"?rbitro, expulse a mi hermano"
Los Milito vuelven a enfrentarse
Uno maneja la pierna izquierda con destreza, adorna su cabeza con rizos y utiliza la corpulencia y la anticipaci¨®n para robar el bal¨®n al adversario. El otro, espigado y de pelo lacio, utiliza la diestra y lanza inteligentes desmarques para marcar goles. Gaby es el central del Bar?a. Diego es el delantero del Zaragoza. Son los hermanos Milito, rivales desde bien peque?os, por mucho que en los ¨²ltimos cursos hicieran la tregua y compartieran la el¨¢stica del Zaragoza. Hoy volver¨¢n a medirse en el Camp Nou, uno frente al otro.
Todo empez¨® de ni?os. Inculcados por su padre y su abuelo, que fueron futbolistas amateurs, se quedaron prendados del bal¨®n. Y, como buenos hermanos, discut¨ªan siempre a ver qui¨¦n era mejor. "?Dejad de jugar de una vez y poneos a hacer los deberes!", les reprend¨ªa su madre cada tarde. Ellos desmontaban la porter¨ªa del jard¨ªn, hecha con jerseys. Pero enseguida regresaban a disputar tandas de penaltis. "Cada uno nos cog¨ªamos un equipo e ¨ªbamos narrando el disparo", cuenta Diego. "Lo malo era cuando uno perd¨ªa, porque ten¨ªa que aguantar las burlas del otro todo el d¨ªa", a?ade Gaby.
Ya crecidos, segu¨ªan enfrentados. Gaby jugaba en el Independiente; Diego, en el Racing. Dos equipos rivales del barrio de Avellaneda. Incluso en un derby, Diego, tras una entrada de su hermano, le pidi¨® al colegiado que lo expulsara. No hubo rencores. "?ramos rivales, pero no enemigos", cuenta Gaby, que poco despu¨¦s lleg¨® al Zaragoza rechazado por el Madrid. Mientras, Diego despunt¨® en el G¨¦nova. Y el t¨¦cnico, Serse Cosmi, lleg¨® a bromear: "Si el presidente vende a Diego, le corto una pierna".
M¨¢s tarde coincidieron en el Zaragoza. "La mayor ilusi¨®n de mi vida", confesaron ambos jugadores. Aunque el Bar?a se meti¨® por medio y los ha vuelto a hacer rivales. Pero no enemigos.
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