El viaje truncado de Imaz
Tuvo la audacia de pretender la regeneraci¨®n ideol¨®gica del PNV. Pero choc¨® con la realidad
El pasado 29 de agosto, en Zarauz, el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, concluy¨® su discurso de apertura del curso pol¨ªtico recitando en euskera estas estrofas del c¨¦lebre bertsolari (improvisador de versos) Fernando Aire, Xalbador. "Hermanos, pensad que no me encuentro a gusto; estar¨ªa mucho m¨¢s contento apartado de ese asunto. Pero si vosotros no os sent¨ªs felices, la culpa no la tengo yo; aunque me hay¨¢is silbado, sab¨¦is que os sigo queriendo". Algunos de los asistentes al acto, un mitin-cena que cont¨® con la presencia del l¨ªder de la corriente soberanista Joseba Egibar, atribuyeron la licencia po¨¦tica a la costumbre, sabido que Josu Jon cultiva el bertsolarismo en homenaje a su padre, gran aficionado al g¨¦nero, del que qued¨® hu¨¦rfano a los ocho a?os. Casi nadie comprendi¨® en Zarauz que el presidente del PNV se estaba despidiendo del cargo.
La dogm¨¢tica simple de "Euskadi es para los vascos" no era compatible con las tesis de Imaz
El golpe de tim¨®n que ha tratado de reconducir la deriva soberanista ha sido cortado desde dentro
Su alternativa est¨¢ en ser influyentes, altamente eficaces y muy competitivos como pa¨ªs
Imaz representa a la nueva generaci¨®n de nacionalistas que mantiene una mirada abierta al mundo
El l¨ªder dimisionario no cree que defender la identidad vasca implique a la fuerza desprecio de lo espa?ol
Aquel chico que a mediados de los noventa encarnaba como nadie, a ojos de Arzalluz, los valores de la modernidad nacionalista, proclamados en la consigna "euskera eta teknolog¨ªa", ha tenido la audacia de pretender la regeneraci¨®n ideol¨®gica del partido que Sabino Arana fund¨® hace 112 a?os. Antiguo disc¨ªpulo de Arzalluz e Ibarretxe, ha terminado por hacer su propio recorrido intelectual y pol¨ªtico, y llegado a la conclusi¨®n de que modernizar el nacionalismo vasco exige bastante m¨¢s que los cambios cosm¨¦ticos y el aprovechamiento oportunista del momento. Exige, a su juicio, revisar los viejos conceptos de independencia, soberan¨ªa y fronteras, y ser conscientes de la complejidad de las sociedades modernas, como la vasca.
Pero su traves¨ªa hacia los territorios del consenso entre los vascos y del pacto leal con el Estado -por los que ya transitaron durante la Rep¨²blica y la posguerra figuras como Irujo, Agirre, Ajuriagerra y Landaburu- ha quedado suspendida. El golpe de tim¨®n con el que, a ¨²ltima hora, ha tratado de reconducir la deriva soberanista de su partido y de las propias instituciones vascas ha sido abortado desde dentro, entre los aspavientos de unos y el silencio espeso de otros. Adem¨¢s de sacr¨ªlega, su propuesta de "cautivar a Espa?a" ha sonado extravagante en muchos batxokis (sedes del PNV), alborotados con el art¨ªculo No imponer, no impedir que su presidente public¨® -"y en la prensa enemiga"- el pasado 15 de julio. El desgaste ha sido grande porque las bases comprendieron que el primer destinatario de los mensajes era, precisamente, su amado lehendakari, que en el texto de Imaz quedaba tan desnudo como el rey del cuento de Andersen.
"Josu Jon es un flojo", "se est¨¢ cargando el partido", "es un traidor", "un espa?olista". Las descalificaciones fueron subiendo de tono mientras, desde su pretendido retiro, Arzalluz volv¨ªa a erigirse en guardi¨¢n de la ortodoxia: "El PNV naci¨® para crear un Estado vasco y eso no se lo salta nadie". El art¨ªculo de Imaz era demasiado duro de asimilar para ese PNV que lleva un siglo navegando con ¨¦xito en la ambig¨¹edad calculada; demasiado intelectual y perturbador, tambi¨¦n, para unas bases que cultivan la dogm¨¢tica simple de "Euskadi es la patria de los vascos".
Maltrecho en su liderazgo, vilipendiado en las webs incendiarias soberanistas, consciente de su soledad, el presidente del PNV ha optado por no dar una batalla cruenta, de desenlace incierto. A la espera de vientos m¨¢s favorables, ha preferido retirarse y arrastrar consigo a su principal oponente, el l¨ªder del ala soberanista Joseba Egibar. Y es que si hay algo que las bases no perdonan desde la escisi¨®n de Garaikoetxea son las actitudes que amenazan la unidad. Imaz deja el tim¨®n y traslada la responsabilidad de mantener su l¨ªnea ideol¨®gica a los imazistas con mando en plaza en Vizcaya: ??igo Urkullu, Joseba Aurrekoetxea, Jos¨¦ Luis Bilbao, Koldo Mediavilla..., que en esta crisis han procurado situarse fuera del alcance del fuego graneado, pensando, quiz¨¢, guardar sus bazas para refriegas futuras o, sencillamente, abrumados por la audacia de Imaz.
