"No hay que ser de derechas para ser militar"
En enero de 1983, el entonces ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, buscaba a un militar para encomendarle el traslado en helic¨®ptero del teniente general Jaime Milans del Bosch, quien hab¨ªa solicitado acudir a Madrid, desde su centro de reclusi¨®n en Algeciras, para visitar a su padre enfermo. Serra quer¨ªa asegurarse de que el corto trayecto no terminara en una fuga gracias a las m¨²ltiples complicidades que los golpistas segu¨ªan teniendo entre sus ex compa?eros de armas. Finalmente, el elegido fue el capit¨¢n Pedro Pitarch (Madrid, 1946).
En enero de 2006, el ministro Jos¨¦ Bono buscaba a un militar para sustituir al teniente general Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, destituido fulminantemente tras el discurso de la Pascua Militar, en el que hab¨ªa insinuado una intervenci¨®n del Ej¨¦rcito si el nuevo Estatuto catal¨¢n desbordase los l¨ªmites constitucionales. El elegido fue el teniente general Pedro Pitarch.
"El Eurocuerpo es un s¨ªmbolo visible de la reconciliaci¨®n en Europa y un eficaz instrumento para que la UE juegue su papel de actor global"
"Una concepci¨®n moderna de la seguridad europea debe contemplar tanto a EE UU como los leg¨ªtimos intereses de seguridad de Rusia"
Ma?ana, Pitarch se convertir¨¢ en el segundo espa?ol que dirige el Eurocuerpo, la m¨¢s potente unidad militar europea, con casi 65.000 soldados, 800 carros de combate, 1.000 blindados y 350 piezas de artiller¨ªa.
En el cuartel general de Estrasburgo (Francia) recibir¨¢ el estandarte de mando, para un periodo de dos a?os, de manos del jefe del Estado Mayor de la Defensa, el espa?ol F¨¦lix Sanz, y en presencia de los representantes militares de los otros cuatro socios de pleno derecho: Francia, Alemania, B¨¦lgica y Luxemburgo.
Pregunta. ?Qu¨¦ significa para usted mandar el Eurocuerpo?
Respuesta. Un nuevo destino de los muchos que he tenido a lo largo de mi carrera. Tambi¨¦n una apasionante responsabilidad que tratar¨¦ de desarrollar lo mejor que sepa y pueda. Adem¨¢s, es una gran suerte haber sido elegido para ese cometido entre tantos generales que podr¨ªan desempe?arlo con iguales o superiores m¨¦ritos a los que yo pudiera tener.
P. Cuando se lanz¨® el Eurocuerpo, en 1992, se present¨® como el embri¨®n del futuro Ej¨¦rcito europeo pero, quiz¨¢ porque la UE est¨¢ en crisis, no ha dado de s¨ª lo que se esperaba.
R. No estoy de acuerdo con la mayor. Yo no percibo en crisis a la Uni¨®n Europea. Por el contrario, es una enorme realidad econ¨®mica y pol¨ªtica global. Otra cosa es que el proceso de construcci¨®n europea, que es complej¨ªsimo, encuentre en su avance obst¨¢culos fenomenales, pero siempre salvables. Es cierto que el proceso de ratificaci¨®n del tratado constitucional se vio detenido por el resultado de algunos refer¨¦ndums nacionales. Pero no es menos cierto que el acuerdo para elaborar un tratado de reforma de la UE supone un muy importante paso adelante, que ha puesto nuevamente en marcha tal proceso y refleja la voluntad de entendimiento y compromiso entre los pa¨ªses miembros.
Dicho esto, considero que el Ej¨¦rcito europeo es un proyecto pol¨ªtico de gran calado y extremadamente sensible, puesto que afecta a uno de los fundamentos m¨¢s esenciales de la soberan¨ªa nacional de los pa¨ªses. Por su parte, creo que el Eurocuerpo es uno de los s¨ªmbolos m¨¢s visibles de la paz y la reconciliaci¨®n en Europa y un eficaz instrumento defensivo, que puede ayudar a que la Uni¨®n Europea incremente su papel de actor global. En cuanto a su dimensi¨®n operativa, perm¨ªtame recordarle que en el a?o 2000 dirigi¨® la operaci¨®n en Kosovo y, entre 2004 y 2005, la de Afganist¨¢n. Adem¨¢s, el a?o pasado la validaci¨®n del concepto NRF (Fuerza de Reacci¨®n de la OTAN) se hizo con un gran ejercicio en Cabo Verde, en el que el Mando Componente Terrestre fue desempe?ado por el Eurocuerpo.
