Alimentos caros y existencias cero
Los altos precios y la ca¨ªda de reservas de productos b¨¢sicos cuestionan la pol¨ªtica agr¨ªcola de la UE
Subida hist¨®rica de los precios de los cereales con graves repercusiones para la ganader¨ªa, cotizaciones r¨¦cord de la leche, reducci¨®n a m¨ªnimos de las existencias de seguridad en los organismos comunitarios de intervenci¨®n, reducci¨®n de la caba?a ganadera de ovino o vacuno e incremento de las importaciones de carne y una mayor dependencia del exterior, con p¨¦rdida de la soberan¨ªa alimentaria... ?stas son algunas de las consecuencias de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC), impulsada por Bruselas y rechazada fundamentalmente por pa¨ªses del sur de la Uni¨®n Europea frente a la filosof¨ªa de los pa¨ªses del norte.
Los ciudadanos de la UE ya no financian 'stocks', pero pagan m¨¢s por productos b¨¢sicos
Los pa¨ªses miembros del sur quieren reabrir un debate sobre el autoabastecimiento
?Hacia d¨®nde va la PAC? ?Tiene alg¨²n sentido una politica que, para conseguir la libertad de mercados, provoca que los precios se disparen, que no garantiza la independencia y la seguridad alimentaria de los pa¨ªses miembros y que aumenta a?o tras a?o la dependencia exterior?
Hist¨®ricamente se ha justificado la existencia de la PAC (con un coste en la actualidad de unos 42.000 millones de euros) por ser un instrumento para asegurar el autoabastecimiento de los pa¨ªses miembros en materia agroalimentaria, evitar una dependencia del exterior, as¨ª como para proporcionar unas materias primas con calidad y seguridad alimentaria.
Para el logro de esos objetivos, la pol¨ªtica comunitaria en las primeras d¨¦cadas de su funcionamiento, entre los a?os sesenta y setenta, instaur¨® un sistema de precios altos, junto a unos mecanismos eficientes de intervenci¨®n para la compra de excedentes. Todo ello se tradujo en fuertes incrementos de las producciones, amplios rebasamientos de los niveles de autoabastecimiento y, en consecuencia, en la existencia de elevados excedentes en manos de los organismos de intervenci¨®n con monta?as de leche en polvo, mantequilla, carnes o cereales.
Pese al ¨¦xito de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n, fundamentalmente por el coste que supon¨ªa la pol¨ªtica de compras, los costes del almacenamiento y de ventas a bajos precios, Bruselas puso en marcha un proceso de cambios. Estos ajustes se iniciaron a finales de los a?os ochenta con una pol¨ªtica de estabilizadores y cantidades m¨¢ximas garantizadas. Continuaron con la siguiente reforma en la Agenda 2000 con el establecimiento de ayudas directas, bajadas de precios institucionales y supresi¨®n de mecanismos de intervenci¨®n. Estos cambios se consolidaron en la gran reforma de 2003 con el establecimiento de los pagos directos, sin la exigencia de producir.
En el camino para el cambio de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n hasta el desmantelamiento actual habr¨ªa cuatro fases:
Una primera medida adoptada por las autoridades comunitarias en los a?os ochenta fue la implantaci¨®n de techos y cuotas de producci¨®n, superficies m¨¢ximas de cultivo con penalizaciones en caso de superarse las mismas para evitar los excedentes o la exigencia del abandono de una parte de las tierras de cultivo. Esa pol¨ªtica afect¨® muy especialmente, entre otras producciones, a los cereales, caba?as ganaderas, leche y productos l¨¢cteos, aceite de oliva, tabaco o algod¨®n.
Una segunda medida para desincentivar las producciones se concret¨® en la llamada Agenda 2000. En los cereales, el sector l¨¢cteo o el vacuno, Bruselas procedi¨® a una rebaja de los precios institucionales o de intervenci¨®n como medidas para evitar las entregas a los organismos p¨²blicos, a la vez que esa rebaja se compensaba con ayudas directas a los productores Para desincentivar igualmente las producciones, se eliminaron casi en la pr¨¢ctica las ventas a la intervenci¨®n.
La reforma de 2003 supuso una tercera fase con el establecimiento de los pagos directos desvinculados de la necesidad de producir. La medida no ha tenido un gran efecto disuasorio para que los agricultores dejaran a¨²n m¨¢s sus cultivos o que aumentaran m¨¢s los abandonos de las caba?as ganaderas.
Esta pol¨ªtica de ajustes en las producciones se ha reflejado o se intenta aplicar en algunas organizaciones comunes de mercado (OCM) de aprobaci¨®n reciente y en otras que se est¨¢n negociando. En esta l¨ªnea, para recortar producciones Bruselas aprob¨® en los ¨²ltimos a?os las regulaciones de sectores como el algod¨®n o el tabaco, con la mirada puesta en recortar la oferta y provocar una mayor dependencia del exterior.
En la actualidad est¨¢ sobre la mesa una reforma de la OCM del az¨²car con el objetivo de seguir recortando la producci¨®n cuando hay excedentes comunitarios, pero cuando existen igualmente interrogantes sobre el futuro ante la posibilidad de una mayor utilizaci¨®n de la producci¨®n mundial para biocombustibles. Podr¨ªa suceder, como ha pasado en los cereales que, a corto o medio plazo, haya necesidad de un az¨²car a precios caros que hoy se quiere eliminar.
Depender del exterior
La pol¨ªtica comunitaria se ha reflejado, fundamentalmente, en el recorte de algunas caba?as ganaderas y en una ca¨ªda en las existencias estrat¨¦gicas hasta dejarlas casi a cero, salvo en el az¨²car y el alcohol.
Estimaciones comunitarias manejan la posibilidad de una disminuci¨®n de la oferta de carne de vacuno hasta 2014 de 7,6 millones de toneladas como consecuencia de esta pol¨ªtica. Entre 1999 y 2006, la caba?a de animales de vacuno en la UE se redujo un 5%, 1,9 millones de cabezas, l¨ªnea que se teme que se mantenga en el futuro hasta 2014. Esta estrategia ha provocado un d¨¦ficit de leche y la necesidad de importar cada a?o unas 500.000 toneladas, en su mayor parte procedentes de Mercosur.
Una situaci¨®n similar se ha producido en los cereales, donde la pol¨ªtica ha reducido las existencias almacenadas a cero y ha obligado a importar grano a precios elevados.
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