Las pesadillas gemelas
El desaf¨ªo de Irak y el de Ir¨¢n est¨¢n unidos estrechamente y nos seguir¨¢n perturbando
Esta semana, el general David Petraeus y el embajador Ryan Crocker han estado en Londres para tratar de convencer al Reino Unido de que no retire todas sus tropas de Irak. La semana pasada estuvieron en Washington intentando convencer al Congreso y a la opini¨®n p¨²blica estadounidenses. Si escarbamos bajo la fina capa de barniz, podemos ver que Petraeus y Crocker no est¨¢n diciendo que las cosas vayan a ir bien en Irak si nos quedamos. Lo que dicen es que las cosas ir¨¢n peor si las fuerzas de ocupaci¨®n se retiran de manera precipitada y completa.
Es perfectamente posible afirmar, como es mi caso, que Irak es el mayor desastre de la pol¨ªtica exterior brit¨¢nica desde Suez, y el mayor de la pol¨ªtica exterior estadounidense desde Vietnam, y, sin embargo, pensar que quiz¨¢ los dos emisarios tienen raz¨®n. Es lo que ocurre cuando uno comete grandes errores: despu¨¦s no tiene m¨¢s que p¨¦simas opciones. Todos conocemos los argumentos en contra: desde el punto de vista moral, no tenemos derecho a ocupar otro pa¨ªs; desde el punto de vista militar, nuestras fuerzas han pasado a ser parte del problema, no la soluci¨®n; desde el punto de vista pol¨ªtico, la mejor posibilidad de lograr un acuerdo es dejar que los iraqu¨ªes negocien entre s¨ª. Es lo que dicen tambi¨¦n algunos pol¨ªticos de Washington, deseosos de tener una justificaci¨®n altruista para defender la postura que m¨¢s puede asegurarles la reelecci¨®n.
Petraeus y Crocker han estado en Londres para decir que las cosas ir¨¢n peor si los soldados se retiran de Irak de manera precipitada y completa
Es posible que a lo largo del pr¨®ximo a?o el Reino Unido reduzca de 5.500 a 3.500 las tropas en Irak. Esto es simb¨®licamente mejor que la retirada total
Sarkozy trata de evitar que Bush y Cheney decidan bombardear Ir¨¢n antes de abandonar la Casa Blanca, en enero de 2009
S¨ª, pero ?es verdad? Olvid¨¦monos de Petraeus y Crocker por un momento, porque "?qu¨¦ van a decir ellos, no?". Veamos, en cambio, lo que escrib¨ªa George Packer, uno de los periodistas mejores y m¨¢s cr¨ªticos que informan desde Irak, en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista New Yorker. Las tropas estadounidenses en Irak, dice Parker, se han convertido en un freno para las fuerzas violentas que ellas mismas desataron con la guerra. "La influencia diplom¨¢tica se debilitar¨¢ con la retirada, y los codiciosos vecinos de Irak aprovechar¨¢n el vac¨ªo de poder para luchar por sus intereses. Aun en el caso de que las tropas saud¨ªes no atraviesen la frontera para defender a sus hermanos sun¨ªes, ni los guardias revolucionarios iran¨ªes se infiltren para asegurar el poder chi¨ª, ni los turcos penetren en Kurdist¨¢n para impedir que declare la independencia, las luchas indirectas, las incursiones irregulares y el aumento del n¨²mero de refugiados contribuir¨¢n a enturbiar la situaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo durante a?os".
En el a?o 2015
Packer cita despu¨¦s al profesor brit¨¢nico Toby Dodge, que ha criticado la invasi¨®n desde el principio y que opina que si las tropas estadounidenses se marchan, dejar¨¢n detr¨¢s "una pelea de todos contra todos, una guerra civil sin ning¨²n actor ni organizaci¨®n con la fuerza suficiente para ganar... De tal forma que si a usted y a m¨ª nos diera la locura -por ejemplo, en el a?o 2015- de subir a un coche en Basora e intentar llegar a Mosul, tendr¨ªamos que atravesar una serie de islas de relativa estabilidad, controladas por caudillos... Unos feudos rodeados por una violencia y un caos sin fin. Me parece una situaci¨®n muy similar a la de Afganist¨¢n antes de que subieran al poder los talibanes. O a la de Somalia. ?se ser¨¢ el destino de Irak cuando se vayan los americanos".
