Una isla a la deriva
Los colonos de Ons reivindican el derecho a seguir ocupando el parque nacional
"Este barco est¨¢ a la deriva desde la guerra, y el patr¨®n nunca da llegado", lamenta Carlos Pi?eiro, presidente de una de las dos asociaciones de vecinos de la isla. En Ons hay 100 colonos (101 desde que, hace 10 d¨ªas, naci¨® Lucas Alabiso Otero), pero la defensa sin patr¨®n de una tierra que sienten suya aunque no existan t¨ªtulos de propiedad los ha terminado dividiendo en dos. Dos mitades representadas por un par de navieras que les unen a la Pen¨ªnsula, dos restaurantes (Casa Checho y Casa Acu?a) y dos colectivos vecinales, Illa de Ons y San Xaqu¨ªn.
La Xunta aguarda a que el Gobierno le ceda el parque natural, y los vecinos juran que nadie les va a echar
El se?orito Didio, hijo de Manuel Riob¨® (un vigu¨¦s que compr¨® Ons por 250.000 pesetas en 1919), se suicid¨® en 1936. Prefer¨ªa matarse a que lo mataran. Y antes de que le diesen el paseo por sus ideas pol¨ªticas, acab¨® con su vida sin dejar por escrito lo que tantas veces ¨¦l y su padre hab¨ªan prometido. Que la tierra, cuando ellos faltasen, ser¨ªa para los que la trabajaban, los colonos.
El m¨¦dico Manuel Riob¨® hab¨ªa fundado la Sociedad Mercantil Pesquera integrando a los vecinos. Eran entonces unos 500. Las mujeres plantaban patatas y frijoles, y los hombres, para completar la caldeirada, capturaban pescado y pulpo. Los Riob¨®, al comprar la isla, la parcelaron y repartieron su explotaci¨®n entre los colonos, que hab¨ªan empezado a llegar en 1810. Se formaron ocho barrios, desperdigados pero siempre de espaldas al mar abierto. Los amos montaron un secadero de pulpo y una f¨¢brica de salaz¨®n, y los vecinos, integrados en la sociedad mercantil, aportaban la materia prima.
Aquello era casi perfecto, pero el se?orito tir¨® la toalla y, desde entonces, la tripulaci¨®n de Ons navega sin capit¨¢n. El Ej¨¦rcito se la expropi¨® a nadie en 1940 para organizar una base de submarinos que se qued¨® en proyecto. Luego pas¨® al Instituto de Colonizaci¨®n, al Irida, al Icona, y en 1984 fue transferida a la Xunta. Hasta entonces, los colonos pagaban un canon por la tierra ocupada y la luz, pero ese a?o el Gobierno gallego suspendi¨® el cobro esperando definir la situaci¨®n legal de los vecinos. En 2001, al fin, se aprob¨® el R¨¦xime Xur¨ªdico dos Veci?os da Illa de Ons, en el que se fijaba una concesi¨®n de las casas y la tierra durante 99 a?os. Se hizo la ley como requisito para la declaraci¨®n, al a?o siguiente, del Parque Nacional de las Islas Atl¨¢nticas, pero la norma qued¨® estancada y nunca, en seis a?os, se lleg¨® a desarrollar.
"La situaci¨®n de los usuarios, que ya no se les puede llamar colonos, es alegal", explican fuentes del parque. "Todav¨ªa est¨¢n por definir sus derechos y sus deberes".
Una de las razones por las que no sali¨® adelante el reglamento fue la inesperada aparici¨®n, 65 a?os m¨¢s tarde, de la familia Riob¨®. Los sobrinos de Didio reclamaron la propiedad, y un juzgado de Madrid les dio la raz¨®n. "Piden 13 millones de euros por la expropiaci¨®n, pero la Administraci¨®n no les quiere dar m¨¢s que siete", cuenta Pi?eiro. "Y en ¨¦stas estamos: ellos, discutiendo por el precio, y los vecinos, reclamando en el juzgado de Mar¨ªn derechos adquiridos tras 200 a?os en la isla".
La presidenta de la Asociaci¨®n Illa de Ons, Mar¨ªa Jes¨²s Otero, recuerda al bipartito que "cuando gobernaba Fraga, el Bloque y el PSOE prometieron que si ganaban les dar¨ªan a los colonos la propiedad". Los vecinos suponen que la Xunta aguarda a que el Gobierno central le transfiera la gesti¨®n del parque nacional para tomar el tim¨®n. Si es as¨ª, la ¨ªnsula de la r¨ªa de Pontevedra podr¨ªa dejar de ser, en enero de 2008, un territorio sin ley. Los vecinos juran que nadie les va a echar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.