Montju?c: la acr¨®polis parcelada
El Plan de Usos de Montju?c, presentado por el Ayuntamiento de Barcelona en julio de 2006, pendiente del proceso participativo antes de su aprobaci¨®n inicial, no va m¨¢s all¨¢ de poner orden al estado de la cuesti¨®n, legitimando la evoluci¨®n seguida en las ¨²ltimas d¨¦cadas como lugar de ocio, consumo y turismo, y como reserva para ir construyendo, y no afronta las tres mayores dificultades: la excesiva subdivisi¨®n y privatizaci¨®n, su problem¨¢tica accesibilidad y relaci¨®n con los barrios colindantes, y la amenaza a parte de su memoria y a sus valores medioambientales.
Montju?c, durante siglos reserva de vestigios geol¨®gicos y arqueol¨®gicos, enclave de bosques espont¨¢neos, lugar de control militar, cantera para alimentar la construcci¨®n, plataforma de campos de cultivo, a principios del siglo XX se convirti¨® en la alternativa para crear s¨ªmbolos, levantar pabellones y experimentar una renovaci¨®n pedag¨®gica. La exposici¨®n de Industrias El¨¦ctricas, pensada para 1917 y finalmente realizada en 1929, y los jardines escalonados proyectados por Jean-Claude-Nicol¨¢s Forestier y Nicolau Maria Rubi¨® i Tudur¨ª, pose¨ªan una idea unitaria de ciudad noucentista: un sistema de paseos y plataformas, relacionados por escaleras y ejes de agua, que aportaba las reservas de verde, museos e hitos necesarios para la naciente metr¨®poli del siglo XX.
Falta un plan de movilidad que tenga en cuenta los recorridos desde los barrios cercanos
A partir de la dictadura y del porciolismo se inici¨® su uso intensivo, como trastero para ir urbanizando, explotado como parque para ferias, atracciones y un Poble Espanyol como recinto cerrado. El proyecto de Josep Llu¨ªs Sert para la Fundaci¨®n Joan Mir¨®, que se situ¨® sobre un alto muro de contenci¨®n que destrozaba la continuidad de los jardines Laribal de Forestier y de Rubi¨® i Tudur¨ª, favoreci¨® la tendencia a la fragmentaci¨®n. Y el proceso se agudiz¨® con los Juegos Ol¨ªmpicos y la barrera de la plataforma del Anillo Ol¨ªmpico y su torre de telecomunicaciones no operativa.
La ¨²ltima operaci¨®n que desvirt¨²a el car¨¢cter p¨²blico de Montju?c es el hotel de lujo en Miramar, inaugurado estrat¨¦gicamente tras las elecciones municipales. Esta apropiaci¨®n exclusivista y elitista del espacio legitima la privatizaci¨®n de uno de los enclaves m¨¢s privilegiados por su situaci¨®n y sus vistas sobre el puerto, y mutila a¨²n m¨¢s el sentido popular de la monta?a.
Si Montju?c es un buen muestrario de plantas, ¨¢rboles y p¨¢jaros, desde los cactus de los jardines Moss¨¨n Costa i Llobera hasta la flora mediterr¨¢nea del Jard¨ªn Bot¨¢nico, pasando por la colonia de cern¨ªcalos en el Morrot, est¨¢ tan subdividido que tambi¨¦n lo es de todo tipo de vallas, muros, cercas, jardineras que obstaculizan el paso, separaciones, divisiones y fronteras.
El segundo problema no resuelto es la inadecuada accesibilidad, a favor del recorrido de veh¨ªculos privados y autobuses tur¨ªsticos, y falta de una buena infraestructura de transporte p¨²blico, de la cual la principal insuficiencia es el end¨¦mico retraso de la l¨ªnea de metro que unir¨ªa el centro hist¨®rico con el MNAC, haci¨¦ndolo menos inaccesible. Ello viene agravado por el uso abusivo e inaceptable que muchas ferias hacen de la avenida de Maria Cristina cerr¨¢ndola al p¨²blico. No s¨®lo provocan la disminuci¨®n de visitantes al MNAC, al pabell¨®n de Mies o al Caixaf¨°rum, sino que taponan el m¨¢s importante acceso peatonal y simb¨®lico a Montju?c.
Al mismo tiempo, sigue siendo pr¨¢cticamente inexistente la conexi¨®n peatonal con los barrios colindantes. Falta un plan de movilidad integral que, adem¨¢s de potenciar las rutas tur¨ªsticas rodadas, tenga en cuenta los recorridos desde los barrios cercanos. Esto queda patente en las dificultades de accesibilidad desde Poble Sec o desde otros n¨²cleos urbanos que quedan separados de Montju?c por fuertes desniveles y por ¨¢reas abandonadas y peligrosas. El nuevo plan de usos no enriquece la calidad de vida y de equipamientos cotidianos de los barrios cercanos: Can Clos, el Polvor¨ª, Font de la Guatlla, la Satalia y Poble Sec.
Y esto enlaza con la tercera cuesti¨®n: la amenaza a las pervivencias biol¨®gicas y patrimoniales de una monta?a que, tal como se sostiene en el n¨²mero 101 (2007) de La Veu del Carrer, de la FAVB, deber¨ªa ser reserva biol¨®gica y geol¨®gica, y en realidad est¨¢ sometida a movimientos de tierra y mal mantenida, y acumula basura; una parte de los caminos hist¨®ricos utilizados por los vecinos han ido siendo recortados, deshechos o borrados, y lugares de alto valor medioambiental, como los acantilados del Morrot, la laguna de la Foixarda y los alrededores del castillo, siguen en peligro.
El plan de usos deja constancia de algunos de los grandes logros conseguidos, como el Jard¨ªn Bot¨¢nico y el nuevo telef¨¦rico, y propone una serie de actuaciones poco justificadas, como definir m¨¢s fachadas y accesos a la monta?a, o reforzar un nuevo paseo F, adem¨¢s del ya existente paseo K y del que est¨¢ en obras, el Cam¨ª del Cim, que va de los jardines de Miramar, pasando por los jardines Joan Brossa, el Mirador del Alcalde, las murallas del castillo y el Jard¨ªn Bot¨¢nico hasta el Mirador del Migdia y la calle del Foc.
No parece, por tanto, que haya voluntad de resolver ninguna de las tres tendencias negativas que dominan la monta?a: aumenta el impacto de la fragmentaci¨®n ocasionada por m¨¢s construcciones y plazas de aparcamiento en superficie; se mantienen las dificultades de relaci¨®n y accesibilidad con el centro y con los vecindarios cercanos, y la protecci¨®n de los espacios de inter¨¦s natural prioritario, en especial el Morrot (desde su base, La Riviere), el Cam¨ª de l'Esparver y el Tur¨® del Port, sigue siendo insuficiente. En definitiva, un parque que deber¨ªa ser m¨¢s integral, accesible y p¨²blico es cada vez m¨¢s una urbanizaci¨®n parcelada y acumula m¨¢s impactos de edificios y actividades.
es arquitecto y catedr¨¢tico de la Escuela de Arquitectura de Barcelona (UPC).
Josep Maria Montaner
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