Nadie est¨¢ a salvo
La primera novela de Daniel Alarc¨®n tiene como escenario un pa¨ªs innominado de Am¨¦rica Latina. Tal indeterminaci¨®n geogr¨¢fica tiene una funci¨®n metaf¨®rica. Todo lo que ocurre en Radio Ciudad Perdida pudo o puede ocurrir en cualquier pa¨ªs latinoamericano. Y si me apuran, en cualquier pa¨ªs del mundo. Nadie est¨¢ a salvo de los mecanismos incontrolables que se establecen entre la injusticia, la impunidad, el odio y el resentimiento. Alarc¨®n bautiza con n¨²meros a los pueblos de su pa¨ªs de ficci¨®n. ?Son inocentes n¨²meros como 1793 o 1797, a?os de la para bien y para lo peor Revoluci¨®n Francesa?
As¨ª que con estos datos tam
RADIO CIUDAD PERDIDA
DANIEL ALARC?N
TRADUCCI?N DE JORGE CORNEJO
ALFAGUARA. MADRID384 P?GINAS.
19,50 EUROS
bi¨¦n podemos afirmar que esta novela es susceptible de interpretaci¨®n pol¨ªtica. Pero no a la manera en que en Europa suele concebirse dicha cuesti¨®n (no a la manera en que el imaginario progresista ha interpretado, con toda la buena intenci¨®n, algunos periodos tr¨¢gicos). Tampoco a la manera en que defini¨® en 1969 Carlos Fuentes el concepto de compromiso en la ficci¨®n en los pa¨ªses americanos en La nueva novela hispanoamericana. Lo que Alarc¨®n pone sobre el tapete no es nada m¨¢s ni nada menos que el manique¨ªsmo con que se ha solventado una cuesti¨®n en la que todas las partes han intervenido con el mismo grado de responsabilidad moral, pol¨ªtica y criminal. Daniel Alarc¨®n ha escrito una novela comprometida. Sin duda. Pero alejada de ese criterio del compromiso pol¨ªtico seg¨²n el cual los culpables son tan evidentes que no hace falta investigar por si hubiera otros que tambi¨¦n lo fueron. Para esta operaci¨®n, es decir para cambiar de paradigma ¨¦tico e ideol¨®gico, Alarc¨®n llev¨® a cabo su empresa con una sorprendente madurez narrativa. Represent¨® una tragedia colectiva sin orillar la pena individual. No blandi¨® las t¨ªpicas siluetas novel¨ªsticas tras las cuales se sol¨ªa representar a los culpables y a los inocentes. Tampoco hizo caso de la llamada f¨¢cil a la blandenguer¨ªa estil¨ªstica que el material con el que trabajaba pod¨ªa conducirlo.
Radio Ciudad Perdida narra en voz omnisciente una compleja madeja de situaciones. La narraci¨®n se asienta en un foco de atenci¨®n que recae en Norma, una carism¨¢tica locutora de radio. Todo comienza cuando a su emisora llega un ni?o de un pueblo remoto de la selva, V¨ªctor, con una lista de gente, que luego sabremos que son desaparecidos. En este pa¨ªs hubo no hace mucho una guerra. Una guerra interna, al estilo de la que se libr¨® en Argentina y Per¨² entre el aparato represivo del Estado y unos pretendidos ej¨¦rcitos populares que apenas se representaban a s¨ª mismos con estaliniana arbitrariedad y violencia. La historia tambi¨¦n nos habla de Rey, un cient¨ªfico que coquete¨® con la guerrilla y de la que intent¨® desprenderse. El pasado y el presente est¨¢n perfectamente soldados. La trama no deja cabos sueltos ni anuncia la inesperada pirueta reservada para el final.
Hablemos de la escritura. Radio Ciudad Perdida fue escrita en ingl¨¦s. Comprensible en alguien que lleg¨® a Estados Unidos a los tres a?os. Sin embargo, la novela apenas acusa la versi¨®n. El texto parece haberse acabado en la mesa del traductor. Y eso se agradece, as¨ª la novela de Alarc¨®n mantiene vivo el esp¨ªritu ling¨¹¨ªstico original con que, no nos cabe ninguna duda, fue concebida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.