Escritura y revoluci¨®n
He aqu¨ª que con esta su sexta novela, Bel¨¦n Gopegui (Madrid, 1963) alcanza su cota m¨¢s ambiciosa, en su ritmo trienal habitual al que nos tiene acostumbrados y que permanece invariable pese a sus incursiones en el mundo del cine -como argumentista y guionista-, que no le han apartado de su carrera como narradora imperturbable, y en la que sigue alcanzando ya cotas de una invariable calidad. Nunca ha estado Bel¨¦n Gopegui m¨¢s cerca de sus propias ambiciones que en El padre de Blancanieves.
La an¨¦cdota inicial es sencilla: una profesora de instituto, Manuela, casada y madre de tres hijos, encarga por tel¨¦fono un pedido a un supermercado. El encargado lo env¨ªa con retraso y ella, cansada de esperar, se marcha. El repartidor lo deja en casa de unos vecinos, y al volver se encuentra con que se han estropeado los productos congelados. Ni corta ni perezosa, se queja al supermercado, que decreta el despido del repartidor, un trabajador ecuatoriano que va a protestar a casa de Manuela, amenaz¨¢ndola a su vez si no le encuentra otro trabajo. Pues bien, en torno a esta nimiedad, Bel¨¦n Gopegui organiza una compleja novela, mezcla de narrativa epistolar entre m¨²ltiples personajes y documentos diversos, con los que se organiza una narraci¨®n que intenta ser un relato a la vez individual y colectivo, que recuerda m¨¢s a su cuarta novela, Lo real, que a otras anteriores suyas.
EL PADRE DE BLANCANIEVES
Bel¨¦n Gopegui
Anagrama. Barcelona, 2007
342 p¨¢ginas. 19,50 euros
En El padre de Blancanieves retoma la ambici¨®n de aquel t¨ªtulo de crear una novela colectiva, en la que desaparecen las fronteras entre lo individual y lo colectivo, en la que todo se fragmenta y se diversifica bas¨¢ndose en una idea central de Bertolt Brecht: "El p¨²blico es una asamblea de individuos capaces de transformar el mundo y que reciben informes sobre ¨¦l". ?sta es la idea matriz que contribuye a la central de Bel¨¦n Gopegui para crear voces mezcladas. Y con tendencia a utilizar lo cient¨ªfico como tabla rasa, pues no hay que olvidar que, pese a su formaci¨®n jur¨ªdica inicial y su pr¨¢ctica period¨ªstica posterior, es hija de un conocido astrof¨ªsico.
Aunque la novela empieza con Susana, la hija de Manuela (quiz¨¢ la verdadera Blancanieves), que cuenta el nimio suceso entre su madre y el ecuatoriano. Le sigue un comunicado an¨®nimo en el que se presenta la inexistente diferencia entre lo colectivo y lo individual que todo lo desencadenar¨¢ hasta el final, por otra parte, inexistente. Y ¨¦ste es quiz¨¢ el mayor defecto de esta rigurosa novela: pues el ¨²ltimo comunicado del libro dice "yo no me muero", antes de dar la voz al padre de Susana, que tras confesar su frustrado intento de destruir una plantaci¨®n de algas destinadas a la fabricaci¨®n de Sprirulina, env¨ªa a su hija a un planeta invisible, Antares, que s¨®lo es una estrella roja imperfecta donde podr¨¢ crear su "burbuja protectora".
El entrecruzamiento de voces llega a la exasperaci¨®n y los personajes se multiplican sin cesar, pero la obra del padre de Susana lleva a su ausencia definitiva. Y que Antares nos proteja. Indefinidamente, pues la clase media tampoco existe al final. Excesivamente compleja, con demasiada carga cient¨ªfica quiz¨¢, esta gran novela no cuaja al final, pero anuncia una totalidad que se avecina como inminente.
Seis libros, cuatro pel¨ªculas
BEL?N GOPEGUI persigue siempre una escritura revolucionaria capaz de entender el mundo y transformarlo a la vez. As¨ª ha sido desde su primera obra, La escala de los mapas (1992), donde el relato se refugia, frente al amor, en los intersticios de la realidad, uniendo la ciencia a la poes¨ªa con una prosa emocionante que le vali¨® el Premio Tigre Juan a una primera novela. Le sigui¨® Tocarnos la cara (1995), en la que la met¨¢fora teatral sirve para revelar que no es posible la salvaci¨®n individual. En La conquista del aire (1998), su obra maestra, expone la labor corruptora del dinero. Con Lo real (2001) alcanza su m¨¢xima ambici¨®n, parcialmente frustrada, creo, con la intervenci¨®n de un coro colectivo "de asalariados y asalariadas de renta media reticentes" que se introduce en el relato de una venganza que no termina de cumplirse. El lado fr¨ªo de la almohada (2004), por su parte, es una defensa de la revoluci¨®n cubana a trav¨¦s de una historia de amor y esp¨ªas, muy bien construida y pol¨ªticamente incorrecta. La ¨²ltima estaci¨®n de esta trayectoria es, por ahora, El padre de Blancanieves.
En 2000, La conquista del aire fue llevada al cine bajo el t¨ªtulo de Las razones de mis amigos (en la imagen) por Gerardo Herrero, director para el que la novelista escribi¨® despu¨¦s los guiones de El principio de Arqu¨ªmedes (2004) y, este mismo a?o, Una mujer invisible. El gui¨®n de aquella adaptaci¨®n primera fue obra de ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, que, en su primera pel¨ªcula, La suerte dormida (2003), contar¨ªa luego con la colaboraci¨®n de la propia Gopegui. R. C.
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