Descenso a las entra?as del monasterio
Los s¨®tanos reci¨¦n saneados de San Lorenzo de El Escorial revelan la cimentaci¨®n art¨ªstica de su f¨¢brica
M¨¢quina imperial de incesante hechura. As¨ª cabr¨ªa definir el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, sometido por Patrimonio Nacional a un proceso ininterrumpido de obras que lo mantienen como un organismo vivo y abierto al p¨²blico. Medio mill¨®n de personas lo vistaron el a?o 2005. Y las previsiones de la entidad estatal que lo rige sobre la afluencia para este a?o, crecen. Asimismo, su imagen se reproduce a diario no ¨²nicamente desde las c¨¢maras fotogr¨¢ficas de los turistas de todo el mundo que acuden a verlo, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de decenas de reportajes para televisi¨®n o de pel¨ªculas para el cine, como la que estos d¨ªas rueda el equipo de La conjura, un filme hist¨®rico de enigma, que dirige Antonio del Real con un elenco en el que figuran Julia Ormond, como tuerta Princesa de ?boli y Juanjo Puigcorb¨¦, Felipe II, entre otros artistas.
En el edificio monumental se rueda estos d¨ªas una pel¨ªcula hist¨®rica de enigma
Contemplado desde su fachada a poniente, que es la principal, el edificio cuatricentenario incluye de derecha a izquierda un ala que ocupa el convento, habitado por la comunidad agustiniana; otra central, que contiene el Patio de los Reyes, la bas¨ªlica y la zona propiamente palaciega; y a la izquierda, el colegio Alfonso XII, donde estudiaron desde los pol¨ªticos Manuel Aza?a a Dionisio Ridruejo o Santiago Bernab¨¦u, presidente del Real Madrid.
Desde sus s¨®tanos hasta sus cubiertas emplomadas y empizarradas, el monasterio ha experimentado en los ¨²ltimos a?os saneamientos y rehabilitaciones ya concluidos o, a¨²n, en v¨ªsperas de verse culminados. As¨ª, la mayor parte de los espacios bajo cota que calcan su planta en el subsuelo han sido saneados y adecentados para combatir, sobre todo, el ataque feroz de las humedades, que son muy numerosas. Y ello habida cuenta de que San Lorenzo el Real fue construido en la falda del monte Abantos, en las estribaciones de la sierra del Guadarrama, por donde descienden sus escorrent¨ªas.
El desnivel existente entre la fachada Norte del monasterio, que mira hacia la Lonja, y las Casas de Oficios, y la Oriental, versada hacia el jard¨ªn del colegio, apenas mide unos seis metros, explica Luis P¨¦rez de Prada, de 47 a?os, arquitecto de Patrimonio Nacional. El arquitecto muestra los resultados de la tarea acometida, con la colaboraci¨®n de la escuela taller de Patrimonio Nacional, en una serie de pasadizos reci¨¦n saneados que discurren por la zona bajo cota correspondiente al convento habitado por la Comunidad agustina, en el ala meridional del monasterio.
La llamada Sala de Tinajas, reci¨¦n restaurada, que se halla excavada justo debajo de la cocina de los monjes convertida en anchurosa sala de visitas; suavemente abovedada con arcos carpaneles, muestra la urdimbre de un juego de vol¨²menes y dimensiones donde se percibe la traza maestra de Juan Baustista de Toledo, ayudante de Miguel ?ngel Buonarroti en la bas¨ªlica de San Pedro. El arquitecto, natural de Madrid, fue el primer tracista de San Lorenzo. Llamado por Felipe II a Roma, sufri¨® la p¨¦rdida de su familia en un naufragio cuando viajaba a Espa?a, A ¨¦l se deben numerosas obras p¨²blicas encargadas por el rey hispano.