P. ?Debe preocuparnos que Rusia se retire del tratado de limitaci¨®n de fuerzas convencionales en Europa (CFE)?
R. En principio, cualquier diferencia de fondo en materia de seguridad entre EE UU y Rusia ser¨ªa preocupante para Europa. En mi opini¨®n, una concepci¨®n moderna de la seguridad europea debe contemplar tanto a EE UU como los leg¨ªtimos intereses de seguridad de Rusia.
P. ?No es demasiado poco tiempo veinte meses en Sevilla?
R. A m¨ª me ha sabido a poco, porque el trabajo all¨ª es apasionante y la hospitalidad de los sevillanos, proverbial.
P. El general Mena, a quien usted sustituy¨®, asegur¨® que sus subordinados le hab¨ªan transmitido su inquietud por la reforma del Estatuto catal¨¢n.
R. La verdad es que remitirme ahora a esos hechos me parece un esfuerzo de memoria poco pr¨¢ctico. No obstante, s¨ª recuerdo que, en las visitas que hice a las distintas unidades subordinadas, encontr¨¦ tanto a los cuadros como a la tropa muy bien de moral y con una excelente disposici¨®n para el cumplimiento de sus respectivos cometidos.
P. En el tiempo en que usted la ha mandado, la Fuerza Terrestre ha pasado de 16.000 a 57.000 efectivos. ?Ha culminado ya la reorganizaci¨®n?
R. La parte correspondiente a la implantaci¨®n de las nuevas relaciones de mando se ha realizado sin mayor novedad. El nuevo Cuartel General de Sevilla es una espl¨¦ndida realidad, con un importante incremento de su Estado Mayor, su capacidad de mando y control y el volumen de las unidades subordinadas. En cuanto al conjunto de la reestructuraci¨®n, le recuerdo que el real decreto que la establece da de plazo hasta el a?o 2010 para su plena implantaci¨®n.
P. Uno de los aspectos m¨¢s complicados de cualquier reorganizaci¨®n son las disoluciones de unidades y los traslados.
R. Esta cuesti¨®n no est¨¢ en manos del jefe de la Fuerza Terrestre, sino del Estado Mayor del Ej¨¦rcito. No obstante, para m¨ª est¨¢ claro que cualquier reestructuraci¨®n seria, que tenga en cuenta las consideraciones estrat¨¦gicas, el principio de econom¨ªa de medios y el potencial de reclutamiento en cada zona, tiene alguno de los efectos que menciona. Tambi¨¦n estoy seguro de que se estudian con sumo cuidado las repercusiones y se trata de minimizar su impacto familiar y social.
P. ?C¨®mo encar¨® el caso del espionaje a civiles en el servicio de inteligencia en Ceuta? ?Puede garantizar que ya no se da?
R. Con independencia de lo que yo pudiera pensar del asunto, mi orden fue remitir al juzgado toda la informaci¨®n disponible. Por tanto, a lo que el juez pueda dictaminar me remito. Debo a?adir que, personalmente, en el ¨¢mbito del respeto a los derechos fundamentales y las libertades p¨²blicas, mi margen de tolerancia es cero.
P. ?Hay que ser de derechas para ser militar?
R. No veo por qu¨¦. Se puede ser de izquierdas. O de derechas. Del Betis. O del Sevilla. Incluso de estos dos ¨²ltimos a la vez, como es mi caso. No s¨®lo es que se pueda sino que, con car¨¢cter general, es bueno que en todo haya de todo porque, en principio, la diversidad enriquece. Pienso que en el plano individual no debe haber restricci¨®n al desarrollo del militar como ser humano o como ciudadano, ni tan siquiera en sus ideas pol¨ªticas. Cosa bien distinta es el c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde se manifiestan esas ideas, porque los militares somos depositarios de la gran fuerza legal del conjunto de la naci¨®n. Por eso, debemos mantener una postura de neutralidad pol¨ªtica activa. Cuando se adquiere la condici¨®n militar, uno sabe que voluntariamente renuncia al ejercicio pleno de algunos derechos comunes para los dem¨¢s ciudadanos. Las opciones pol¨ªticas las manifestamos individual y plenamente al depositar el voto.
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