17.575 millones y una tentaci¨®n

Son 17.575 millones de euros. Es el super¨¢vit fiscal de 2006. Y en 2007 ser¨¢ una cifra parecida. Para un Gobierno en una de las campa?as electorales m¨¢s largas de todos los tiempos, es como un pastel a la puerta de un colegio. "Igual que una familia no puede asumir gastos a futuro que luego no consiga afrontar, as¨ª tenemos que actuar nosotros", se?ala el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Oca?a. "El super¨¢vit no es un objetivo en s¨ª mismo, es un colch¨®n que nos debe permitir afrontar periodos m¨¢s problem¨¢ticos".

?ngel Laborda, director del Servicio de Estudios Funcas, recuerda que el super¨¢vit es algo coyuntural. Si bien la econom¨ªa crece ininterrumpidamente durante los ¨²ltimos 10 a?os, super¨¢vit s¨®lo ha habido en dos ejercicios: 2005 y 2006. "No hay garant¨ªa de que vayamos a tenerlo siempre. Si se quieren mejorar las prestaciones sociales la v¨ªa es muy clara: se suben los impuestos". Nadie, por supuesto, est¨¢ dispuesto.

Para saber hasta qu¨¦ punto la caja de los casi 18.000 millones de euros no es tan s¨®lida como parece, conviene saber que las dos terceras partes proceden del super¨¢vit de la Seguridad Social. Esto es, 12.000 millones de euros. "En rigor, son un falso super¨¢vit", se?ala Oca?a. ?Por qu¨¦? Es un dinero que los trabajadores abonan a la Seguridad Social y al que ¨¦sta echar¨¢ mano para pagar las pensiones futuras.

Los sindicatos tienen sus matices. "La posici¨®n de la Seguridad Social va a cambiar en una d¨¦cada a ra¨ªz del incremento del n¨²mero de pensiones; por tanto, ser¨ªa conveniente no adoptar medidas con fuertes repercusiones en el gasto. Ser¨ªa mejor, destinar todo el super¨¢vit a reserva. De otra forma, corremos riesgos a medio plazo", advierte Miguel ?ngel Garc¨ªa, director del gabinete t¨¦cnico del sindicato CC OO. En cambio, UGT tiene su propia versi¨®n del "margen de maniobra". Toni Ferrer, secretario de Acci¨®n Sindical, se?ala que es un hecho fuera de debate que las prestaciones sociales en Espa?a son m¨¢s bajas respecto a los grandes pa¨ªses industriales de Europa, al tiempo que el reparto de la renta sigue siendo muy desigual. "Hay margen suficiente, pues, para corregir con prudencia ese diferencial y mejorar las prestaciones sociales y los servicios p¨²blicos. Si no lo hacemos ahora que somos los campeones de crecimiento en Europa, ?cu¨¢ndo lo haremos?", se pregunta Ferrer.

Federico Prades, asesor econ¨®mico de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca (AEB), no duda de que con crecimientos del orden del 3% la econom¨ªa espa?ola gozar¨¢ de un super¨¢vit fiscal sostenido. "El problema es la calidad del gasto. Hay que huir de los subsidios y poner todo el esfuerzo por mejorar todo aquello que favorezca la econom¨ªa productiva: investigaci¨®n y desarrollo, infraestructuras, educaci¨®n. Si se quiere usar racionalmente una parte del super¨¢vit, ¨¦sos deber¨ªan ser los destinos del mismo". Prades estima que "el mejor gasto social es el empleo".

Quedan, pues, 6.000 millones de euros para completar los 18.000 millones de super¨¢vit. Esta cantidad corresponde al Gobierno central y en esta franja hay un margen de maniobra, aunque menor. Las dos terceras partes est¨¢n originadas en el ciclo econ¨®mico: un crecimiento sostenido del orden del 3% durante 10 a?os.

Una parte de esos ingresos proceden, c¨®mo no, del boom inmobiliario bajo la forma de impuestos pagados. Si ahora se dejan de vender pisos y caen los precios, Hacienda perder¨¢ recaudaci¨®n.

Las dos fuentes del super¨¢vit actual son el fuerte crecimiento de los ingresos y su coexistencia con tipos de inter¨¦s bajos, hist¨®ricamente hablando, que han permitido abaratar la deuda. Y, precisamente, tanto una fuente como la otra pueden alterar su comportamiento en el corto y medio plazo.

"No se pueden adoptar compromisos de gastos permanentes, sobre la base de un super¨¢vit de car¨¢cter coyuntural", insiste Laborda.

Pero cuando hay elecciones a seis meses vista es dif¨ªcil "vender" con facilidad, contra viento y marea, la ortodoxia y responsabilidad econ¨®mica. El equipo de Pedro Solbes lo sabe muy bien. En momentos en que se est¨¢ ultimando el nuevo presupuesto, la cola de ministros con peticiones de fondos para ayudas sociales se alarga.

"Podemos hacer cosas", admite Oca?a, quien quiere diluir la imagen de racaner¨ªa del ministro-presidente. Para 2008, el techo de gasto se ha establecido en el 6,7%, 9.000 millones de euros m¨¢s que en 2007, pero en l¨ªnea con a?os anteriores, en los cuales -todo hay que decirlo- no hubo elecciones generales.