Un largo y c¨¢lido homenaje al 'blues' rural
El certamen encara ya su recta final y antes de que comiencen a surgir las inevitables quinielas el comit¨¦ de selecci¨®n ha tenido a bien ofrecer uno de los mayores dislates, Shadows in the Palace, de la surcoreana Meejung Kim, y una larga, nost¨¢lgica y pese a todo hermosa pel¨ªcula, Honeydripper, del estadounidense John Sayles, que rinde homenaje al blues rural sure?o de los a?os cincuenta del pasado siglo.
Sayles es uno de los m¨¢s tenaces realizadores del llamado cine independiente, concepto ¨¦ste muy revisable pues la independencia de los grandes estudios es m¨¢s dependiente de lo que parece (se?alemos, por ejemplo, que Sayles en la actualidad trabaja en el gui¨®n de Parque Jur¨¢sico IV). En esta ocasi¨®n presenta 123 minutos de blues rural a trav¨¦s de unos personajes que deambulan en torno a un local, el Honeydripper, que languidece pese a la calidad de su m¨²sica en vivo. Son los a?os cincuenta y la m¨²sica tradicional sure?a est¨¢ en plena decadencia ante el auge del rock and roll, y es precisamente el rhythm and blues el que conseguir¨¢ salvar de la ruina al local.
Banda sonora de lujo
La historia se desarrolla con un reparto excelente de actores negros (Danny Glover, Lisa Gay Hamilton, Charles S. Dutton, Gary Clark Jr. y Yaya da Costa), una hermosa fotograf¨ªa de Dick Pope y una banda sonora que es todo un lujo: un pueblo de Alabama; un corrupto y prepotente sheriff blanco (Stacy Keach); un predicador con carpa y, por supuesto, con coro de gospel; algunos borrachos; jornaleros semiesclavos del algod¨®n, incluso un ciego vidente..., si se enumeran los componentes del filme todo remite a una historia t¨®pica, y lo es, incluso con el a?adido de que los negros y negras que surgen "llevan el ritmo en la sangre" y visten y se mueven con una gran elegancia natural. Todo es sabido y reiterado hasta la saciedad pero nada es falso. As¨ª debi¨® de ser una buena parte de la cultura popular norteamericana aunque la duraci¨®n excesiva del filme s¨®lo se explica por la fascinaci¨®n que debe sentir Sayles por esta m¨²sica y su gente. Ya s¨®lo cabe esperar que el realizador no llegue a deslumbrarse nunca por la ¨®pera china.
La realizadora surcoreana Meejeung Kim, responsable de Shadows in the Palace, es pintiparada para aplicarle el chascarrillo de que "ha hecho dos pel¨ªculas en una: la primera y la ¨²ltima". Un deb¨² disparatado en el que lo ¨²nico comprensible es la sinopsis. El gui¨®n y las im¨¢genes son descabelladas. Los numerosos personajes femeninos de una innominada corte medieval, vestidas por igual, espolean la confusi¨®n fisiogn¨®mica. Los obst¨¢culos crecen cuando los que se pensaba que hab¨ªan muerto reviven, o cuando uno de los dos varones del filme es asesinado por haber embarazado a una sirvienta y despu¨¦s se comprueba que el padre de la criatura era el otro. Para evitar la somnolencia se incluyen varias y minuciosas secuencias de tortura oriental. Lo dicho: esperemos que sean dos pel¨ªculas en una.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.