La f¨®rmula m¨¢gica de Harry Potter
Una ruta por Oxford, Lacock, Gloucester y otros escenarios de la saga cinematogr¨¢fica
Un cedro centenario, una abad¨ªa medieval y una vieja biblioteca atraen a los amantes del personaje creado por J. K. Rowling al suroeste de Inglaterra. El peregrinaje arranca en Londres, en el and¨¦n 9 ?.
Muchos turistas han descubierto Lacock gracias a la magia de Harry Potter, pero el pueblo sigue siendo escenario favorito de los brit¨¢nicos para celebrar una boda por todo lo alto
Un singular cedro de unos 300 a?os de edad y con un colosal agujero en su tronco fue uno de los escenarios de 'Harry Potter y la Orden del F¨¦nix'
Fotograf¨ªas, aqu¨ª, no". La advertencia lleg¨® tarde, cuando el flash ya hab¨ªa iluminado la sala de acceso a la abad¨ªa de Lacock. De espaldas al mostrador, tres treinta?eras japonesas sonre¨ªan a la c¨¢mara. Con sus sombreros de bruja y unas varitas m¨¢gicas en la mano, estaba claro el objetivo de su visita al bello complejo hist¨®rico del condado de Wiltshire, en el suroeste de Inglaterra. Viajaban en peregrinaje siguiendo la pista de Harry Potter. En el claustro de la abad¨ªa, fundada a principios del siglo XIII por la condesa de Salisbury, se han rodado escenas del colegio Hogwarts, el internado de la pandilla de magos creada por la escritora J. K. Rowling.
"En los jardines y en el claustro s¨ª se pueden tomar fotos. Aqu¨ª est¨¢ prohibido", dice una malhumorada encargada mientras reclama 8,50 libras (unos 12 euros) para traspasar la entrada. Trabaja para el National Trust, propietaria y custodia de gran parte de la herencia arquitect¨®nica brit¨¢nica, y se impacienta con los visitantes exclusivamente interesados en la conexi¨®n de Lacock con el cine de masas. La magia del lugar precede al archifamoso brujo.
La abad¨ªa se levanta sobre una pradera ba?ada por el r¨ªo Avon. Sus piedras dan fe del paso de la historia. Desde sus or¨ªgenes medievales como convento de siervas de los can¨®nigos agustinos hasta su conversi¨®n en residencia privada a partir de la disoluci¨®n de los monasterios ordenada por Enrique VIII en el siglo XVI. El propietario que m¨¢s huella ha dejado en el complejo es sin duda William Henry Fox Talbot, inventor del negativo fotogr¨¢fico. Un peque?o museo cuenta la historia de sus experimentos y exhibe, entre c¨¢maras primitivas y tubos de cristal, uno de sus primeros ¨¦xitos: la fotograf¨ªa o dibujo fotog¨¦nico de una ventana de la mansi¨®n.
Talbot y sus antepasados respetaron los elementos medievales del convento, a?adiendo una torre octagonal de tres plantas, establos y un almac¨¦n para elaborar cerveza. Por los jardines levantaron curiosas esculturas, algunas con cabeza humana y cuerpo animal, que poco tienen que envidiar a las extra?as criaturas que asaltan a los protagonistas de la saga Harry Potter.
El equipo de la superproducci¨®n cinematogr¨¢fica tiene previsto regresar a Lacock a finales de octubre para rodar escenas nocturnas en la abad¨ªa y en las calles del pueblo. La nueva inyecci¨®n de capital ayudar¨¢ al National Trust a continuar con el proceso de restauraci¨®n del viejo herbario que plantaron las monjas. Entre muros de piedra es hoy un oasis de color, calma y aromas ex¨®ticos.
Daniel Radcliffe, el Harry Potter en carne y hueso, se enfrentar¨¢ al lord del mal, Voldemort, en la figura de Ralph Fiennes, en la sexta pel¨ªcula de la saga, El pr¨ªncipe mestizo. Los dise?adores del filme poco tendr¨¢n que modificar en esta aldea de ensue?o que transporta al viajero a una era de nobles, granjeros y doncellas.
Fachadas torcidas
En sus cuatro calles se suceden casas de piedra y vigas de madera, con las fachadas torcidas por el paso del tiempo, graneros reconvertidos en mercadillos de artesan¨ªa y una panader¨ªa que sirve hojaldres tradicionales y sofisticados pasteles. En los viejos pubs es f¨¢cil tropezar con j¨®venes vestidos con sus mejores galas. Muchos turistas han descubierto Lacock gracias a la magia de Harry Potter, pero el pueblo sigue siendo escenario favorito de los brit¨¢nicos para celebrar una boda por todo lo alto.
