La juez acusa a 13 funcionarios de Quatre Camins de infligir torturas y lesiones a presos
El director y el subdirector en 2004 est¨¢n imputados en los hechos, ocurridos tras un mot¨ªn
Un total de 13 funcionarios de prisiones de Quatre Camins est¨¢n a un paso de sentarse en el banquillo de los acusados. El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Granollers considera que podr¨ªan haber cometido un delito de torturas y otro de lesiones la noche del 30 de abril de 2004, cuando supuestamente propinaron palizas a un grupo de presos como represalia al mot¨ªn ocurrido horas antes, en el que fue herido de gravedad el subdirector de r¨¦gimen interno. Entre los acusados figuran el director de la c¨¢rcel en aquel momento y el subdirector m¨¦dico.
A los funcionarios de prisiones, como a los polic¨ªas, se les identifica por su carnet profesional en los procedimientos judiciales. Los que est¨¢n acusados por estos hechos y que con toda probabilidad se sentar¨¢n en el banquillo de los acusados tienen los n¨²meros 1, 40, 132, 171, 220, 242, 245, 270, 1053, 1123 y 1417.
Adem¨¢s de ellos, la titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Granollers acusa tambi¨¦n de los supuestos delitos de torturas y lesiones a Diego Enr¨ªquez V¨¢zquez y a Xavier Mart¨ªnez Redondo. El primero era el director de la c¨¢rcel cuando se produjeron las supuestas agresiones a los presos y fue relevado por el Departamento de Justicia de la Generalitat a los cuatro meses.
El segundo ocupaba el cargo de subdirector m¨¦dico de Quatre Camins y fue despedido al poco. Despu¨¦s recurri¨® por la v¨ªa judicial, fue readmitido y actualmente est¨¢ destinado en la c¨¢rcel de Ponent (Lleida). En cuanto al ex director, ahora ocupa un cargo de responsabilidad en la Comisi¨®n Territorial de Asistencia Social Penitenciaria.
El ¨²ltimo mot¨ªn
Los hechos que ha investigado el juzgado durante m¨¢s de tres a?os ocurrieron la madrugada del 1 de mayo de 2004. Horas antes se hab¨ªa producido un mot¨ªn, en el que se rebelaron 77 de los pocos m¨¢s de 200 presos del m¨®dulo 1. Durante esos hechos qued¨® herido de gravedad el sudirector Manuel Tall¨®n.
?ste fue evacuado a un hospital e inicialmente se temi¨® por su vida. Al cabo de unas horas acudi¨® a la c¨¢rcel pr¨¢cticamente toda la plantilla para interesarse por lo ocurrido. Hasta 200 funcionarios fuera de servicio se reunieron en el patio y desobedecieron la orden de dispersarse que recibieron del secretario general de prisiones, Albert Batlle. Al final abandonaron la concentraci¨®n y un grupo numeroso decidi¨® dar un escarmiento a los presos por la agresi¨®n infligida al subdirector, seg¨²n han explicado los reclusos ante el juez.
De esta manera, cuando los presos estaban en sus celdas y la paz hab¨ªa vuelto a la c¨¢rcel, fueron sacados para ser trasladados a otras prisiones. Y fue en ese trayecto cuando supuestamente les propinaron todo tipo de golpes con una gran virulencia. Los detalles que han explicado al juez las supuestas v¨ªctimas resultan espeluznantes.
El Departamento de Justicia, que entonces dirig¨ªa el consejero Josep Maria Vall¨¨s, abri¨® una investigaci¨®n interna y expedient¨® de manera cautelar a un grupo de funcionarios, por considerar que 28 presos pod¨ªan haber sufrido malos tratos. Finalmente, sin embargo, dio carpetazo al asunto, aun a sabiendas de que hab¨ªa un procedimiento penal en marcha. La actuaci¨®n habitual de la Administraci¨®n es suspender la tramitaci¨®n de ese procedimiento en tanto no se resuelva la v¨ªa penal. Y no s¨®lo eso: que Justicia tampoco llev¨® el caso al juez, sino que lo envi¨® a la fiscal¨ªa para que decidiera qu¨¦ hacer. Esa actuaci¨®n fue duramente criticada por diversas entidades de juristas de car¨¢cter progresista.
Mientras tanto, la v¨ªa judicial empez¨® a funcionar y ahora, m¨¢s de tres a?os despu¨¦s, el juzgado de Granollers ya ha concluido la investigaci¨®n que se inici¨® tras las denuncias presentadas por un grupo de internos supuestamente apaleados. La ley determina que al concluir una investigaci¨®n judicial, el juez tiene dos opciones: o archivar la causa si cree que los hechos no son delictivos o continuar con su tramitaci¨®n si cree que s¨ª lo son y de lo investigado se desprende la existencia de indicios racionales.
A las puertas del juicio
En este caso, el juez ha optado por la segunda v¨ªa y ha dictado un auto, que t¨¦cnicamente se llama de acomodaci¨®n al procedimiento abreviado, para que las acusaciones particulares y el fiscal le soliciten la apertura de juicio oral o que se practiquen nuevas pruebas. La fiscal¨ªa a¨²n no se ha posicionado, aunque en los escritos presentados durante la tramitaci¨®n de la causa deja entrever que formular¨¢ cargos. El Departamento de Justicia ha declinado pronunciarse sobre la decisi¨®n judicial.
Quienes seguir¨¢n ejerciendo la acusaci¨®n ser¨¢n los presos denunciantes. La celebraci¨®n del juicio, por tanto, parece m¨¢s que probable. S¨®lo se evitar¨ªa si prosperasen los recursos de las defensas contra ese auto judicial, algo que pr¨¢cticamente no ocurre nunca en casos as¨ª. Durante la tramitaci¨®n de la causa los abogados defensores han alegado indefensi¨®n, pero la juez ha rechazado ese argumento por considerar que en todo momento han tenido conocimiento de la investigaci¨®n y han podido alegar lo que considerasen oportuno.
Adem¨¢s de este juicio, en el que aparecen como v¨ªctimas, otro grupo de presos, est¨¢ pendiente de que se se?ale la fecha del juicio por la agresi¨®n al subdirector de la c¨¢rcel. En esa vista ser¨¢n los acusados.
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