Esto es lo que dicen dos analistas independientes que conocen la realidad sobre el terreno; otros no est¨¢n de acuerdo. Pero estas advertencias, como m¨ªnimo, deber¨ªan hacernos reflexionar antes de rechazar de plano lo que dicen Crocker y Petraeus. El l¨ªder del Partido Liberal-Dem¨®crata brit¨¢nico, sir Menzies Campbell, dice que "el Reino Unido ha satisfecho su obligaci¨®n moral con Irak" y debe retirarse por completo. Me parece un argumento extra?o. En mi opini¨®n, los brit¨¢nicos no cumplimos nuestra obligaci¨®n moral respecto al pueblo de Irak cuando no fuimos capaces de advertir con la firmeza necesaria a EE UU sobre las probables consecuencias de la invasi¨®n. Ahora, despu¨¦s de haber contribuido a ella, no hay duda de que nuestro deber fundamental es reducir lo m¨¢s posible el perjuicio consiguiente para la poblaci¨®n inocente iraqu¨ª. Si es verdad que una retirada precipitada y completa servir¨ªa para aumentar las posibilidades de que los iraqu¨ªes que han colaborado con las fuerzas de ocupaci¨®n -a veces, con la genuina esperanza de construir un Irak laico y democr¨¢tico- murieran asesinados, y para incrementar a¨²n m¨¢s el volumen de refugiados, que asciende ya a la horrible cifra de unos cuatro millones de desplazados en el interior y en el exterior, entonces nuestra obligaci¨®n moral es evitar que la situaci¨®n se deteriore todav¨ªa m¨¢s.
Desde luego, en la pr¨¢ctica, los pocos miles de soldados brit¨¢nicos que permanecen en el aeropuerto de Basora surtir¨¢n poco efecto. Por lo que deduzco, lo que los estadounidenses querr¨ªan que hicieran los brit¨¢nicos es ayudar a asegurar sus important¨ªsimas l¨ªneas de abastecimiento desde el sur del pa¨ªs, mantener cierta capacidad de intervenci¨®n cuando las luchas internas se descontrolen, seguir entrenando al ej¨¦rcito y la polic¨ªa iraqu¨ªes y conservar discretamente varias unidades de inteligencia y fuerzas especiales. Seg¨²n fuentes brit¨¢nicas, es probable que el Reino Unido abandone la primera de estas dos funciones a lo largo del a?o pr¨®ximo, al reducir el n¨²mero de soldados de 5.500 a 3.500. Pero hay una diferencia simb¨®lica significativa entre eso y la retirada total, con repercusiones importantes tanto en Irak como en otros pa¨ªses.
Impaciencia del Congreso
Ahora bien, lo principal son las fuerzas estadounidenses. Pese a la impaciencia del Congreso, y del pa¨ªs en general, la verdad es que probablemente seguir¨¢ habiendo varios cientos de miles de soldados en Irak cuando tome posesi¨®n el pr¨®ximo presidente, a principios de 2009. ?No contribuir¨¢ esa presencia a prolongar la agon¨ªa? Es un argumento posible, y, desde luego, el ej¨¦rcito de EE UU es el menos dispuesto a afirmar que existe una soluci¨®n militar para Irak. Pero el argumento que puede alegarse a favor de una retirada m¨¢s lenta es que dar¨ªa la oportunidad a un tipo de pol¨ªtica que hasta ahora pr¨¢cticamente no se ha intentado: la pol¨ªtica de la negociaci¨®n regional y una mayor participaci¨®n internacional.
A finales del pr¨®ximo mes se celebrar¨¢ una conferencia con los principales actores de la regi¨®n en Estambul. Quiz¨¢ es posible que Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n lleguen a la conclusi¨®n de que lo mejor para sus intereses individuales y encontrados es un Irak que permanezca unido en una especie de punto muerto precario y sostenido artificialmente, bajo los vagos auspicios de la ONU; un pa¨ªs d¨¦bil y dividido en el que todos los vecinos tengan algo de influencia, pero ninguno aventaje a los dem¨¢s. Dado que la desconfianza que se tienen entre s¨ª es tan grande o mayor que la que sienten respecto a EE UU, tal vez incluso estar¨ªan dispuestos a aceptar una presencia militar y pol¨ªtica estadounidense a largo plazo, como m¨ªnima garant¨ªa de que ninguna de las partes en conflicto tratar¨ªa de obtener la hegemon¨ªa o, en el caso del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, la independencia.
Quiz¨¢ es hacerse ilusiones, pero teniendo en cuenta las desalentadoras alternativas, merece la pena intentarlo. Seguramente, el vecino menos dispuesto a cooperar ser¨¢, como es natural, Ir¨¢n. La negociaci¨®n regional sobre Irak se ha complicado infinitamente por el intento simult¨¢neo de impedir que Ir¨¢n adquiera la capacidad de fabricar armas nucleares. A principios de este mes, en Washington, varios observadores me aseguraron que, a pesar de los consejos en sentido contrario que est¨¢n recibiendo, todav¨ªa cabe la posibilidad de que Bush y el vicepresidente Cheney decidan bombardear Ir¨¢n antes de abandonar la Casa Blanca. ?se es un peligro que el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, est¨¢ tratando de evitar con sus palabras de firmeza y su propuesta de que Europa imponga unas sanciones m¨¢s duras: es, por as¨ª decir, un ataque preventivo de Francia contra la posibilidad de un ataque preventivo de EE UU.
El desaf¨ªo de Irak y el de Ir¨¢n, por tanto, est¨¢n estrechamente unidos. Despu¨¦s de las Torres Gemelas, ¨¦stas son las pesadillas gemelas. La pesadilla de Irak no ha terminado, ni mucho menos, y la de Ir¨¢n apenas acaba de empezar. A¨²n seguir¨¢n perturbando nuestro sue?o durante muchos a?os.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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