Contra Al Andalus
Ninguna de las amenazas de Al Qaeda, ya sea de sus dirigentes directos o de sus franquicias, puede ser tomada a la ligera. Espa?a ha estado en el punto de mira de los yihadistas antes y despu¨¦s del 11-M. La ¨²ltima advertencia, proveniente de Ayman al Zawahiri, el n¨²mero dos de La Base, busca sobre todo hundir los reg¨ªmenes de Argelia y Marruecos, a los que llama "hijos de Francia y de Espa?a que han regresado". Pero tambi¨¦n va dirigido contra estos pa¨ªses y sus ciudadanos, ya en el Magreb o en Europa, como refleja su insistencia en el mito cargado de ideolog¨ªa de la recuperaci¨®n de Al Andalus, que en tiempos lleg¨® a cubrir una parte del sur de la Francia de hoy adem¨¢s de casi toda la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Otros v¨ªdeos y declaraciones anteriores mencionaban a Ceuta y Melilla por su nombre, pero en estas palabras Zawahiri parece darlo por sentado. La amenaza es grave, como se vio ayer con un ataque suicida contra trabajadores franceses, italianos y argelinos al este de Argel, el primero de este tipo desde marzo.
Al Qaeda ha montado una organizaci¨®n en el Magreb a la que se han sumado grupos armados ya existentes. Probablemente su llamamiento s¨®lo apele a una minor¨ªa, pero bastar¨ªa para causar graves da?os y sembrar la incertidumbre en toda la regi¨®n. La lucha contra este terrorismo no puede ser meramente responsabilidad de los Gobiernos locales, sino que requiere mejorar todo lo posible la cooperaci¨®n de ¨¦stos con los europeos, pues se trata de una amenaza com¨²n que se va extendiendo por todo el Magreb y hacia el ?frica subsahariana. Como en su d¨ªa ocurri¨® en Argelia con los terroristas que se hab¨ªan formado en la guerra de Afganist¨¢n contra la invasi¨®n sovi¨¦tica, crece el peligro del regreso de j¨®venes que han ido a combatir a Irak y vuelven formados en las artes de matar.
El intento de subvertir los reg¨ªmenes, no precisamente democr¨¢ticos, del mundo ¨¢rabe o musulm¨¢n es una constante de Al Qaeda desde sus inicios, y quiz¨¢s su mayor fracaso, pues hasta ahora nada ha conseguido. Al Qaeda no se limita al Magreb, sino que tambi¨¦n pide que se ataquen las fuerzas internacionales de paz de Sud¨¢n, y otros pasos. Casi a la vez, Osama Bin Laden ha pedido a los paquistan¨ªes que se rebelen contra el presidente Musharraf, al que responsabiliza directamente de la matanza de julio en la Mezquita Roja de Islamabad para desalojar una revuelta de estudiantes. No es un gesto gratuito el de Bin Laden para un general cuya popularidad y credibilidad est¨¢ en ca¨ªda libre y ya ha fijado la fecha de su reelecci¨®n por el Parlamento para el 6 de octubre, antes de las elecciones generales. Al Qaeda sabe que Pakist¨¢n puede ser un eslab¨®n d¨¦bil en la lucha global contra el terrorismo y para frenar el avance del islamismo.
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