Un pintor trinitario
Primero fue la revoluci¨®n, la crisis, la primavera. Florecieron mil flores, como en el cuento chino. Unas bell¨ªsimas, otras venenosas, algunas meramente decorativas. ?Y ahora? Estamos en la postrevoluci¨®n, o sea, en la postmodernidad. Pero vuelven a florecer mil flores. Seguimos en primavera, esa primavera feroz de que hablaba el poeta (D¨¢maso, creo). Y por eso surge la pregunta de c¨®mo nos orientaremos por este mundo continuamente primaveral del arte. Del arte de la pintura. Que vivi¨® su primera primavera (feroz) cuando surgi¨® o m¨¢s bien se perfeccion¨® la fotograf¨ªa. ?Realismo, para qu¨¦? Pregunta leninista: ?la pintura, para qu¨¦? Jos¨¦ Luis Anaya (Utrera, Sevilla, 1971) lo tiene claro. Habla de Vel¨¢zquez como de un pintor contempor¨¢neo. Es, enfatiza, un pintor contempor¨¢neo. Pero ya no hay que elegir. O hay m¨¢s donde elegir, donde mezclar, donde ir, machadianamente, de lo uno a lo otro. Significativamente, a Jos¨¦ Luis Anaya los dos pintores que m¨¢s le influyen son Luis Gordillo y Antonio L¨®pez. Otro cualquiera los hubiera tenido por antit¨¦ticos, por irreconciliables. Pero no Jos¨¦ Luis Anaya, que va del realismo a la abstracci¨®n pasando por la poes¨ªa. Si en el jard¨ªn nos caben mil flores, ?para qu¨¦ conformarnos con una?
No se trata de eclecticismo, ni de duda, ni de inseguridad. Es el ojo el que manda, es el ojo el que ve. Una mirada, eso es la pintura. Una cierta imagen mental de la realidad, una literatura sin palabras. Interiores, paisajes, retratos..., en los colores, una modulaci¨®n leve de contrastes, una tendencia a lo plano. Como en la poes¨ªa m¨¢s actual, que gusta del decir asordinado, sin estridencias rom¨¢nticas, sin declamaciones decimon¨®nicas. Ni siquiera Rimbaud, que es ya un poeta para adolescentes frikies.
Este pintor tiene alma de poeta. Pero no va de genio, sino que va a sus clases en un instituto de Algeciras o viene de su estudio en Utrera, la del color de fuego, la del calor de secarral sure?o. Pero en Jos¨¦ Luis eso no influye. Un fr¨ªo c¨¢lido. O sea. Una Andaluc¨ªa n¨®rdica y precisa, a la altura de los tiempos. Como siempre.
?Crisis del realismo? Crisis de la realidad, mejor. Por eso hay que dejar la realidad en los cuadros. Para que los que vengan despu¨¦s vean lo que vimos, lo que vivimos. Im¨¢genes paradas en el continuo movimiento del mundo. Por eso quiz¨¢s en los retratos de Jos¨¦ Luis Anaya aparecen tantas veces personajes con cabezas que se desdoblan, como en la vista doble del borracho. Borrachera del tiempo, est¨¢tico y vertiginoso. Doble fondo de la realidad, apariencia fija y misterio que intuimos. Nuestra sociedad necesita de un nuevo lenguaje. O sea, del de siempre. O sea, del de ahora. Entre Luis Gordillo y Antonio L¨®pez se interpone Vel¨¢zquez. Jos¨¦ Luis Anaya es decididamente un pintor trinitario. Como que tiene tres lentes para mirar el siglo XXI. La apariencia figurativa. La estructura rec¨®ndita. La poes¨ªa que une ambos niveles. Todo eso cabe en su pintura, por ese camino va. La fotograf¨ªa no ha muerto. La pintura, tampoco.
Enrique Baltan¨¢s es autor de Los Machado. Una familia, dos siglos de cultura espa?ola (Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara).
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