"Muchas veces me crucificaron"
Un escapulario de Nuestra Se?ora de F¨¢tima cuelga del cuello de K¨¦pler Laveran Lima Ferreira, m¨¢s conocido como Pepe (Brasil, 1983). Dicen sus amigos portugueses que nunca conocieron un brasile?o tan devoto de Portugal. Uno que hable con acento de Madeira, que renuncie al carnaval, y que celebre las Navidades en su casa de Oporto, prefiriendo las cenas ¨ªntimas con su namorada a las copas y a la m¨²sica funky. Pepe es diferente fuera y dentro del campo. Ma?ana, frente al Valladolid, el central m¨¢s caro de la historia del Madrid volver¨¢ a contar para Schuster despu¨¦s de un mes de baja por lesi¨®n.
Pregunta. Los jugadores m¨ªticos de Brasil ven¨ªan de R¨ªo, de S?o Paulo, o del sur, de Porto Alegre. Usted es del norte.
"Algunos dicen que hay que robar y ya est¨¢. Yo pienso que en el f¨²tbol moderno los centrales deben cortar el bal¨®n y luego dar continuidad a la jugada"
"En Portugal pensaban que era muy duro. Yo soy central. Si un delantero me supera dir¨¢n que soy malo. Tengo que entrar fuerte, pero sin deslealtad"
Respuesta. Nac¨ª en Alagoas, entre Recife y Salvador. Es una regi¨®n tur¨ªstica que hist¨®ricamente no ha producido jugadores. En mi ciudad no hay ning¨²n club en Primera Divisi¨®n.
P. ?Y c¨®mo empez¨® a jugar?
R. En la calle, con ocho a?os. Me gustaba jugar contra gente de dieciocho y de veinte. Yo era siempre el ¨²ltimo que escog¨ªan porque era el m¨¢s peque?o. Me dec¨ªan: 'Vete a jugar con los de tu edad porque en los balones divididos te vamos a machacar'. Yo insist¨ªa. Y me llev¨¦ muchos golpes. Pero me entren¨¦ solo para fortalecer las piernas. Lanzaba el bal¨®n contra la pared y me tiraba a trabarlo. Chocaba y chocaba. Estaba obsesionado con que me aceptaran.
P. Es extra?o que un brasile?o se obsesione con chocar.
R. Yo siempre quise marcar. Fui central, lateral, y medio defensivo. El Corinthians Lagoao me fich¨® para defender. Y fue en ese club donde me descubri¨® un ojeador del Mar¨ªtimo de Madeira. Fue a buscar a Ezequias, un defensor veterano, y acab¨® exigiendo que me incluyeran en la operaci¨®n para contratar a Ezequias.
P. ?Siente que debe su carrera a Ezequias?
R. No le debo tanto como al Corinthians Lagoao, un club que forma muchos jugadores. Deco sali¨® de ah¨ª. Es un club que siempre atrae a los presidentes y a los entrenadores europeos que buscan j¨®venes. Aunque tal vez deba m¨¢s a Mourinho, que fue quien decidi¨® mi contrataci¨®n para el Oporto.
P. Ya no queda ni rastro de su acento brasile?o.
R. Porque llegu¨¦ muy joven. Lo primero que hice en Madeira fue instalarme en una residencia de la cantera, llena de jugadores con los que tuve que convivir. No hab¨ªa brasile?os y me tuve que criar con las costumbres portuguesas. Adem¨¢s, mi novia es portuguesa. Desde el principio me sent¨ª bien acogido. Como futbolista me debo m¨¢s a Portugal que a Brasil. Portugal me proyect¨® como profesional. Aprend¨ª a entrenarme, a posicionarme en el campo, a hacer de esto un oficio... Ser internacional es la mejor forma que he encontrado de poder retribuir a los portugueses todo lo que hicieron por m¨ª.
P. Su primer a?o en el Oporto fue desastroso. Tal vez, por su forma de jugar, si el equipo no se ordena usted queda vendido. ?No cree que su intervencionismo se expone al fracaso?
R. Claro. Porque hoy en d¨ªa es f¨¢cil para un central cortar la bola y quedarse en la l¨ªnea. Me identifico mucho con Hierro porque era un jugador que m¨¢s all¨¢ de cortar la bola pon¨ªa las condiciones para continuar la jugada. Yo procuro mucho eso, y muchas veces me crucificaron por hacerlo. Mucha gente piensa que eso no forma parte de la funci¨®n de un central. Dicen que hay que robar y ya est¨¢. Yo pienso que en el f¨²tbol moderno los centrales deben cortar el bal¨®n limpiamente, sin hacer falta, y luego dar continuidad a la jugada. Tambi¨¦n s¨¦ que habr¨¢ momentos en que tendremos que tirar la pelota a la tribuna. Para no cometer errores hay que saber mezclar.
