En la estela de la 'bistronom¨ªa'
ZORZAL, el nuevo proyecto del 'chef' de Zaranda, Fernando P¨¦rez Arellano
Cuando el periodista franc¨¦s Sebastian Demorand, comentarista de la revista Zurban, cre¨® el t¨¦rmino bistronomie (contracci¨®n de bistrot y gastronomie), intentaba poner nombre a las cocinas de calidad que algunos cocineros parisienses comenzaban a servir en los tradicionales bistrots. Platos dignos de restaurantes con estrellas, que se ofrecen en locales de servicio informal y ambiente desenfadado, cuyos precios se mantienen dentro de m¨¢rgenes moderados (30-35 euros). La figura de Yves Camdeborde, impulsor de los bistrots modernos, que empez¨® cocinando en La Regalade y ahora oficia en Le Relais Saint Germain, ha estimulado la aparici¨®n de otros j¨®venes seguidores. Algunos con tanto ¨¦xito como I?aki Aizpitarte, que duplica y triplica mesas en Par¨ªs con dos men¨²s de 20 y 45 euros (mediod¨ªa y noche) en Le Chateaubriand. En Barcelona, la tendencia est¨¢ teniendo una r¨¦plica reciente como ha puesto de manifiesto el periodista Pau Aren¨®s, que la ha bautizado con el t¨¦rmino bistronomic.
ZORZAL
6.- San Bernardino, 13. Madrid. Tel¨¦fono 915 41 20 26. Entre 50 y 60 euros por comensal. Cierra domingos noche y lunes. Bu?uelos con bacalao, 8 euros. Rabo deshuesado, 12. Merluza en salsa verde, 22. 'Brioche' con huevo caramelizado, 8 euros.
Pan ... 5,5
Caf¨¦ ... 4
Bodega ... 6
Ambiente ... 6
Aseos ... 6,5
Servicio ... 7
?Podr¨ªa considerarse que el nuevo Zorzal madrile?o entronca con esta pujante corriente bistron¨®mica. En parte s¨ª y en cierta medida no. Por un lado no ofrece ning¨²n tipo de men¨². Adem¨¢s, algunos de sus platos sobrepasan la barrera de los 20 euros y una comida a la carta oscila entre 50 y 60. Pero la calidad de su cocina es buena, y sus recetas, con ligeros ribetes creativos, se encuentran entre las tradicionales casas de comidas y los restaurantes de nivel. Iv¨¢n S¨¢ez, cocinero en funciones, demuestra mano y sensibilidad. No es extra?o que al poco de su apertura registre llenos cotidianos.
Lo que procede es compartir entrantes. Alcanzan el notable las croquetas de jam¨®n; son suculentos los bu?uelos de bacalao, a los que perjudica una p¨¦sima salsa vizca¨ªna; reconfortante el pisto con huevos escalfados, y delicada la ensalada de sardinas escabechadas con confitura de tomate. Platos entre sencillos y apetitosos, a los que se suman los mejillones al vapor, el pulpo a la gallega, el jam¨®n ib¨¦rico y las anchoas de Santo?a. Imposible encontrar nada m¨¢s tradicional.

ALTIBAJOS
EL NUEVO Zorzal se encuentra en el mismo emplazamiento donde antes se hallaba el emergente Zaranda, que la pasada primavera se traslad¨® a otro local. El cocinero Fernando P¨¦rez Arellano, patr¨®n de ambos restaurantes, ha delegado en S¨¢ez la responsabilidad de sacar adelante esta casa de comidas renovada donde la calidad de las materias primas es buena, el servicio concienzudo y la mayor¨ªa de sus especialidades rezuman sensatez.
Dentro de los platos de cuchara, dos guisos contrapuestos. Est¨¢n conseguidas las alubias de Tolosa con oreja, a pesar de un exceso de sal, y son decepcionantes las fabes con almejas, plato de precio elevado (20 euros) en el que las alubias presentan un hollejo exagerado. Dientes de sierra que se repiten en el resto de la carta dentro de su aceptable nivel. Es suculento el rabo estofado al vino tinto, acertados los callos a la madrile?a y mal resuelto el pollo en pepitoria, receta en v¨ªas de remodelaci¨®n.
Con los pescados se repiten los altibajos. Refinada la merluza en salsa verde y s¨®lo correctos los chipirones en su tinta, que suscitan serios reparos (la tinta negra es sint¨¦tica en lugar de natural). Los postres mantienen la misma situaci¨®n. Espectacular el brioche empapado en nata y huevo, refinado el jugo de pi?a con helado de coco y demasiado cargada de fruta la tarta de manzana. Uno de sus dos comedores, el de la planta baja, que desprende vahos a tabaco fr¨ªo, pone a prueba la resistencia olfativa de cualquier comensal.
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