Aunque la retirada de Josu Jon no borra el imazismo, entendido ahora simplemente como versi¨®n moderada del Partido Nacionalista Vasco, la traves¨ªa no ser¨¢ la misma sin la impronta personal de este hombre, honesto por encima de todo, que nunca escribe para que se le lea entre l¨ªneas. Sea cual sea el equilibrio de fuerzas en la nueva ejecutiva, es seguro que una parte del electorado peneuvista echar¨¢ de menos su frescura, humanidad y compromiso. No en vano, Imaz ha hablado m¨¢s para la ciudadan¨ªa y la sociedad que para el aparato del PNV y ese pueblo militante en marcha que imagina el soberanismo. Josu Jon se va, dicen sus amigos, porque descarta pasarse otros cuatro a?os al frente del PNV gestionando un plan, el de Ibarretxe, y un discurso que no es el suyo.
Cuatro a?os m¨¢s actuando en la disparatada obra de papeles trastocados, donde el moderado es el l¨ªder del partido y el radical el presidente del gobierno vasco, era, por lo visto, excesivo para este hombre vehemente, pero reflexivo y de pensamiento cient¨ªfico, que aprecia la coherencia. ?Qui¨¦n es este pol¨ªtico que abandona por propia iniciativa la c¨²spide del poder? ?Acaso piensa que las masas del PNV le devolver¨¢n en volandas a Sabin Etxea (sede del partido) o le conducir¨¢n al palacio de Ajuria Enea (sede del lehendakari) en el caso de que el reactivado plan Ibarretxe resulte un nuevo fiasco electoral? "No hay ninguna maniobra detr¨¢s, no lo deja para volver dentro de un par de a?os como candidato a lehendakari, aunque tampoco va a desentenderse de la pol¨ªtica", sostienen sus amigos. A sus 44 a?os, Imaz se va sin un contrato de trabajo en el bolsillo, pero eso no es algo que pueda preocuparle.
Esto es lo que dice Jos¨¦ Manuel Giral, consejero delegado de Inasmet, el centro tecnol¨®gico en el que Imaz trabaj¨® antes de dedicarse profesionalmente a la pol¨ªtica. "Lo lamento, porque Euskadi pierde a un gran pol¨ªtico, pero me alegra pensar que ahora igual podemos recuperarlo. Pienso hacerle una oferta tan tentadora que le resulte irresistible. Como profesional y como persona, aqu¨ª nos dej¨® un recuerdo imborrable", afirma.
N¨²mero uno de su promoci¨®n de licenciados en Qu¨ªmicas por San Sebasti¨¢n, premio especial de carrera con tesis doctoral escrita ¨ªntegramente en euskera, Imaz, natural de Zum¨¢rraga (Guip¨²zcoa), representa a esa nueva generaci¨®n de nacionalistas, bien formados profesionalmente, que no conoci¨® pr¨¢cticamente el franquismo y que mantiene una mirada abierta a un mundo cada vez m¨¢s complejo y competitivo.
El problema para Josu Jon (Imaz es uno de esos escasos ejemplos de pol¨ªtico al que se le conoce generalmente por su nombre de pila) es que de un tiempo a esta parte se ha convencido de que alcanzar la excelencia en el caso vasco exige revisar los presupuestos ideol¨®gicos de su partido "Es un pol¨ªtico de su tiempo, europe¨ªsta convencido, que conoce bien la realidad pol¨ªtica y econ¨®mica internacional, entre otras cosas porque habla y escribe correctamente en franc¨¦s e ingl¨¦s. Piensa que si somos peque?os no podemos jugar el juego de los poderosos, y que nuestra alternativa est¨¢ en ser influyentes, en alcanzar la excelencia en la formaci¨®n, en la sanidad, en los servicios p¨²blicos, en llegar a ser altamente eficaces y competitivos como pa¨ªs. Por eso le molestan los discursos fatuos, los brindis al sol, la mediocridad y la arrogancia de los ignorantes. Quiere m¨¢s autogobierno, pero como resultado de la suma de las voluntades, no como consecuencia de un asimilacionismo m¨¢s o menos forzado. ?l est¨¢ convencido de que s¨®lo un gran acuerdo entre los vascos podr¨¢ permitir el manejo de una sociedad de identidades m¨²ltiples, como la vasca, en la que la pertenencia a un solo partido, una sola fe, ha empezado a diluirse", comenta un empresario que forma parte de su c¨ªrculo ¨ªntimo.
