"Entregu¨¦ 30.000 euros en negro en la sede de Construcuatro a un empleado"
Otros compradores de pisos protegidos pagaron a intermediarios de la promotora de Telmo Mart¨ªn
"Unos d¨ªas antes de escriturar la compra en el notario, me citaron en la sede de Construcuatro, en Pontevedra, para que entregara los 30.000 euros que hab¨ªamos apalabrado en una cita anterior, y as¨ª hicimos". Pedro Brites, un manipulador de pescado de 31 a?os, evoca el proceso que le llev¨® a pagar en negro la citada cantidad como condici¨®n para hacerse con el piso que hab¨ªa elegido, un noveno, del edificio Castelao, en el pol¨ªgono vigu¨¦s de Navia, construido por Construcuatro, empresa de la que Telmo Mart¨ªn, portavoz del PP en Pontevedra, posee el 33%. "Como yo, todos", afirma.
El edificio Castelao fue el primero que se construy¨® en el pol¨ªgono de Navia, donde est¨¢ previsto edificar 8.000 viviendas protegidas. No ocupa la parcela que inicialmente le fue asignada a la constructora de Telmo Mart¨ªn, en la que s¨®lo podr¨ªa construir 46 viviendas. Al estar ¨¦sta ocupada por una colonia gitana, cuyo desalojo se presentaba problem¨¢tico, Construcuatro pudo ejercer sus derechos constructivos en la primera l¨ªnea de la calle Teixugueiras, la principal de pol¨ªgono. Aqu¨ª pudo ganar alturas y ampliar la promoci¨®n a 96 viviendas. Hace dos a?os que el edificio Castelao est¨¢ acabado.
"Nos interes¨® el sitio y pasamos por la oficina de Construcuatro en Vigo. All¨ª nos metieron en la lista de peticionarios y quedaron en avisarnos con lo que fuera", recuerda Pedro Brites. "El a?o pasado nos llegaron rumores de que no les interesaba vender las viviendas, que iban a dedicar todo a alquiler".
En diciembre, sin embargo, Brites y su esposa reciben de Construcuatro aviso de que est¨¢ abierto el proceso de venta. "De repente les entr¨® mucha prisa. Nos dijeron que ten¨ªamos que formalizar la compra antes de fin de a?o, para entregarnos el piso en marzo, y a nosotros nos puso realmente contentos, porque pudimos elegir piso y el precio nos pareci¨® excelente, 23,5 millones de pesetas".
Unos d¨ªas despu¨¦s, "cuando ya est¨¢bamos con los dientes largos", Pedro Brites es convocado de nuevo a la sede pontevedresa de Construcuatro. "Me dicen que la Xunta no les deja vender a lo que les gustar¨ªa y que con el precio que nos han dado, la empresa pierde dinero, de manera que, si segu¨ªamos interesados en el piso, tendr¨ªamos que aportar una cantidad a mayores y en negro". Exactamente, en su caso, novena planta y con mucha luz, ser¨ªan 30.000 euros.
La tarifa en negro se fijaba en funci¨®n de la planta en que se ubicara el piso -a m¨¢s altura, m¨¢s cantidad- y de la luz exterior que recibiera. Brites conoce algunos casos de vecinos que pagaron 41.000 euros, "pero creo que se debe a que pagaron no a la empresa, sino a intermediarios que aumentaron su parte".
El 26 de diciembre, unos d¨ªas antes de escriturar la compraventa en el notario, Pedro Brites entreg¨® sus 30.000 euros a un empleado de Construcuatro en la sede de la empresa en Pontevedra. "Pagamos porque el piso sigue siendo barato para los precios de mercado en Vigo; en total estamos hablando de 30 millones de pesetas por 90 metros cuadrados, que no lo encuentras en ning¨²n sitio de la ciudad".
Cuando en marzo pudieron ocupar la vivienda les decepcion¨® un poco. "Estaba sin los acabados, todo con el yeso y escayola a la vista, los armarios sin cajoneras..." La constructora no asumi¨® mayor obra sobre lo ya realizado, ni en su casa ni en ninguna otra, y tampoco se ha prestado a subsanar deficiencias ostensibles en muchas viviendas, singularmente humedades, que ahora los compradores reclaman.
A Pedro Brites y su esposa volvi¨® a encend¨¦rseles el piloto rojo en mayo. El mismo empleado de Construcuatro que le hab¨ªa atendido en las anteriores ocasiones, le cit¨® a otra entrevista, pero esta vez no en las oficinas de la constructora, sino en el peaje de Pontevedra de la autopista AP-9. "All¨ª me dice que les han denunciado, pero que yo no tendr¨¦ problema ya que 27.000 de mis 30.000 euros ya estaban blanqueados. ?Y a m¨ª, qu¨¦!, le digo. Pretend¨ªa que yo, si me llamaba el juez, declarara que los 30.000 euros eran para pagar mejoras en el piso, cuando ni siquiera nos arreglaban las humedades. Yo dir¨ªa la verdad, eso le dije".
Nadie convoc¨® ninguna reuni¨®n de comunidad: hay compradores vinculados a la constructora que actuar¨ªan de chivatos. Pero el buzoneo y otras pr¨¢cticas semiclandestinas pusieron en danza a los vecinos. A las dos denuncias iniciales, que pusieron en marcha la investigaci¨®n judicial, se sumaron otras dos, y los cuatro fueron quienes agitaron el cotarro. Ahora son 22 los denunciantes, "pero se sumar¨¢n m¨¢s".
S¨®lo est¨¢n sin vender los ocho ¨¢ticos y hay bastantes pisos a¨²n sin ocupar. Los denunciantes descartan la menor intencionalidad pol¨ªtica en su proceder, aunque deploran las respuestas de Vivenda a sus demandas. Subrayan la precariedad econ¨®mica de muchas de las familias que han pagado el sobreprecio. Brites, sin cargas familiares y la ayuda de su mujer, se siente un privilegiado: gana limpios 800 euros al mes y paga de hipoteca menos de 500 euros.
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