Favorece a Lacock su cercan¨ªa a Bath, con su atractiva herencia romana, y la buena comunicaci¨®n con Londres, ya sea por carretera o por tren, hasta la vecina Chippenham. De la estaci¨®n de esta ciudad comarcal, y cambiando de and¨¦n en Swindon, un ins¨®lito tranv¨ªa de dos vagones prosigue con el peregrinaje hasta Gloucester, otro escenario de las embrujadas pel¨ªculas. El trayecto, de unas dos horas, recorre los prados de labranza org¨¢nicos en torno a Highgrove, el feudo rural del pr¨ªncipe Carlos. Casonas de piedra amarillenta procedente de la regi¨®n de los Cotswolds, que anta?o prosper¨® con el comercio de la lana y es hoy segunda morada de la nueva aristocracia de las artes pl¨¢sticas y esc¨¦nicas, desembocan en pueblitos escalonados en laderas de suaves colinas.
Del horizonte emerge una vasta torre de 69 metros que domina sobre el resto de los edificios. Es la catedral de Gloucester, uno de los m¨¢s originales y mejor conservados ejemplos del g¨®tico ingl¨¦s. Se impone sobre la zona comercial de la ciudad, con sus arterias bien se?alizadas de calles y floridas callejuelas libres de tr¨¢fico rodado. Recuerda su estructura a la catedral de Canterbury, con una nave longitudinal dividida por el ¨®rgano y los tallados bancos de los coristas, y con una colosal vidriera de fondo del tama?o de una pista de tenis.
En la capilla de Nuestra Se?ora, otra cristalera cuenta la historia de Jesucristo desde la perspectiva de la Virgen, mientras que la tumba de Eduardo II se convirti¨® en el siglo XIV en destino de peregrinos de media Europa. No hay pistas de Harry Potter ni en el folleto editado para los m¨¢s j¨®venes. Los voluntariosos gu¨ªas se enorgullecen explicando los entresijos pol¨ªticos de la historia de la catedral, aunque tambi¨¦n est¨¢n dispuestos a ense?ar al visitante los secretos cinematogr¨¢ficos del templo.
Manuscritos medievales
Los peque?os magos se apropiaron del claustro de la catedral de Gloucester en las adaptaciones de los dos primeros libros de Rowling. Se trata de un magn¨ªfico espacio cerrado, con elaboradas b¨®vedas y cristaleras de colores, donde los monjes copiaban e iluminaban manuscritos medievales. En uno de los laterales a¨²n se conserva la pila corrida de piedra para el aseo de los religiosos y los nichos donde colgaban las toallas. Cosa rara en los tiempos actuales, no se cobra entrada, aunque se piden donaciones, en especial a los que desean captar un recuerdo fotogr¨¢fico, para mantener la catedral y colaborar en su restauraci¨®n.
El recinto bulle de actividad. Dentro, con un ambiente respetuoso, pero distendido. Fuera, un grupo de adolescentes ha acampado en el c¨¦sped ante el disgusto de los mayores. Les gustar¨ªa que llevaran su algarab¨ªa a otra zona de la ciudad, como College Court, escenario del cuento de Beatrix Potter, El sastre de Gloucester. O tal vez a los Viejos Muelles, cuyos almacenes se est¨¢n rehabilitando en museos, restaurantes, viviendas y tiendas de antig¨¹edades. Sus antiguas compuertas para nivelar las aguas del r¨ªo Severn y de los canales siguen funcionando, aunque a un ritmo m¨¢s mesurado que en el siglo XVIII, cuando transitaban por los mismos muelles unos 600 nav¨ªos al a?o.
De vuelta a Londres, la ruta de Harry Potter se detiene en Oxford, tras pasar por alto una serie de pintorescos pueblos de los Cotswolds. Hay dos paradas obligatorias en la villa universitaria: la Biblioteca Bodleian y Christ Church College, espl¨¦ndida instituci¨®n donde estudiaron Lewis Carroll, autor de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y el poeta W. H. Auden, entre otras ilustres personalidades. La Bodleian es la biblioteca m¨¢s antigua del pa¨ªs, adem¨¢s de fondo de reserva nacional, y a¨²n conserva su secci¨®n original con los libros encadenados a las estanter¨ªas.