P. En el Oporto no consigui¨® adaptarse f¨¢cilmente. ?No teme repetir la experiencia ahora?
R. No porque en el Oporto se hizo una transici¨®n muy complicada. El Oporto ven¨ªa de ganar todo cuando Mourinho se fue al Chelsea y dej¨® el equipo a medio armar. Despu¨¦s lleg¨® Del Neri, hicimos la pretemporada y a la semana de Liga vino V¨ªctor Fern¨¢ndez, al que tambi¨¦n acabaron por echar. Yo era nuevo y las alteraciones me afectaron. Ning¨²n club en el mundo hizo lo que el Oporto en mi primera temporada. En un a?o echaron a cuatro entrenadores. Yo soy muy autocr¨ªtico. Pero s¨¦ que en ese a?o no pod¨ªa tener culpa de nada.
P. Sin embargo, su presentaci¨®n en el Madrid ha sido accidentada. Ni en el trofeo Carranza ni en los partidos de Supercopa contra el Sevilla se luci¨®.
R. Si el ¨¢rbitro hubiera tenido un poco de sensibilidad no habr¨ªa pitado el penalti que me pit¨® contra el Sevilla. Yo no tuve ninguna intenci¨®n de tocar el bal¨®n con la mano. Infelizmente mi movimiento coincidi¨® con la trayectoria. Me empujaron. El ¨¢rbitro debi¨® pitar falta a favor m¨ªo, no en contra. Pero el ¨¢rbitro es un ser humano que comete errores. Y a m¨ª no me gusta juzgar a nadie por sus errores, porque yo tambi¨¦n los cometo. No me gusta que me juzguen por mis errores tampoco.
P. Schuster le considera esencial para iniciar las jugadas.
R. Al profesor le gusta que hagamos un buen f¨²tbol para que la hinchada est¨¦ m¨¢s de nuestro lado. A los centrales nos pide que salgamos con la pelota jugada. As¨ª multiplicamos las opciones de pase, tenemos m¨¢s posesi¨®n, no corremos tanto detr¨¢s de la pelota y no nos desgastamos como el adversario.
P. ?La consigna es que Cannavaro le d¨¦ el bal¨®n a usted?
R. No, no, no, no... Tanto yo como Cannavaro y Metzelder entrenamos igual y la exigencia del entrenador es que todos empecemos a jugar con el bal¨®n al piso.
P. A usted le gusta el roce con los delanteros.
R. En Portugal, al principio, dec¨ªan que era demasiado agresivo y que ten¨ªa que dulcificar mi juego porque en el futuro me perjudicar¨ªa. Despu¨¦s me elogiaron por no tener miedo y por ser determinado en todo lo que hac¨ªa. Yo estoy convencido. Mucha gente pensaba que era muy duro, pero es mi manera de jugar. Yo soy central. Si un delantero me supera dir¨¢n que soy malo. Yo pienso: 'Cuanto menos delanteros me burlen, es mejor para el equipo y mejor para m¨ª'. Los jugadores tenemos que entrar fuerte. Pero no con deslealtad.
P. ?Qu¨¦ entiende por desleal?
R. El que da un codazo a un colega, o un plantillazo, o hace algo con intenci¨®n de da?ar. Yo no soy as¨ª.
P. Lucio, Edmilson, Juan y Alex han puesto de moda a los centrales brasile?os. ?No es raro que Brasil exporte defensas?
R. En el f¨²tbol mundial est¨¢ dif¨ªcil encontrar centrales. Por eso los clubes est¨¢n pagando tanto dinero por los pocos que hay. Antiguamente escaseaban los delanteros con talento y los clubes daban mucho por ellos. El f¨²tbol de hoy exige m¨¢s contacto que espect¨¢culo. Por eso se venden centrales brasile?os, cuando hace unos a?os no pasaba. Yo no s¨¦ si Pel¨¦ habr¨ªa marcado ahora los goles que marc¨® con lo trabajadas que est¨¢n las defensas. Ni Eusebio. Hoy en d¨ªa meter mil goles es dif¨ªcil. Antes no se hac¨ªa gimnasio, ni hab¨ªa estas tecnolog¨ªas.
P. ?A usted le pidi¨® Schuster o fue un fichaje de Mijatovic?
R. El Madrid se puso en contacto con mi representante.
P. ?Pero le pidi¨® Schuster?
R. No lo s¨¦. S¨®lo s¨¦ que para m¨ª venir al Madrid era prioritario.
P. ?C¨®mo convive con la idea de haber costado treinta millones de euros?
R. S¨®lo tengo que hacer mi trabajo. Siempre al cien por cien, siempre bien, para dar mi retorno al club. No tengo m¨¢s responsabilidad que otro jugador aqu¨ª dentro. Nosotros tenemos el mismo nivel de responsabilidad. El que cost¨® treinta y el que cost¨® diez.
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