El sonido escalofriante de 'Berlin'
"Me gusta, se escucha muy bien", afirma Lou Reed sobre la pel¨ªcula de Julian Schnabel
Lou Reed supervis¨® ayer en persona el sonido de Berlin. Quer¨ªa que la m¨²sica sonara muy alto. "No son di¨¢logos, son canciones, y si el sonido est¨¢ bajo no funciona". Al m¨²sico neoyorquino le gusta Berlin -la pel¨ªcula dirigida por Julian Schnabel que recoge las actuaciones que ofreci¨® en diciembre de 2006 en el Ann's Warehouse de Brooklyn- porque es fiel a ese sonido, un sonido que no gust¨® hace 33 a?os y que hoy pone la piel de gallina. "Me gusta la pel¨ªcula, se escucha muy bien", insiste Reed.
Fibroso y peque?o, el m¨²sico desconcierta. Su vestimenta parece la de un pijo de la calle de Serrano (cazadora verde campera tipo Barbour, zapatillas deportivas nuevas, chaleco acolchado naranja butano...), pero su gesto de m¨¢rmol y su sarcasmo poseen la tensi¨®n de un boxeador ante un combate. Es conocido su laconismo, pero ante tres periodistas se anima. Pide agua, caf¨¦ o Coca-Cola light, "lo que sea", y despu¨¦s de responder a las primeras preguntas con monos¨ªlabos, arranca. Al final hasta habla sin que le pregunten y confiesa una preocupaci¨®n: la traducci¨®n de las canciones. "En Italia tuvimos alg¨²n problema con algunas expresiones, se tradujeron mal, quiz¨¢ porque son intraducibles y no s¨¦ si aqu¨ª ocurrir¨¢ lo mismo. Berlin tiene muchas expresiones que pueden significar varias cosas diferentes pero que es importante entender qu¨¦ significan. Es como cuando Jim [el chico de la historia] dice que se siente como un waterboy, una expresi¨®n que se refiere al chico que no juega, el que se queda en el banquillo y reparte el agua. ?l le dice a ella que se siente as¨ª, que ya no forma parte del juego. Hay muchos giros de este tipo que no s¨¦ si funcionan en otro idioma".
El m¨²sico recuerda que Berlin (la historia de amor, drogas, celos, rabia y p¨¦rdida de Caroline y Jim) fue un disco que naci¨® para ser interpretado en directo, para escuchar de principio a fin como si fuera una obra de teatro. "Y siempre quisimos llevarla al teatro, pero eso nunca ocurri¨®. La idea original era muy simple: si un disco tiene 12 o 14 canciones y si en la canci¨®n dos o tres ya tenemos dos personajes, ?por qu¨¦ no dejar que interact¨²en, que ocurra algo con esos personajes, que se vuelvan a encontrar a lo largo del disco? La verdad es que me sorprende que no se hagan m¨¢s discos as¨ª, no s¨¦, me extra?a... bueno, aunque visto el ¨¦xito no me deber¨ªa extra?ar tanto".
"S¨®lo si se escucha seguido gana poder y se entiende su fuerza", contin¨²a el cantante. "Durante estos a?os he cantado alg¨²n tema suelto, pero nada m¨¢s". "Yo siempre pens¨¦ que era un gran disco", dice Reed. "Y s¨ª, el tiempo me ha dado la raz¨®n, pero no se puede ganar siempre. Creo que gran parte del problema que tuvo Berlin tiene que ver con la fuerte intensidad emocional que provoca la m¨²sica. Toleramos que los finales de Otelo o Hamlet sean deprimentes, pero la gama de referencias se estrecha con un disco. La m¨²sica pega de una manera escurridiza. Hay un libro que creo que se titula Lo que la m¨²sica significa para el cerebro que habla de esto, de c¨®mo la m¨²sica no se puede coger. S¨®lo es sonido. Un sonido al que luego uno le pone palabras, que son las se?ales de tr¨¢fico, los sem¨¢foros que nos indican el camino".
Berlin se grab¨® durante tres de las cinco noches que actu¨® en Nueva York. Ellen Kuras, la directora de fotograf¨ªa, una vieja amiga suya, logr¨® que la c¨¢mara fuera "invisible". Reed no responde cuando se habla de revancha. Y con p¨¦trea elegancia, explica: "S¨¦ soportar las peores cr¨ªticas, las he visto pasar constantemente por delante de m¨ª. Recuerden: pas¨¦ mi juventud junto a Warhol y all¨ª aprend¨ª c¨®mo se encaja casi todo".
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