R¨¦plica del internado Hogwarts
El Great Hall de Christ Church se convirti¨® en el gran comedor del internado Hogwarts, donde los aprendices se someten al albedr¨ªo de sus sombreros y donde reciben las cartas que les transportan sus respectivas lechuzas. Una r¨¦plica exacta del Great Hall se construy¨® en los estudios cinematogr¨¢ficos de Leavesden (al norte de Londres) para facilitar las tareas de rodaje. Ambos hist¨®ricos enclaves ofrecen visitas guiadas al p¨²blico y, en el caso de la Bodleian, con un recorrido espec¨ªfico por las localizaciones pisadas por Harry Potter.
Al norte de Oxford, a una media hora en autob¨²s aparece el pueblo de Woodstock y su vecino palacio Blenheim, cuna de Winston Churchill. Propiedad de los duques de Marlborough, el recinto palaciego se extiende por 800 hect¨¢reas de bosque y jardines dise?ados por el m¨¢s famoso paisajista ingl¨¦s, Capability Brown. Un singular cedro de unos 300 a?os de edad y con un colosal agujero en su tronco fue escenario de una fantasmag¨®rica aparici¨®n del padre de Harry Potter en La Orden del F¨¦nix, estrenada este verano. El visitante puede rememorar la escena paseando desde el famoso ¨¢rbol al lago central del magn¨ªfico palacio donde hoy reside el und¨¦cimo duque de Marlborough.
En Londres hay que cambiar de estaci¨®n ferroviaria para terminar el circuito de Harry Potter por el suroeste de Inglaterra. El tren del internado Hogwarts parte de Kings Cross, y, en concreto, del and¨¦n 9 ?. De nuevo, turistas japoneses gu¨ªan el camino apuntando con sus c¨¢maras a un carrito de maletas empotrado contra el muro de ladrillo que traspasan los magos de ficci¨®n para embarcarse en una nueva aventura.
EL CASTILLO DE ALNWICK
LA UBICACI?N en el Reino Unido de las adaptaciones al cine de la serie de J. K. Rowling ha puesto en el mapa tur¨ªstico joyas arquitect¨®nicas poco frecuentadas hasta entonces por los turistas extranjeros. Entre otros est¨¢n el castillo de Alnwick, al norte de Inglaterra, donde los magos disputan sus trepidantes partidos de quidditch, o la estaci¨®n de Goathland, foco de atracci¨®n de quienes visitan el parque nacional North York Moors. Tambi¨¦n Escocia ejerce de im¨¢n a los entusiastas del mago. Fort William y Glencoe son enclaves para practicar senderismo y descubrir la belleza de parajes como el barranco Clachaig Gully y las ca?adas en torno al pico Glen Nevis, a los que accedi¨® el equipo de las pel¨ªculas.Rowling tambi¨¦n ha creado su propio templo de peregrinaje. La autora se ha dejado ver este verano en el Elephant House Cafe, el local de Edimburgo donde escribi¨® su primer tomo de Harry Potter. Volvi¨® quiz¨¢en busca de inspiraci¨®n ahora queha concluido la serie y ha comenzado una nueva incursi¨®n literaria,al parecer, una novela policiaca.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- www.visitbritain.org.- www.nationaltrust.org.uk.C¨®mo ir- Trenes a Oxford, Chippenham y Gloucester desde la estaci¨®n londinense de Paddington.De Londres a Oxford, 42 euros. www.nationalrail.co.uk.Comer, dormir y visitas- LACOCK. Sign of the Angel(00 44 12 49 73 02 30). Church St. Comida inglesa. Plato medio, 14 euros. Habitaci¨®n doble, 140 euros.- The Carpenters Arms (00 44 12 49 73 02 03; www.thecarpentersarmslacock.co.uk). Church St. Sirven comidas y cenas. Plato medio, 14 euros. Habitaci¨®n doble, 93 euros.- The George (00 44 12 49 73 02 63). West St. Pescado. Plato medio, 14 euros.- GLOUCESTER. Caf¨¦ de la catedral. (www.gloucestercathedral.org.uk; 00 44 14 52 52 77 01). College Green. Merienda, 12 euros.- ESCOCIA. Clachaig Inn (00 44 18 55 81 12 52; www.clachaig.com). Glencoe, Argyll. Habitaci¨®n doble,57 euros.- Blenheim Palace (00 44 19 93 81 10 91; www.blenheimpalace.com). Woodstock, Oxfordshire.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.