Todo es mentira
En Fraude (1972), el inagotable filme-ensayo de Orson Welles, Clifford Irving, bi¨®grafo del falsificador de arte Elmyr de Hory, subrayaba la condici¨®n de moderno h¨¦roe popular de este ¨²ltimo, porque "todos nosotros, aunque llevamos el latrocinio dentro, no disponemos ni de la valent¨ªa, ni del coraje como para cometerlo de primera mano". La pel¨ªcula de Welles ten¨ªa su gran vuelta de tuerca cuando integraba en su discurso la propia falsificaci¨®n de Irving: la impostada autobiograf¨ªa de Howard Hughes que convirti¨® al escritor en uno de los m¨¢s insensatos corsarios del mercado editorial. Pero el juego de Fraude no terminaba ah¨ª: el propio Welles se incorporaba al pelot¨®n de impostores autoconfes¨¢ndose charlat¨¢n, mientras esgrim¨ªa como principal prueba inculpatoria su intoxicante adaptaci¨®n radiof¨®nica de La guerra de los mundos.
LA GRAN ESTAFA
Direcci¨®n: Lasse H?lstrom. Int¨¦rpretes: Richard Gere, Alfred Molina, Marcia Gay Harden, Hope Davis, Julie Delpy. G¨¦nero: biopic. Estados Unidos, 2007. Duraci¨®n: 116 minutos.
La gran estafa, biopic m¨¢s o menos hollywoodense y considerablemente convencional de Clifford Irving dirigido por el cada vez m¨¢s manso y menos interesante Lasse H?llstrom, es una pel¨ªcula que no pasar¨¢ a la historia, pero supone una estimulante -y significativa- adici¨®n al discurso abierto por Fraude: una modalidad de mentira aceptada, consensuada y digerible para el gran p¨²blico, perpetrada con las armas del star-system y del lenguaje dram¨¢tico m¨¢s convencional, para sumar capas de niebla a la autodestructiva estrategia de la mentira trenzada por Irving.
Que Richard Gere interprete el papel del gran impostor con un peluqu¨ªn que parece colocarle a un palmo del Kramer de Seinfeld y que Alfred Molina est¨¦ m¨¢s Actor Secundario Bob que nunca no son, en este caso, obst¨¢culos para el goce, sino alicientes para el an¨¢lisis de m¨¢rgenes de error en la formulaci¨®n de dos tipos de mentira.
La gran estafa acent¨²a su car¨¢cter de construcci¨®n y completa, as¨ª, algunas de las agresivas ideas lanzadas por Welles, como la asunci¨®n de la impostura como elemento medular de nuestra realidad y la reivindicaci¨®n del poder desestabilizador de la mentira frente a la asfixiante fatuidad de los discursos can¨®nicos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.