¨¢ hasta dos anuales. Ahora es muy dif¨ªcil cultivar nada en el norte. Aumentar¨¢ el n¨²mero de ¨¢rboles y habr¨¢ m¨¢s especies de peces. En lo que respecta al petr¨®leo, se abrir¨¢n m¨¢s campos petrol¨ªferos. El 25% de las reservas mundiales est¨¢n localizadas bajo el hielo. Ahora son inaccesibles, pero cuando el hielo se funda se podr¨¢ llegar hasta ellas. Lo que ocurre es que el petr¨®leo es el que causa el problema con el clima, por lo que esto es una amarga paradoja.
No parece que est¨¦ muy contenta con la idea.
Bueno, no me defino como una ecologista, pero puedo ver d¨®nde est¨¢ el problema. Si nuestro acuerdo es que vamos a quemar combustibles f¨®siles, debemos encontrar una manera de limpiar todo esto.
?Cu¨¢ntas personas viven hoy d¨ªa en el ?rtico y en las latitudes m¨¢s septentrionales?
Probablemente, entre cuatro y cinco millones.
Es un n¨²mero muy alto.
Si se incluye a todos los noruegos, las cifras aumentan. Pero las poblaciones de inuits rozan los 150.000, al igual que los sami a lo largo de Rusia? y si contamos todos los grupos ind¨ªgenas se llega a los cuatro millones. Es una zona poblada desde hace mucho tiempo, con una gran variedad cultural.
?Puede el deshielo da?ar sus casas y estructuras?
Est¨¢ ocurriendo en Alaska, en algunas partes de Canad¨¢ y Rusia, aunque no en Noruega ni en Groenlandia. Si el permafrost (capa de hielo permanente) se descongela, las estructuras construidas sobre ¨¦l se hunden. Cuando el permafrost se calienta, es como si fueras andando o conduciendo a trav¨¦s de un terreno pantanoso y destruyes la tundra. La erosi¨®n es otro de los problemas. El cambio clim¨¢tico aumenta el riesgo de tormentas y eleva el nivel del mar. Y debido a que el hielo se est¨¢ retrayendo, la acci¨®n de las tormentas se incrementa, llev¨¢ndose el suelo que aguanta las casas. Eso est¨¢ ocurriendo ya en Alaska.
El mar helado es uno de los ecosistemas m¨¢s complejos y fascinantes. En condiciones habituales, la nieve y el hielo rebotan entre el 85% y el 90% de la energ¨ªa de la luz solar. Sin embargo, el calentamiento hace que la nieve y el hielo se formen m¨¢s tarde en oto?o y se derritan antes en primavera, dejando zonas de tierra y agua al descubierto ?que refleja tan s¨®lo un 10% de la energ¨ªa?, por lo que la absorci¨®n aumenta, explica Hovelsrud. Es como un ciclo retroalimentado. "El hielo se funde ahora mucho m¨¢s r¨¢pidamente". ?Cu¨¢nto puede durar este mar helado? ?Va a desaparecer, como se ha sugerido, en cincuenta a?os? Esta investigadora noruega no se aventura a hacer predicciones, pero dice que las observaciones est¨¢n arrojando resultados que son incluso peores que lo que dicen los modelos computerizados. Por ejemplo, se ha comentado que los hielos de Groenlandia podr¨ªan fundirse completamente en un milenio. Con un pie en esta isla, ?qu¨¦ se puede decir? "El hielo de debajo se est¨¢ fundiendo, y esto es algo que no detectan las fotos de sat¨¦lite". Ella asegura que toda esa agua helada va a los r¨ªos y desemboca en el Atl¨¢ntico norte. Hay una gran incertidumbre acerca de c¨®mo afectar¨¢ esta entrada de agua tan fr¨ªa a la circulaci¨®n oce¨¢nica y, por tanto, al clima.
?Qu¨¦ poblaci¨®n del ?rtico en particular va a sufrir con m¨¢s intensidad los efectos del calentamiento?
