Bush propone un fiscal general de consenso para sustituir a Gonzales
Los dem¨®cratas elogian a Michael Mukasey, moderado y experto en lucha antiterrorista

Michael Mukasey, un veterano y prestigioso juez con experiencia en sonados casos de terrorismo, un conservador moderado y con credenciales de suficiente independencia como para calmar a los dem¨®cratas, es el hombre elegido por el presidente de EE UU, George W. Bush, para devolver el prestigio al trascendente cargo de fiscal general, utilizado durante toda la Administraci¨®n de Bush como un instrumento m¨¢s de la pol¨ªtica de la Casa Blanca.
"El juez Mukasey tiene las cosas claras sobre las amenazas a las que hace frente nuestra naci¨®n. Es un juez duro pero justo. Sabe lo que cuesta pelear esta guerra eficazmente y sabe c¨®mo hacerlo de una forma acorde con nuestras leyes y nuestra Constituci¨®n", destac¨® el presidente Bush a su designado como una pieza vital en la guerra contra el terrorismo.
Con 66 a?os y casi 20 como juez federal en Nueva York, Mukasey ha demostrado, en efecto, car¨¢cter suficiente como para afrontar los casos m¨¢s dif¨ªciles en relaci¨®n con esa guerra. Fue el primero, quiz¨¢, en juzgar un caso conectado a las amenazas que hoy son m¨¢s acuciantes para EE UU. En 1993 presidi¨® el juicio de Omar Abdel Rahman, conocido como el jeque ciego, condenado a cadena perpetua por su papel en un complot para dinamitar varios t¨²neles en Nueva York.
M¨¢s recientemente, en 2003, dio la raz¨®n al Gobierno de Bush al decidir que Jos¨¦ Padilla, uno de los acusados por el 11-S, pod¨ªa ser calificado como combatiente extranjero, pero le concedi¨® el derecho a un abogado.
Desde su nombramiento por el republicano Ronald Reagan, en 1987, hasta su retiro, en 2006, para trabajar en una importante firma de abogados, Mukasey se gan¨® fama de un hombre firme pero profesional. Trabaj¨® con uno de los candidatos presidenciales republicanos, Rudolph Giuliani, cuando ¨¦ste fue fiscal en Nueva York.
Hay que esperar a ver si estas credenciales son suficientes para que pase el proceso de ratificaci¨®n en un Congreso de mayor¨ªa dem¨®crata que ya ha advertido de que bloquear¨ªa cualquier intento de Bush de nombrar de nuevo a uno de sus fieles, como fueron antes John Ashcroft y Alberto Gonzales.
Las primeras reacciones han sido de prudente satisfacci¨®n. "Aunque ciertamente es un conservador, el juez Mukasey parece un candidato que sabe poner la ley por encima de todo y mostrar independencia frente a la Casa Blanca", declar¨® ayer el dem¨®crata Charmes Schumer, miembro de la Comisi¨®n de Asuntos Judiciales del Senado. Otro importante miembro de esa comisi¨®n, Joseph Biden, aunque dijo desconocer al aspirante, manifest¨® una buena impresi¨®n sobre el curr¨ªculo de Mukasey.
Una buena disposici¨®n por parte de los dem¨®cratas puede evitar el conflicto entre el Congreso y la Casa Blanca, que sin duda se hubiera producido si Bush hubiera nombrado, como se hab¨ªa filtrado, a Ted Olson o Michael Chestoff. Pero los problemas pueden llegar del lado extremo de la derecha. Algunas organizaciones religiosas influyentes han encontrado ya algunos elementos sospechosos en pasadas sentencias de Mukasey sobre materias de moral.
Oficina en horas bajas
Alberto Gonzales, uno de los autores intelectuales de las escuchas ilegales o la prisi¨®n de Guant¨¢namo, deja una fiscal¨ªa general en sus horas m¨¢s bajas de prestigio. No s¨®lo la controvertida actuaci¨®n antiterrorista, sino tambi¨¦n otros episodios, como el despido de ocho fiscales federales que se negaron a seguir consignas pol¨ªticas, han hecho aparecer esta oficina ante los ojos de los ciudadanos como una mera extensi¨®n de la Casa Blanca.
Esto es un asunto de extraordinaria gravedad en este pa¨ªs. Aunque habitualmente se suele traducir el cargo de fiscal general como el de ministro de Justicia en Espa?a, las diferencias son notables. El fiscal general, como manda la ley desde su creaci¨®n, en el siglo XVIII, no responde ante el presidente, sino que "representa a Estados Unidos en asuntos legales y provee consejo y opiniones al presidente y a otros responsables de departamentos del Gobierno [entendido como el Estado] cuando se le solicita". Es decir, est¨¢ obligado a ser independiente.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.