?Quien gana siempre tiene raz¨®n?
He sobrevivido al ferragosto de la ciudad luchando contra el lado oscuro de la fuerza, practicando el principio de m¨¢xima transpiraci¨®n y m¨ªnima inspiraci¨®n e intentando dejar que las horas pasaran lo m¨¢s pl¨¢cidamente posible sin hacer demasiado caso al imperativo kantiano del deber. Como, afortunadamente, nadie es perfecto, mi paz interior se ha visto alterada por el inevitable recuerdo de lo acaecido en el primer semestre del a?o. A pesar del estado de sopor en el que voluntariamente hab¨ªa recluido a mis neuronas, creo que, al final, he entendido que el "problema" era m¨ªo, que, en lugar de tenerlo todo m¨¢s claro, me hab¨ªa confundido a un nivel superior.
Viv¨ªa -pobre de m¨ª- prisionero de la monserga de "desear" una sociedad y una ciudad "m¨¢s" justa, pr¨®spera, libre, laica, solidaria... Memeces. Las pr¨¢cticas sociales y pol¨ªticas observables y las preferencias electorales reveladas me indicaban el camino que lleva a Bel¨¦n, pero mi adiestramiento ideol¨®gico me imped¨ªa comprender hasta qu¨¦ punto yo estaba out, confund¨ªa mis deseos con la realidad y corr¨ªa el grave riesgo de enquistarme en el papel de perro verde, pepito grillo o iluminado.
Lo de menos, aunque yo no lo supiera, era que las estad¨ªsticas y la observaci¨®n directa detectaran resultados mediocres en crecimiento econ¨®mico, bienestar social y sostenibilidad y no pocos problemas de pobreza y marginaci¨®n por resolver. El pueblo soberano ha hablado y ha dictado sentencia: quedan democr¨¢ticamente prohibidos los malos augurios y los augures que los prediquen as¨ª como cualquier cr¨ªtica radical al statu quo. Todo eso del pensamiento vac¨ªo, la bobalizaci¨®n etc... no son sino cr¨ªticas amargas e injustificadas de los perdedores. Estamos bien y, adem¨¢s, nos conformamos.
Nos regala el o¨ªdo que nuestros dirigentes nos juren y perjuren, un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, que somos la envidia de todos y lo de ser l¨ªderes en deuda s¨®lo demuestra que tenemos iniciativa. Somos magn¨¢nimos y no s¨®lo no castigamos sino que estamos dispuestos a premiar la corrupci¨®n y a aceptar el poder salv¨ªfico de los votos: quien gana, tiene raz¨®n y sus pecados le son condonados. Los promotores no han hecho m¨¢s que atender la demanda y si han subido mucho los precios era porque a la gente le iba bien y la demanda de propios y extra?os era imparable. Han creado riqueza y empleo y gracias a ellos tenemos un crecimiento econ¨®mico tan alto. Nadie ha destrozado el patrimonio natural. Es una exageraci¨®n que no se corresponde con que s¨®lo est¨¢ urbanizada el 5% del total de la superficie del Pa¨ªs. El turismo "residencial" no es ninguna estrategia equivocada, incentiva el comercio local y las arcas municipales son las primeras beneficiarias.
Nos gusta ir en nuestro coche y se nos debe garantizar el derecho que para eso pagamos impuestos. Preferimos la ilusi¨®n de los eventos, de salir en la tele, de tener las infraestructuras culturales m¨¢s grandes de Europa a la fina lluvia de la cultura cotidiana que es un invento de progres de lo m¨¢s aburrido. Pese a quien pese, como dijo el presidente del Valencia, nos llena de orgullo tener un gran estadio y lo de menos son las necesarias chapucillas. No nos preocupa gran cosa que la aconfesionalidad del estado sea en nuestra tierra m¨¢s virtual que real y que las huestes de arzobispo hagan y deshagan, veten y coloquen. Somos cat¨®licos de bodas, bautizos y comuniones. Tambi¨¦n somos mon¨¢rquicos hasta las cachas y tan valencianos como espa?oles. No nos causa sorpresa ni sonrojo que en nuestro nuevo y flamante Estatut se haya aprobado por decreto que Santa Mar¨ªa de la Valldigna es el centro oficial de espiritualidad de esta nuestra regi¨®n, pa¨ªs o reino.
Comulgamos con las merecidas cr¨ªticas al gobierno central por racionarnos el agua, las infraestructuras y la financiaci¨®n y no echamos en falta m¨¢s debate sobre nada. Menudo rollo. Si el puerto se ampl¨ªa porque es "evidente" que la opci¨®n de Sagunto era peor, para qu¨¦ perder el tiempo. No sabemos qu¨¦ venderemos de aqu¨ª a diez a?os ni en qu¨¦ seremos competitivos pero todo se andar¨¢. Que los ayuntamientos se pongan de acuerdo y cooperen es una bonita utop¨ªa, nada pr¨¢ctica. Cada ¨² per a d'ell.
Es mucho m¨¢s interesante y divertido que la Tomatina de Bu?ol sea Fiesta Tur¨ªstica de Inter¨¦s Nacional, que la hayan televisado un mont¨®n de teles extranjeras y que hayamos batido, de nuevo, todos los r¨¦cords: 40.000 personas, casi 150.000 kilos de tomates y una juerga hasta all¨¢. Vivimos bastante bien, problemas hay en todos sitios y empezamos a ser m¨¢s conocidos que la Charito. Adem¨¢s, a los del Mediterr¨¢neo nos va la marcha. La gente joven pasa de la pol¨ªtica pero eso es normal. Los pol¨ªticos son todos iguales y adem¨¢s son un aut¨¦ntico pe?azo.
Ante tanta felicidad -traducida en votos de la derecha- el gobierno de Zapatero ha optado por huir de cualquier confrontaci¨®n y colaborar en el ¨¦xito de Copas, F¨®rmulas Uno y ampliaciones portuarias, aunque la espinita del agua no es f¨¢cil de sacar. Ahora lo que hay que hacer es rebajar planteamientos que inciden en exceso en el blanco y negro, "ajustarse" a la realidad y "saber vender" la gesti¨®n, que las elecciones est¨¢n a la vuelta de la esquina. Igual Camps y Rita agradecen ese nuevo talante y les premian en Marzo con una abultada victoria. A populismo no les gana nadie, la lecci¨®n se la tienen aprendida de memoria y controlan los medios de comunicaci¨®n.
En Izquierda Unida todav¨ªa no se han recuperado del shock y andan a tortazo limpio y en el PSPV-PSOE el or¨¢culo aconsejaba mantener las aguas tranquilas (o sea, mantenerse pese a la derrota) y "centrarse" en una pat¨¦tica hoja de ruta "inexistente". Los sufridos votantes de izquierda son masocas y aguantan todo. Los designios de Dios son inescrutables y lo que es v¨¢lido para Madrid no lo es para Valencia. Palabra de Dios (o de Pepi?o Blanco que viene a ser lo mismo).
As¨ª es y as¨ª se lo hemos contado. Ya sab¨ªa yo que algo no me cuadraba. Todo ha sido un lamentable malentendido por el que pido excusas: yo (al igual que unos cuantos cientos de miles) no iba a Bel¨¦n y de aqu¨ª el equ¨ªvoco. Algunos ilusos pensamos (o pens¨¢bamos) que existe another way of life pero debemos estar equivocados. Eso s¨ª, salvo extradici¨®n, siempre nos quedar¨¢ el cultivo del champi?¨®n. En el futuro procurar¨¦ que mis palabras sean m¨¢s interesantes que mis silencios. Mil perdones.
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