En un plano m¨¢s personal, el problema para el todav¨ªa presidente del PNV es que siempre ha aborrecido las componendas con el mundo de ETA, la acumulaci¨®n de fuerzas nacionalistas. No cree que la identidad vasca sea un¨ªvoca y que su defensa implique necesariamente el desprecio de lo espa?ol, el ejercicio gratuito del antiespa?olismo. "Que el amor a lo propio no nos lleve a construir el futuro contra nadie", ha escrito en su carta de despedida.
Hijo menor de tres hermanos en una familia euskald¨²n traumatizada por la muerte prematura del padre, directivo de la empresa Irimo, Josu Jon Imaz se afilio al PNV en 1977, con 15 a?os.
Ya entonces, aquel muchacho inquieto, todo tes¨®n y buena voluntad, se pagaba sus estudios trabajando ocasionalmente en el bar de uno de sus t¨ªos. Un a?o despu¨¦s conoci¨® personalmente a Xabier Arzalluz, y sali¨® tan impresionado de ese encuentro-revelaci¨®n que se fue directamente a casa a pasar a m¨¢quina las palabras exactas del l¨ªder carism¨¢tico. Su brillante curr¨ªculo acad¨¦mico llam¨® enseguida la atenci¨®n de los directivos de Inasmet. "Disciplinado", "brillante", "humilde", "servicial", "cari?oso", "jovial" (la lista de elogios que componen sus antiguos compa?eros es interminable), el becario Imaz fue enviado primero al Centro de Estudios T¨¦cnicos de la Industria Mec¨¢nica (CETIM), de Cannes (Francia), y luego al Imperial College de Londres, para que completara su formaci¨®n. A su regreso a Inasmet, ya como jefe de departamento, se cas¨® con Virginia Madina, investigadora como ¨¦l en la misma empresa. Joseba Egibar fue uno de los pocos pol¨ªticos que estuvieron presentes en la boda, celebrada en el balneario de Cestona (Guip¨²zcoa). Josu Jon dej¨® la actividad profesional en 1994, tras ser elegido eurodiputado, y cinco a?os despu¨¦s ocup¨® la cartera de Industria en sucesivos gobiernos de Ibarretxe.
Cuando en enero de 2004 se convirti¨®, con 40 a?os, en el presidente del PNV m¨¢s joven de la historia, ignoraba, dicen sus amigos, el alcance del desaf¨ªo en que hab¨ªa incurrido. Arzalluz, que hab¨ªa apostado por su delf¨ªn, Joseba Egibar, nunca le ha perdonado que trastocara sus planes. Atlantista, cristiano practicante, humanista, el sustituto de Arzalluz ha devuelto su partido a los foros internacionales y restablecido el contacto con los l¨ªderes europeos y con los principales partidos espa?oles.
En contraste con los nacionalistas que alardean de no salir de su territorio y de sus ambientes ideol¨®gicos -nacen nacionalistas, viven en nacionalista y se casan con nacionalistas, sumando capas a la cebolla de la endogamia-, Imaz tiene un c¨ªrculo de amistades sumamente plural. Su propia mujer, Virginia Madina, procede de una familia socialista republicana, as¨ª que se entiende mejor que Imaz haya escrito: "Creo en una Euskadi en la que los diferentes sentimientos de pertenencia de quienes componemos la sociedad vasca convivan compartiendo un proyecto de pa¨ªs cuyo futuro construyamos entre todos". Por elementales que resulten, declaraciones como ¨¦sta tienen una alta significaci¨®n en esta Euskadi maleada por una idea de patria capaz de devorar a sus hijos.
?Se puede negar la pluralidad vasca si convives con ella? ?Cuestionar la condici¨®n de cien por cien vascos a buena parte de tus amigos? ?En nombre de qu¨¦ alguien puede arrogarse el derecho a imponer a la mitad de la poblaci¨®n un modelo excluyente? La evoluci¨®n de este hombre libre -tan libre que siendo presidente del PNV consiente que su hijo Asier, de 10 a?os, se declare hincha del Real Madrid- se explica, seguramente, por su honestidad intelectual y personal, su af¨¢n por saber lo que se oculta tras los peque?os horizontes, su disposici¨®n para el doble viaje hacia fuera y hacia dentro. Al final va a ser verdad aquello que dijo Unamuno de que el sectarismo nacionalista se cura viajando. Viajando, claro est¨¢, no como turistas conducidos en un viaje organizado a un pa¨ªs ex¨®tico, sino como observadores interesados en saber c¨®mo funciona el mundo ah¨ª fuera y tambi¨¦n como viajeros de la ruta interior vasca que se asoman sin prejuicios al pensamiento y al coraz¨®n de sus vecinos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.