La fuerza de las mujeres

"Dos mujeres bien distintas est¨¢n condenadas a entenderse ante la ruina emocional y econ¨®mica que amenaza sus vidas". As¨ª resume Gracia Querejeta Siete mesas de billar franc¨¦s, su quinto largometraje. Distintas, pero con varios puntos en com¨²n: ninguna de las dos (Blanca Portillo y Maribel Verd¨²) ha tenido suerte en sus relaciones sentimentales; las dos comparten un horizonte vital oscuro, con muy pocas salidas, y las dos tienen, con mayor o menor intensidad, la convicci¨®n de que el destino depende en gran medida de ellas mismas. El camino hacia los primeros resquicios de luz comienza con la recuperaci¨®n de un local con siete mesas de billar franc¨¦s (el juego de tres bolas propio de concursos o campeonatos) y, con ello, el convocar de nuevo a los amigos del equipo del difunto padre. A partir de ese momento, la pel¨ªcula adquiere un tono m¨¢s coral aunque la columna vertebral de la misma sigan siendo las dos protagonistas.

Maribel Verd¨² deber¨ªa ser una firme candidata al premio a la mejor actriz

Un gui¨®n bien construido, unos di¨¢logos brillantes por su coherencia, funcionalidad y ensamblaje con el entorno social en el que se desenvuelven los personajes interpretados por Jes¨²s Castej¨®n, Enrique Vill¨¦n, Ra¨²l Ar¨¦valo, Ram¨®n Barea, Lorena Vindel, Amparo Bar¨® y el ni?o V¨ªctor Valdivia componen el estupendo tejido humano en el que destaca de manera extraordinaria una Maribel Verd¨² que deber¨ªa figurar desde ahora mismo como una de las candidatas m¨¢s leg¨ªtimas a la Concha de Plata a la interpretaci¨®n femenina. La ¨²ltima etapa de la actriz est¨¢ siendo inolvidable: plena de recursos interpretativos, de sabidur¨ªa y dominio del oficio, encaja como un guante de seda en esta historia de barrio obrero en la periferia de Madrid. Gracia Querejeta, pelda?o a pelda?o, demuestra con Siete mesas... un quehacer cinematogr¨¢fico cada vez m¨¢s consistente.

La secci¨®n oficial del certamen present¨® tambi¨¦n ayer Exodus, sexto largometraje del realizador Pang Ho-Cheung, uno de los talentos emergentes en el cine y la literatura de Hong-Kong. Su primer filme, You shoot, I shoot, fue una revelaci¨®n aplaudida por la cr¨ªtica internacional. Con Men Suddenly in Black, ratific¨® su talento que, probablemente, alcanz¨® su cumbre con Isabella. Tambi¨¦n es el autor del best-seller Fulltime Killer, adaptado al cine por Johnnie To, otra lumbrera de Hong Kong. A estos nombres habr¨ªa que a?adir, por citar tan s¨®lo unos pocos, el de ese espl¨¦ndido estilista fascinado por las historias de amor imposibles que es Wong Kar-wai.

Con Hong Kong y Tarantino ocurre algo similar a lo del huevo y la gallina: no se sabe con certeza qu¨¦ fue primero. En cualquier caso es una interrelaci¨®n admirable en la que Oriente y Occidente se trasvasan sus conocimientos y culturas con una encomiable naturalidad. La sinopsis de Exodus bordea el disparate: un veterano polic¨ªa acepta la explicaci¨®n que le ofrece un peque?o delincuente de que existe una conspiraci¨®n mundial de las mujeres para matar a todos los hombres. A partir de ah¨ª dedica su tiempo y energ¨ªa a comprobarla y, en la medida de lo posible, desbaratarla. Ante la viabilidad de un ascenso en su rutinaria carrera profesional, opta por abandonar sus pesquisas, cada vez m¨¢s corroboradas por la realidad. Su infidelidad matrimonial trastocar¨¢ todos sus planes.

La contemplaci¨®n de la pel¨ªcula es menos delirante, aunque tampoco permite tirar cohetes. Un ritmo lento enmarcado en un Hong Kong de edificios de alta tecnolog¨ªa, una acci¨®n sobria y una interpretaci¨®n distante parecen rendir homenaje m¨¢s a un Godard del futuro que al previsible culto a la acci¨®n tan caracter¨ªstica de la ex colonia brit¨¢nica.