Fue ¨¦l quien ide¨® estos espacios subterr¨¢neos con una claridad conceptual que parece ahuyentar la oscuridad que, naturalmente, habr¨ªa de apoderarse de ellos. Y ello gracias a la siembra de una serie de lunetos que captan del exterior el m¨¢ximo caudal de luz, la misma que da lumbre a cada surco de mortero de cuantos jalonan los sillares cuidadamente cortados para construir t¨²neles silenciosos como el que cruza el Patio de los Reyes transversalmente, desde el convento hasta el colegio. As¨ª lo explica el arquitecto P¨¦rez de Prada, quien confirma que "cada detalle de la tect¨®nica escurialense lleva el sello de la genialidad de sus autores, Herrera y Juan Bautista de Toledo".
Todo en las entra?as de San Lorenzo de El Escorial parece tener sentido. Desde las pilas adheridas a las paredes de una gran sala situada bajo el ropero de los monjes, hasta las cisternas que alimentan la fuente de m¨¢rmol gris, de una pieza y con sus seis ca?os de bronce, que preside la antesacrist¨ªa de la bas¨ªlica. O la red de aljibes que procura a lugar tan principal como el monasterio el agua con la que sus piedras, llenas de sabidur¨ªa, parecen saciar su sed centenaria.
Reliquias de miles de santos
El monasterio de El Escorial alberga uno de los m¨¢s importantes relicarios del mundo. Por mandato de Felipe II, miles de restos ¨®seos de difuntos, venerados como santos por la Cristiandad, fueron acopiados en sus dominios imperiales entre 1572 y 1598 en siete entregas. Tras su muerte proseguir¨ªa la cosecha, con una entrega m¨¢s, hasta 1611. Para reunir las reliquias espa?olas, Felipe II orden¨® incluir una pregunta espec¨ªfica al respecto en las
Relaciones topogr¨¢ficas,
de 1575, primer censo realizado en Espa?a.
En la Europa protestante, donde tambi¨¦n se veneraban, encomend¨® acopiarlas a una suerte de
comando
de nobles y cl¨¦rigos cat¨®licos, dirigido por un fraile portugu¨¦s. El grupo, en el que figuraban gentes de la m¨¢xima confianza del monarca, cruz¨® Europa desde Italia del Norte hasta Flandes y Alemania, donde adquiri¨®, embal¨® y traslad¨® millares de los venerados restos, que afluyeron al puerto de Barcelona al culminar la expedici¨®n.
Felipe II quiso reunir en el palacio-convento escurialense la colecci¨®n de reliquias, debidamente autentificadas, como han estudiado e inventariado laboriosamente dos religiosos agustinos, Benito Mediavilla y Jos¨¦ Rodr¨ªguez D¨ªez. La colecci¨®n se compone de restos procedentes de unas seis mil personas de ambos sexos, en su mayor parte cristianos martirizados por sus convicciones, que vivieron en un periodo comprendido entre los or¨ªgenes cristianos y Edad Media.
Hay 12 esqueletos completos; 144 cabezas enteras y hasta 4.168 fragmentos ¨®seos de tama?os menores; la colecci¨®n contiene, se?aladamente, huesos de brazos, piernas y manos. "Proceden de todos los santos conocidos, a excepci¨®n de San Jos¨¦, San Juan y Santiago el Mayor", lleg¨® a decir del cronista escurialense fray Jos¨¦ de Sig¨¹enza. Cada reliquia posee un recipiente construido por orfebres del monasterio como el c¨¦lebre platero Juan de Arfe. Abundan las urnas de lat¨®n dorado, con mirillas acristaladas que permiten ver la reliquia. Algunas son de plata y oro, engastados con piedras preciosas.
Muchos de los huesos muestran inscripciones con el nombre del santo o la santa de quienes proceden. Las reliquias permanecen ocultas a los ojos del p¨²blico a lo largo de todo el a?o.
Sin embargo, en la festividad de Todos los Santos, el primero de noviembre, se abren los dos retablos pintados por Federico Zuccaro que las alojan, sobre sendos altares laterales al ara mayor de la bas¨ªlica.
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