Los cazadores de focas, que dependen de los animales que viven sobre el hielo, son los que van a correr m¨¢s riesgos. Ellos viven en un mundo cuya cultura depende casi en su totalidad de la caza. Si no hay hielos, no hay animales. De ah¨ª el peligro. Son comunidades que viven fundamentalmente en Canad¨¢ y en parte de Alaska. Me refiero a los cazadores esquimales, no a la gran caza comercial de focas.
?Cu¨¢l va a ser su siguiente proyecto?
En este A?o Polar Internacional se est¨¢ incluyendo por vez primera esta dimensi¨®n humana. Ahora estoy trabajando en un proyecto llamado CAVIAR (siglas en ingl¨¦s de Adaptaci¨®n y Vulnerabilidad de las Comunidades en las Regiones ?rticas), que incluye las ocho naciones ¨¢rticas. Intentamos comprender lo vulnerables que pueden ser estas poblaciones y la forma en que se adaptan a los cambios y sus necesidades. Pero en mi pr¨®ximo proyecto quiero comparar lo que est¨¢ sucediendo en el ?rtico con los peque?os Estados de las islas del Pac¨ªfico y del Caribe.
?Qu¨¦ tipo de similitudes ofrecen? Me refiero a la gente del Caribe que va a sufrir el calentamiento global y los pobladores del ?rtico.
Si se examina a las comunidades costeras de la mayor¨ªa de estas islas, se encuentran los mismos problemas. El aumento del nivel del mar, las temperaturas m¨¢s altas en las aguas del Caribe y del Pac¨ªfico, que est¨¢n destruyendo los corales y afectando a la pesca; en el ?rtico ser¨ªa el deshielo. O la erosi¨®n, como consecuencia de la entrada de las aguas en las tierras interiores de las islas, al subir el nivel del mar. Les quedan muy pocas opciones, ya que dependen de la pesca, o de la caza. Tambi¨¦n est¨¢ el hecho de que la mayor¨ªa son pobres, y sus voces no resuenan tan alto como las de los pa¨ªses grandes. Nuestro proyecto lo hemos bautizado como "Muchas Voces Fuertes".
Deben de encantarle los perros. Supongo que establece una conexi¨®n muy especial con ellos. ?Los cri¨® desde peque?a?
Los amo, me encantan. S¨ª, son huskies groenlandeses, que son a¨²n m¨¢s grandes que los huskies siberianos.
?Por qu¨¦ son tan ¨²tiles?
Son muy resistentes. Y extremadamente valientes. Yo me he encontrado alguna vez en una monta?a del norte en una situaci¨®n en la que no puedes abandonar la tienda por el fr¨ªo intenso. Ellos se quedan fuera, pero acurruc¨¢ndose cerca. Levantas la tienda, y est¨¢n listos para reemprender la marcha. Son compa?eros muy resistentes que no se rompen, como ocurre con las motos de nieve. En una tormenta de nieve siguen al perro l¨ªder. Yo ten¨ªa una hembra l¨ªder, se llamaba Kiuwa, y el padre Targ [y a continuaci¨®n enumera los otros nombres de los hijos de Kiuwa: Skurk y Junior; un nieto, Mikkel; un t¨ªo llamado Nuuk, y otro, Chox]. Saben encontrar su camino a trav¨¦s de una tormenta, especialmente la hembra. En una de esas tormentas de nieve no ves absolutamente nada. Cuando viene, tienes que armar la tienda, meterte en ella, asegurarla, alimentar a los perros y esperar a que el temporal termine. Y una tormenta puede durar d¨ªas.
?Piensa volver a tener sus propios perros como en el pasado?
Bueno, no es sencillo. Tienes que entrenarlos, alimentarlos, y puede imaginar la cantidad de alimento que necesitan, ya que cada uno pesa 40 kilos, son grandes. Aunque si decidiera dejar de ser una cient¨ªfica, podr¨ªa hacerlo de nuevo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.